La Guerra de las Patentes episodio nosecuantos: Windows, Android, Motorola y Linux
Apple VS Microsoft, Microsoft VS Motorola, HTC VS Nokia, Apple VS La señora de la limpieza… No hay día que no nos levantemos con una noticia nueva sobre una empresa demandando a otra, y cada vez por patentes más y más peregrinas…
El caso es que en esta guerra de patentes, habíamos vivido varios casos en los que Microsoft había reclamado a fabricantes de Android una cantidad por unidad vendida y además una demanda importante contra Motorola en los Estados Unidos.
Pues bien, hace un par de días recibimos una noticia curiosa al respecto. Resulta que ahora el caso puede dar un vuelco gracias a unas declaraciones del siempre notable Linus Torvalds. Linus, para quienes no lo conozcáis tiene en su haber el ser el papá del sistema operativo GNU Linux mediante la creación del primer kernel allá por 1991 (hace ya 21 añazos…).
Bueno, la cuestión es que la empresa de Redmond reclamaba a Motorola en base a una patente llamada Patente 352, que afecta a cómo permitir que sistemas que no permiten nombres de archivo largo puedan usarlos y ganó el primer juicio. El problema viene en que de la nada ha aparecido Linus (en mi imaginación lleva capa y aparece reventando el suelo de un puñetazo, igual no fue así, pero tenéis que reconocer que mi versión suena bastante bien) comentando, no sólo que esa patente no es legítima, sino que tiene pruebas con más de 20 años de antigüedad que demuestran que dicha patente no es una idea original de Microsoft.
Normalmente no dejaría de ser una nota curiosa, sino fuera porque el mismo jurado que admitió a trámite la demanda de Microsoft y les dio la razón es el que está estudiando las pruebas presentadas por Torvalds.
Si bien es cierto que se trata de resoluciones no vinculantes, y que por tanto otro juzgado debería decidir si ha lugar la indemnización correspondiente o si, por el contrario, Linus Torvalds tiene razón y Microsoft debe envainársela, no es menos cierto que es tremenda la influencia de este tribunal y que por tanto, la resolución del mismo debería acercarse bastante al resultado final.
No pretendo sentar cátedra con esto, hay medios dedicados a esta labor, con detalles mucho más completos que los míos, pero sí me gustaría reflexionar en voz alta acerca del absurdo de la patente de ideas genéricas una vez más, cuando prácticamente en todos los casos puede demostrarse que a otro se le ocurrió antes que a ti.