Las últimas horas en el mundo de la telefonía móvil han sido dignas de una retransmisión deportiva. Microsoft se ha desprendido de la gama más barata de los móviles de Nokia, una división que administraba desde aquella mítica operación del 2013. Y, a los pocos minutos de darse a conocer la noticia en cuestión, Nokia ha anunciado que regresa al mundo de la telefonía móvil. Ni rumores, ni especulaciones ni teorías varias: en los próximos años habrá móviles y tabletas con Android firmadas por la compañía finesa.
Hasta ahí, todo bien. La propia Nokia reveló el año pasado que estaba en la búsqueda de un fabricante para hacer realidad su regreso al mercado, así que el movimiento ha salido incluso mejor de lo previsto. Un contrato de exclusividad de diez años ha unido a la compañía con HMD Global Oy, una compañía con sede en Finlandia que recurrirá a una empresa de Foxconn para la producción de los terminales. Nokia pone los bocetos, la marca y el sello de calidad.
El regreso de Nokia
Pero no todo es tan bonito. Nokia está a punto de adentrarse en un campo de batalla en el que no hay piedad alguna: el mercado de la telefonía móvil. Sería negligente olvidar detalles tales como que las ventas de los iPhone están lejos de sus años de gloria (CNN.com), que fabricantes como Huawei están dispuestos a comerse a la competencia (y con razón, CNBC.com) o que, desde una perspectiva global, el mercado de la telefonía móvil simplemente se ha estancado (Reuters).
Todos los fabricantes están huyendo hacia una misma dirección, pero Nokia parece estar dispuesta a abrirse paso en dirección contraria. Al precio que sea
Es cierto que todo apunta a que Nokia comenzará su regreso al mercado a través de dispositivos asequibles de gama de entrada, ¿pero dónde lo va a hacer? ¿En la India, donde las marcas locales ocupan prácticamente la mitad del tentador mercado de la telefonía móvil (QZ.com)? ¿En China, donde se avecina un guantazo de proporciones bíblicas para los fabricantes (Bloomberg.com)? ¿O en Europa, donde tendrá que competir contra fabricantes que invierten cantidades ingentes de dinero en publicidad?
En resumen, las ventas de móviles se enfrentan a un 2016 muy poco optimista, y siendo consciente de ello Nokia está dispuesta a entrar en el mercado de la telefonía móvil al más puro estilo de un kamikaze abriéndose paso por una autopista en hora punta.
El concepto de «Nokia-branded feature phone«
Si echamos un vistazo a la nota de prensa que Nokia ha publicado en su página oficial, en uno de los párrafos encontraremos el siguiente texto:
HDM [una de las empresas que ha comprado las patentes de Nokia a Microsoft] ha sido creada para ofrecer un hogar independiente para toda la gama de móviles, teléfonos inteligentes y tablets básicos.
Y cuando decimos «móviles, teléfonos inteligentes y tablets básicos» lo hacemos traduciendo la frase literal de Nokia en el párrafo en cuestión, que es «Nokia-branded feature phones, smartphones and tablets«. Y un feature phone, con la Wikipedia por testigo, corresponde a «ciertos teléfonos móviles de baja gama o de características límitadas frente a la introducción de los smartphones«.
Estamos hablando, en resumen, de móviles como el Nokia 230 (aquí más información sobre este móvil). Puede que los dispositivos a los que Nokia dará el visto bueno vayan a funcionar bajo Android, pero no dejarán de ser terminales accesibles. Otra cosa es lo que vaya a suceder en el futuro, cuando Microsoft se decida a tirar definitivamente la toalla con los Lumia.
¿Hasta qué punto importa la marca?
Hoy en día, un móvil no se va a vender mejor o peor por el simple hecho de llevar un logotipo de Nokia. Hace falta algo más
En el mercado del móviles los usuarios acostumbramos a tener una memoria muy corta, y lógicamente nos dejamos llevar por las propuestas actuales de cada fabricante, y no por su pasado. El Nokia 3310 fue un éxito de ventas en su momento, pero poco o nada garantiza de cara a los nuevos modelos que pueda lanzar la compañía, especialmente sabiendo que todo apunta a que comenzará atacando primero el mercado de la gama de entrada.
Y no hace falta que nos remontemos tan lejos para ver que la marca, sin una indecente cantidad de trabajo detrás, no sirve de nada en el mercado de la telefonía móvil. ¿Quién no se acuerda de Siemens? Bueno, pues en el año 2005 BenQ tuvo la ocurrencia de comprar la división móvil de esta empresa, y para el 2006 ya se estaba anunciando la suspensión de pagos en la compañía. El trato que Microsoft ha tenido con los Lumia, por otra parte, sería simplemente ofensivo mencionarlo a modo de ejemplo.
Hasta finales de año no se materializará oficialmente el acuerdo de Nokia, por lo que no nos queda más remedio que armarnos de paciencia para descubrir si este movimiento consigue anteponerse ante los vaticinios más pesimistas. Bienvenida de vuelta, Nokia, pero ponte el casco.