Las conexiones 4G molan, ¿o no tanto?
¿Os habéis preguntado cómo serían nuestras vidas, al menos las de usuarios de tarifas de datos, sin las conexiones 3G? Yo muchas veces, sobretodo cuando aparece aquél odiado simbolito de GPRS en mi móvil y me obliga a cargar una web a velocidades de risa. El avance que hemos vivido en las telecomunicaciones dentro del mundo de la telefonía móvil ha sido de tales dimensiones que a veces no llegamos a ver todo el panorama de un solo vistazo, lo que los angloparlantes denominan «the big picture». Nos hemos perdido en la inmensidad de las conexiones y los cables, el espectro de frecuencias y sus Megahertzios, muchos nos somos conscientes de todo lo que hay detras de cada bit descargado a nuestro Android, y nos parece de tal inmensidad que nos asustamos y salimos corriendo.
Vamos a intentar dar un paseo para entender todo esto, porque estamos ante una nueva evolución en el mundo de las telecomunicaciones. Desde hace un tiempo se deja escuchar mucho el término 4G, el paso siguiente a las redes 3G, y con el CES de Las Vegas la tecnología LTE ya es un concepto más cercano. ¿Pero es un paso para bien? ¿Nos quedaremos en España a las puertas de él? ¿Seremos capaces de no perder ese tren?
La tecnología es tu amiga
De un primer vistazo es fácil ver las ventajas de una nueva generación en las comunicaciones móviles, la LTE (Long Term Evolution). Todos queremos más velocidad, y con LTE podríamos alcanzar más de 320 Mbps,
que aunque sea un límite teórico, las pruebas demuestran que si se alcanzan los 180 Mbps reales. Estamos hablando de aumentar de los 7.2 Mbps actuales a unos límites que ni imaginábamos, parece un sueño, pero está aquí. Y es que no es sólo la velocidad, LTE permitirá que la voz viaje a través de esta misma banda, y de ese modo dejar de usar la codificación actual, ya obsoleta, para de ese modo conseguir una calidad mucho superior a la anterior. El negocio que esto abre a los operadores es amplísimo, y por eso son casi 70 países los que ya han comenzado el despliegue de la red y están actualizándose.
Y el problema es que España no es uno de esos países, por dos razones principales. Por un lado las operadoras han hecho una inversión bastante grande en una actualización de las redes actuales, la denominada HSPA+, que nos va a permitir conectarnos por la red actual a velocidades de hasta 80 Mbps, que es realmente una auténtica pasada, pero parece que siempre va a ser un paso por detrás del resto, se está empezando a convertir en un cuento recurrente que cada vez nos gusta menos. Además ocurre que la tecnología LTE funciona mejor en la banda de frecuencias actual de voz de 900 Hz (GSM), y los operadores necesitan una redistribución del espectro que depende del gobierno y las cosas no se mueven precisamente rápidas por esos lares, volvemos a la misma historia.
Un pequeño repaso a los números
Al fin y al cabo las telecomunicaciones son un negocio, y si las cifras no funcionan, el negocio tampoco, así que eso tiene que encajar perfectamente. En el tercer cuatrimestre de 2010 se vendieron en todo el mundo la barbaridad de 80 millones de smartphones, una auténtica pasada. Ello ha sido en gran parte gracias a Android, que ha aumentado de 1 millón de ventas en 2009 a 20 millones en ese mismo cuatrimestre de 2010. Pero hay un problema, y es que la fabricación de dispositivos tan avanzados tecnológicamente son más rentables cuanto más se hacen, y cuando la producción es pequeña baja la rentabilidad, y sino hay rentabilidad o no se fabrican o aumenta su precio.
De esos 80 millones de smartphones, en España se vendieron unos 800.000, es decir, un 1%. Esto es un problema. Los casi 70 países que han invertido en LTE son los que más smarphones compran, los que mueven ese negocio. Fabricar teléfonos adaptados a esta tecnología será rentable para los fabricantes, ya que el modelo seguirá funcionando. Quitar a España del mapa sólo significa eliminar el 1% de las ventas, y hacer tiradas de 800.000 teléfonos es contraproducente para un negocio
Podemos sufrir seriamente las consecuencias, viendo la oferta reducida, los costes elevados o quién sabe, ¿nos venderán alguna antena adaptadora en las tiendas de los chinos? Quizás con forma de Hello Kitty.
España a la cabeza, pero del retraso
Esto ya es otra vez la misma historia de siempre y francamente, cansa. Que si los precios de ADSL son un 20% más caros que la media europea, los sabores de patatas y refrescos que vemos cuando salimos de viaje
se multiplican por 20 en cantidad, en el cine sufrimos un retraso heredado del problema de las subvenciones… y ahora esto, que no nos quieren poner redes LTE. En el CES de Las Vegas Verizon afirmó que en 3 años tendría el 100% de la red de EEUU cubierta con esta tecnología y que en 5 años estarían navegando por ella a 100 Gbps, mientras el margen que los operadores dan en España para empezar a desplegar la red es de 2 años. Creo que en algún punto del camino sufrimos un parón, y vamos a remolque de él desde entonces. Y mira que me fastidia, somos una potencia con una capacidad enorme. He asistido a conferencias de telecomunicaciones en las que nos han explicado que ingenieros de la NASA han tenido que recurrir a españoles para aprender a manejar determinados sistemas, y sin embargo míranos, por una incapacidad en la gestión, por detrás del resto, cuando podríamos ir, sino a la par, por delante de ello.
Ya es hora de que reivindiquemos nuestro potencial y las cosas se empiecen a hacer bien, que la gestión funcione y que podamos disfrutar de unas redes LTE en condiciones para navegar desde nuestros teléfonos como nos merecemos, ¿no creéis?