La nube. La archiconocida nube, la amada y odiada a partes iguales nube. No nos referimos a las nubes que recorren nuestros cielos dispuestas a dejar caer agua; hablamos de la llamada nube que sirve para guardar nuestros archivos informáticos y acceder a ellos en cualquier parte. Sí, esa nube.
Cada vez guardamos más cosas en diferentes cuentas en la nube: nuestros documentos, nuestras fotografías, nuestra música, nuestras copias de seguridad, los archivos que queremos compartir con otras personas, y un largo etcétera. Sin embargo, ¿podemos confiar en la nube para guardar nuestros archivos, o ha sido una mala idea desde el principio?
La nube no es más que el ordenador de otra persona o empresa
Con el titular que tenéis justo encima no hemos descubierto América: sabemos desde el principio que guardar archivos en la nube es guardar archivos en un servidor que está a cientos, o miles, de kilómetros de distancia. A cambio tenemos la seguridad de resguardar nuestros datos en caso de un desastre en nuestra parte, acceder a nuestros archivos en cualquier parte (siempre que tengamos conexión a Internet), y poder contratar almacenamiento según lo necesitamos.
Todo esto no es nada nuevo y lo hemos aceptado desde el principio, desde que apareció Dropbox en escena con la promesa de guardar todo en la nube. Sin embargo, esto acarrea otro tipo de problemas bastante diferentes, y el principal es confiar nuestros datos a la empresa (o individuo) que nos ofrece el almacenamiento.
Mega reaviva la preocupación en la seguridad de la nube
Seguro que todos os acordáis del caso Megaupload, aquel servicio de almacenamiento en la nube conocido por albergar datos legítimos y piratería (la proporción depende de a quién le preguntes). EEUU cerró el servicio por la fuerza, y con el cierre miles de clientes se quedaron sin poder acceder a sus propios datos almacenados en la nube, fueran legítimos o piratería.
Hablamos de Megaupload porque su sucesor espiritual, Mega, podría empezar a peligrar por causas un tanto diferentes. Kim Dotcom, creador de ambos servicios (y desvinculado de Mega actualmente), ha comentado hace pocos días que los clientes de Mega «deberían empezar a poner sus datos a salvo». Por otra parte, la actual cúpula directiva de la compañía afirma que Mega está seguro y seguirá funcionando con normalidad.
¿Podemos confiar en la nube para guardar datos importantes?
Con todo esto presente, y el cierre de unas cuantas compañías de almacenamiento en la nube desde que comenzara su expansión, toca hacerse una pregunta lógica. ¿Podemos confiar nuestra información a la nube, a las compañías que ponen esos servidores con más o menos éxito, o nunca será seguro confiar en ella y lo mejor es guardar esos archivos con nuestros medios? El debate está servido, señoras y señores.