La loca carrera del hardware en Android: Más potencia, más de todo...
Desde hace varios años, nos hemos convertido en el atónito público de una absurda guerra, que ni nos va ni nos viene, pero, como todas las guerras dentro de la industria tecnológica, nos salpica de tal forma que acabamos tragándonos las consecuencias…
Me refiero, por supuesto, a la guerra de los números. Esa refriega estúpida en que, cual niños de colegio, los fabricantes pasan el rato comparando el suyo con el de la competencia, y demostrando (todos, inequívocamente) que el suyo siempre es el mejor con diferencia.
Da igual que hablemos de procesadores, pantallas, RAM, memoria interna, megapixeles en la cámara, caballos en el motor o ABS. Siempre nos encontramos con que un fabricante nos da un número, otro una demo, otro una bonita gráfica de barras, el siguiente una de pastel que desmiente a las tres anteriores (y, como todo el mundo sabe, al ser de pastel es una mentira) y así hasta que vuelven al primero, que lanza un nuevo móvil que deja a los de la competencia a la altura del betún hasta que la próxima gráfica malvada con el logo de otra empresa venga a darle unos buenos azotes.
Podemos leer en gigaom un interesantísimo artículo sobre por qué el hardware no es el problema de Android (usando como perspectiva el mercado tablet, que es en el que la competencia vapulea a los tablet con el sistema operativo de Google). Comentan en el artículo que quizá Ice Cream Sandwich sea parte de esa solución, al unificar los dos mundos, ofrecer ventajas competitivas reales con ello y al crear un entorno de desarrollo más uniforme, muy posiblemente ofrecer también más estabilidad en las aplicaciones de cara al usuario final.
Además, AndroidGuys publica otro artículo donde también dan parte de la clave de este asunto. Desde la presentación en cuestión de horas, primero del Motorola RAZR y después del nuevo buque insignia de Google, el Galaxy Nexus, hemos oido todo tipo de valoraciones, pero una de las más repetidas, ha sido que cómo es posible que a estas alturas nos estemos encontrando con procesadores de “sólo” 1,2 Ghz o (en el caso del Nexus) una cámara de sólo 5 MP. Texas Instruments comenta en dicho artículo que los números están bien, pero no son lo único que importa, la integración en hardware de características de un funcionamiento excelente que ofrece la empresa americana está más que contrastada, y ha ofrecido con procesadores de “menor potencia” los mismos resultados que en otros o incluso mejores, precisamente aprovechando esa técnica.
El ejemplo de la cámara del SGN también me vale, pues todo el mundo me habla de ella dando números. Curiosamente nadie se acuerda del obturador sin retardo (para mí una de las maravillas más impresionantes que nos ha traído la cámara de un teléfono móvil desde el sensor del maravilloso Sony Ericsson Xperia Arc), ni de lo que esta tecnología supone de cara a la experiencia con la cámara. Pues vamos a analizar datos por ejemplo, son fotos a 5 MP, sí, pero ya han confirmado que el sensor es muuuucho más grande, por lo que el ruido en las fotos será menor. Sin retardo en la captura, permitiendonos hacer la foto de lo que queremos, no de lo que será dentro de 1,5 segundos. Captura instantánea, permitiendo hacer fotos nítidas de noche, incluso sin flash. Captura instantánea, permitiendo que las capturas en 1080p de esta cámara sean más realistas y nítidas que las del resto. Podría seguir así un rato, pero creo que vamos pillando la idea.
En suma, que estamos viviendo una guerra de números, de ver quien la tiene más grande (la cantidad de megapixeles, malpensados), más gorda (la capacidad de procesamiento), y puede darle caña más rato (al procesador), pero pocos fabricantes se atreven a decirnos qué suponen en la realidad esos números, o por qué si esos números son iguales hay una diferencia. Pocos os dirán que apenas notaréis diferencia, y que si los números son lo único que marca la diferencia, es porque ellos no están haciendo bien su trabajo.
Esperemos que ICS sea el paso definitivo a ROM estables, completas y en las que tenga sentido que el hardware diga algo, porque el software sea genial en todos los casos.