Aurora Luque gana el Premio Nacional de Poesía
El jurado valora a la también traductora y filóloga como "una de las grandes poetas de nuestro tiempo".
22 septiembre, 2022 14:52Aurora Luque, la poeta almeriense que ha caracterizado sus versos por revisitar los tópicos clásicos, ha sido galardonada con el Premio Nacional de Poesía por su obra Un número finito de veranos (Milenio). Así lo ha anunciado este jueves el Ministerio de Cultura.
El jurado del galardón, dotado con 20.000 euros, ha destacado el poemario de Luque por su "alto calado lírico, emocionante, exigente, transparente, que sitúa la voz inconfundible de la autora como una de las grandes poetas de nuestro tiempo. Por ser un libro de los gozos: de la belleza, de la palabra, de lo sensual, de la vida en general".
Abrumada por el premio, Autora Luque (Almería, 1962) nos atiende mientras se multiplican las llamadas de los periodistas: Radio Nacional, Efe… “La gente no se lo creerá, pensará que mentimos, nos dice, pero no esperaba el premio en absoluto, ha sido una sorpresa absoluta, porque como no lo publique en una gran editorial, sino en una pequeña, Milenio, un pequeño sello de Lérida y apenas ha tenido difusión, no ha tenido apenas reseñas, ha sido totalmente inesperado”.
Ahora la poeta recuerda que el libro fue en realidad una invitación del editor Josep Maria Rodríguez, y que en él ha reunido poemas aparecidos en alguna plaquette no venal, en revistas, pero también inéditos, alguno recentísimo, además, como uno escrito el verano de 2021.
“Es un libro que refleja todas mis obsesiones y con ese adjetivo, el de ‘finito” referido al verano, que responde a mi vieja fijación del estío como contrapunto del existir y del deseo, de la luminosidad y del goce de vivir también, y de la finitud que lo afecta todo, nacida precisamente de la consciencia de la finitud de los veranos que nos quedan por vivir. Así que es un libro agridulce, vital, de disfrute de la existencia y consciente del implacable paso del tiempo”, destaca, al tiempo que subraya el homenaje que rinde a la Antigüedad clásica en sus versos y al Mediterráneo que nos une “a lo más noble del pasado “.
Por eso, cuando se le pregunta qué enseñan los clásicos al hombre del siglo XXI, Aurora Luque subraya que, sobre todo, busca “ferozmente la belleza y hace vivible el mundo, a través del goce de la libertad”.
🗞️ Aurora Luque, #PremioNacionaldePoesía2022
— Ministerio de Cultura y Deporte (@culturagob) September 22, 2022
✍️ El jurado destaca su obra ‘Un número finito de veranos’ por su “alto calado lírico, emocionante, exigente, transparente, que sitúa su voz inconfundible como una de las grandes poetas de nuestro tiempo”https://t.co/ZEvWCyj9iD pic.twitter.com/bnIs5mMz8L
Filóloga, articulista y traductora, como poeta Luque ha sido premiada en numerosas ocasiones, como el Loewe en 2019 con Gavieras. También por libros como Hiperiónida, Problemas de doblaje, Carpe noctem, Transitoria, Camaradas de Ícaro, Haikus de Narila, La siesta de Epicuro y Personal & político. Ha publicado, además, algunas antologías y traducido a Meleagro, Safo, Catulo, Lainá, Vivien o Labé. Suyos son los florilegios Los dados de Eros. Poesía erótica griega y Aquel vivir del mar. El mar en la poesía griega.
"Castigar la enseñanza de los clásicos es como asesinar a los abuelos", señalaba Aurora Luque en una entrevista reciente con esta revista con motivo de la publicación de un poemario que recogía sus versos sobre el deseo, la muerte y la pasión.
De Un número finito de veranos también ha destacado el jurado que se trata de "un canto al Mediterráneo y al amor por la tradición griega, que mira el universo desde el pasado para comprender el presente, usando los recursos de la tradición y las formas de la Antigüedad para interpretar nuestros días. Un mosaico clásico que recuperamos en la actualidad y que nos traslada al pasado".
[Aurora Luque, estar aquí y cantar]
En el prólogo de esta obra, el también poeta Jaime Siles escribe: "Si alguien me preguntara cómo definiría yo la personalidad de Aurora Luque, diría que como la más griega de todas nuestras escritoras modernas. Y si alguien me pidiera que describiera su escritura, haría uso de una sola palabra: poikilía, el término griego equivalente al que los tratadistas del Siglo de Oro denominaron mixtura, esto es, la combinación de géneros, subgéneros y paragéneros más variados".
Aurora Luque se doctoró en Filología Clásica por la Universidad de Granada. En Málaga trabajó como profesora de griego, articulista, editora y gestora cultural, ocupando la dirección del Centro Generación del 27 entre 2008 y 2011. También creó y dirigió la colección de poesía Cuadernos de Trinacria y, junto a Jesús Aguado, la colección MaRemoto de poesía de otras culturas del CEDMA. En 2005 fundó la editorial Narila.
Asimismo, ha formado parte del Consejo Asesor de la colección Puerta del Mar, también del CEDMA, así como del Consejo Rector del Instituto del Libro del Ayuntamiento de Málaga y del Consejo Social de la Universidad de Málaga. También forma parte del grupo de investigación Traducción, literatura y sociedad de la Universidad de Málaga. Ha publicado poemas en revistas como Barcarola, Turia, Clarín, Ficciones o Zurgai.
Poemas escogidos de Un número finito de veranos
Pecado contra el mar
Fábula
Han dicho que la tapa de moda este verano
se llamará crujiente de medusa.
Las lluvias calurosas les han dado
la potestad del mar, y ahora su gelatina electrizada
amenaza la arena turística del piélago.
Los gastrónomos han recomendado
degustar a esas primas de Afrodita
que aúnan, como eros, belleza con veneno.
Hay algo mórbido, culposo en esa dieta.
Rememoro el grabado de Hokusai,
Sueño de la mujer del pescador:
un pulpo que se adhiere, obsceno y tierno,
y enfila los brocales. Imagino a mi amigo bajo la gelatina
de una medusa húmeda y gigante
con su hambre de escualo.
Para tanta medusa no hay perseos.
Devoramos, letárgicos, nuestros propios errores.
Lo numinoso
Esa nieve acunada en frías nieblas
sobre las sierras altas de Granada
promete tal potencia de vida en su blancura
que apenas puedo hacer
otra cosa que orar. Rezar, sí, yo, pagana.
Los paganos decimos oraciones
cuando la vida urge, arrolladora.
Rezamos al presente los paganos.
La nieve será pétalos y frutas,
ciruelas amarillas, madreselvas. No va mucho más lejos
nuestra oración pagana, pero la vida breve
recoge con más brío, con garras aún más bravas,
la emoción no abarcable
que fructifica al cabo del invierno.
No esperemos placer, palabras, carne, fruta,
más allá de la muerte. A qué apostar más lejos.
No esperemos más vida. No la hay.
Queda una llama breve y está en el borde mismo
de las alas del labio-mascarón,
de esa proa de carne que somos cuando amamos
y el amor nos obliga a navegar
entre graves borrascas oceánicas.
Está al alcance aún de las palabras,
podemos protegerla con ellas de la muerte
y aun de los paraísos teológicos.
No me lo secuestró doctrina alguna,
no está bajo retórica cansada,
este canto a la vida que me entona la nieve,
bella y alta, en la sierra,
cuando paso, en el coche, preguntándome
qué frutos traerá el verano amado, cómo el amor sabrá
regir siempre los tiempos,
a su manera, artística y hermosa
y libre y desquiciada.
Kélesis 1
Supe que amaba cuando
me descubrí queriendo cuantiosamente al mundo
con más delicadeza,
como ignorando antes totalmente
su densidad de encanto,
la audición de sus dichas,
el júbilo en su abrirse ante mis ojos.
Los ficus se cruzaban en lo alto
de las calles, abrazados, frondosos,
y no sé si la gracia estaba en mí
que miraba ese sol dado a las hojas
como quien tiene ganas de cantar
y sabe que esas ganas anidan en el pecho
sin llegar a los labios, y es bastante.
Canta el cuerpo por dentro y sintoniza
con el lenguaje alto de las ramas
como un secreto que el amor, severo,
no quisiera contarme todavía.
Pero supe que amaba. Me lo decía el mundo.
Veredicto de Casandra
Oráculo
Hay amores de pieles como el de la ciruela
a la ciruela, juntas en una rama
bajo el sol endulzadas mutuamente.
Amores que fermentan
como huesos de fruta escupidos al par,
peladuras de higos fundidas entre insectos
y gorriones ávidos.
Hay amor de cenizas unidas en la tierra
y nadie se da cuenta.
Hay otro amor de puras prenociones
que se rozan dichosas
y sólo el aire sabe.
Aurora Luque, Un número finito de veranos, editorial Milenio, 2021.