Con la evolución de la tecnología, los teléfonos móviles han pasado de ser herramientas de comunicación a convertirse en auténticos ordenadores de bolsillo. En ellos podemos escuchar música, ver películas, jugar a videojuegos y organizar nuestra agenda de trabajo como si estuviésemos en el ordenador, todo ello desde la palma de nuestra mano.
Pero, más allá del tamaño, una diferencia fundamental entre los ordenadores de sobremesa y los dispositivos móviles es la facilidad para reparar los distintos componentes. Mientras que en un ordenador es muy fácil reparar un componente que se ha estropeado, en un smartphone la labor es significativamente más complicada, hasta el punto que existen algunos teléfonos que son imposibles de reparar por nuestra cuenta.
Debido a este factor, uno de los proyectos con mayores expectativas en la actualidad es Project Ara. Este proyecto nació hace ya algunos años, y una de sus grandes bazas era la de ofrecer teléfonos modulares cuyos componentes podríamos ampliar o reparar con facilidad.
Proyect Ara, lo que nació como un revolucionario proyecto para crear teléfonos modulares
La idea de Project Ara no es otra que la de dejar en manos del usuario la personalización de los componentes de su teléfono. Por ejemplo, si nos gusta nuestro smartphone tal y como está pero nos gustaría tener una mejor cámara de fotos, podríamos cambiar el módulo para conservar nuestro móvil intacto mejorando únicamente la cámara.
Esto se consigue creando un esqueleto base en el que solamente encontramos la pantalla y un determinado número de clavijas donde podremos añadir los módulos necesarios; a partir de ahí, la elección de cada componente depende del usuario. Si queremos un smartphone más potente, podemos cambiar únicamente el procesador; si queremos tener una gran autonomía, podemos añadir más módulos de batería; y así con todas las características que se nos pasen por la cabeza.
Project Ara, en resumen, ha nacido con el objetivo cambiar el concepto de smartphone tal y como lo conocemos, sustituyéndolo por un modelo más ecológico y rentable, donde en lugar de tener fabricantes de dispositivos móviles tendríamos un mercado al que podrían entrar directamente vendedores de componentes.
Pero hasta aquí nada nuevo. Lamentablemente, hace tiempo que no tenemos nuevas noticias sobre Ara, y eso nos desconcierta. ¿Qué está pasando con Project Ara? ¿Dónde han quedado todas las promesas de Google? ¿Llegaremos a ver realmente móviles modulares en el mercado?
¿Qué ha sido de Project Ara?
La primera vez que oímos acerca de Proyect Ara fue a finales de 2013. En aquellos momentos el proyecto era conocido como Motorola Ara, ya que en aquella época era Motorola la principal responsable del proyecto.
Con la compra de Motorola por parte de Google, la gran G se apoderó de ATAP, el equipo responsable del proyecto (y lo mantuvo en sus filas incluso tras la venta de la firma a Lenovo), quedando así el proyecto en manos de una compañía con mayor solvencia económica de la que Motorola poseía. A partir de aquí, todo apuntaba a que el proyecto avanzaría a un mayor ritmo.
Mucho más lejos de la realidad, a día de hoy, en pleno año 2016, el futuro de Project Ara sigue siendo bastante incierto. La última noticia la tuvimos en agosto de 2015 (la insignificante actualización de la página web del proyecto [TrustedReviews.com] no cuenta), que parecía ser precisamente el año en el que los primeros dispositivos llegarían al mercado.
Finalmente, Google decidió aplazar el proyecto hasta 2016. Según explicó la compañía, la causa de este cambio de planes residía en los imanes encargados de mantener los módulos, los cuales no conseguían mantener la integridad del dispositivo en los diversos test de caída.
A pesar de que nos acercamos a la segunda mitad del año, todavía seguimos sin saber si los chicos de Ara siguen trabajando en el proyecto o si, tal y como ya empiezan a señalar algunas voces críticas, el proyecto acabará por pasar a la historia como una de esas maravillosas promesas que terminan en el olvido. Si echamos un vistazo por Twitter (@projectara), vemos que las novedades más visibles del proyecto se resumen en un nuevo logo y un nuevo vídeo, y poco más.
No es un camino de rosas para Google
ATAP es el departamento encargado del desarrollo de Project Ara. Al igual que el resto de departamentos que conforman la gran G, el departamento mantiene cierta independencia de la compañía, pero a su vez responde completamente ante ella. Esto significa que, por un lado, sus ingenieros tienen total libertad para desarrollar los proyectos, pero si Google decide reducir los recursos destinados o dar carpetazo al proyecto, a los trabajadores no les queda más remedio que seguir las directrices.
Google confía plenamente en ATAP (si no fuera así, hubiera vendido el departamento a Lenovo con el resto de Motorola) pero quizás no esté invirtiendo lo suficiente en el proyecto, siendo esa una de las posibles causas de tanto retraso. Porque, si no es una cuestión económica, ¿qué otro motivo puede estar justificando el silencio que existe en el desarollo de Project Ara?
Google debe contentar a sus socios
Google es la principal cabeza al mando de desarrollo de Android, y como tal, tiene una responsabilidad con el resto de socios de todo el ecosistema. A las empresas la libertad que ejerce Android les beneficia, pero esa relación se podría transformar por completo si Google decidiera llevar a cabo acciones que, al fin y al cabo, podrían perjudicar a un ya de por sí cada vez menos rentable sector.
Darsa prisa en lanzar al mercado Project Ara sería un ataque directo hacia sus socios que actualmente se centran en la venta de dispositivos. Si lanzas un teléfono al que se le pueden renovar las distintas piezas, dando incluso la oportunidad de que entren en juego fabricantes independientes de componentes, lo único que consigues es hacer daño a tu ecosistema. Si bien es cierto que a fabricantes como Qualcomm, Samsung, LG y Sony no les perjudicaría tanto, a los socios más pequeños un proyecto como un teléfono modular les puede afectar severamente.
La cultura consumista no está acostumbrada a estos proyectos
Otra posible causa del retraso puede ir más allá de la política que tenga Google con sus socios o los problemas técnicos que se encuentren en la actualidad. Esta tercera restricción se trata de la propia impuesta por el mercado, y no es otro que el instinto consumista de los usuarios de la telefonía móvil.
Y es que, aunque parezca una tontería, el éxito o fracaso de un producto puede determinarse con algo tan simple como el momento en el que sea lanzado al mercado. Si un proyecto que no está del todo pulido llega al mercado en un momento en el que ese concepto tampoco es la tendencia a seguir, su precipitado desembarco puede significar la muerte comercial del mismo (o como poco, puede requerir un enorme -y quizás poco rentable- esfuerzo por ganar popularidad).
Desde hace muchos años, el mercado de los teléfonos inteligentes se basa en una cultura consumista, donde los componentes no importan tanto como sí lo hace el conjunto del mismo. La gente, por lo general, quiere teléfonos más potentes y esbeltos, con materiales de alta calidad integrados en un diseño que nos ofrezca el mejor rendimiento en el menor espacio posible.
Los primeros diseños conceptuales de Project Ara no son precisamente una oda a los acabados de alta gama, por lo que podría ser que Google esté esperando el momento y lugar adecuado. O que, quizás, esté trabajando en un concepto que pueda satisfacer esta demanda de acabados premium.
Un proyecto que seguramente necesite mucho rodaje
La tercera causa es la que consideramos que tiene mayor probabilidad de ser real, y está asociada al apartado técnico. Desde sus comienzos, Android ha sido un sistema preparado para dispositivos móviles que se alimentan de una lista cerrada de componentes.
Project Ara, al basarse en un ecosistema más abierto, rompe con todos los esquemas habidos y por haber hasta el momento. En el concepto de teléfono modular de Google no nos encontramos con un software preparado para unos componentes concretos, sino que hablamos de un sistema operativo que debe ser capaz de desenvolverse con cualquier combinación de hardware, prácticamente tal y como si se tratase de un ordenador de sobremesa.
En el pasado reciente nos encontramos con versiones de Lollipop que estaban siendo preparadas para Project Ara, pero intuimos que todavía a día de hoy queda mucho trabajo por delante al respecto. Hay que tener en cuenta que la actualización a Lollipop llegó plagada de errores, y para muestra nos encontramos con Marshmallow, una versión que se ha dedicado casi en exclusiva a pulir los fallos de su antecesora.
Por otro lado, y de cara a las próximas versiones de Android, Google tiene que ponerse las pilas para conseguir que su sistema operativo esté a la altura de los dispositivos híbridos, y un proyecto a largo plazo como es ARA quizás no sea una prioridad, o al menos no tanto como sí lo es a día de hoy la carrera frente a Apple y Microsoft.
Teléfonos semi-modulares… ¿está LG marcando el ritmo?
Los teléfonos modulares parecen ser el futuro, pero de momento nada nos hace pensar que su desembarco en el mercado esté a la vuelta de la esquina. A pesar de ello, Google no es la única compañía que se ha propuesto el tema de los teléfonos módulares, aunque bien es cierto que conocemos pocos detalles sobre cada uno de los proyectos alternativos de teléfonos módulares han aparecido en el mercado.
Quizás la realidad sea que la apuesta por un teléfono completamente modular es una locura, y que la mejor forma de introducir este concepto en el mercado pasa por hacerlo paso a paso. Precisamente, eso mismo es lo que ha propuesto LG este año, lanzando el que podríamos definir como primer teléfono modular a gran escala, el LG G5.
Es cierto que la modularidad que plantea LG es un tanto distinta a la que hemos visto en proyectos como el de Ara, pero igual de cierto es el hecho de que, de una vez por todas, no estamos hablando ni de una simple propuesta para hacer crowfunding ni de una campaña cuyo principal eslogan es el de «Próximamente«. La modularidad de LG es una realidad, aunque otra cosa bien distinta es el recibimiento que pueda tener esta apuesta en el mercado.
Así, pues, la situación en la que nos encontramos hoy en día en lo que a teléfonos modulares se refiere se puede resumir en tres puntos: Project Ara prácticamente ha desaparecido del mapa, los proyectos alternativos de móviles modulares han acabado condenados al fracaso y, de momento, la única alternativa real de un móvil con piezas separables es la del LG G5, con todo lo que ello supone.
¿Crees que, a medida que avance el año, los teléfonos modulares se convertirán en el tema de conversación de los grandes fabricantes? ¿Ha sido 2015 la oportunidad perdida para revolucionar el mercado de la telefonía móvil con Project Ara, o Google todavía está a tiempo? ¿Realmente estarías interesado en comprar un teléfono modular hoy en día?