Esta momentánea eternidad. Poesía reunida
Raquel Lanseros
18 noviembre, 2016 01:00Raquel Lanseros. Foto: archivo de la autora
Raquel Lanseros (Jerez de la Frontera, 1973) es autora de Leyendas del promontorio, Diario de un destello, Los ojos de la niebla, Croniria y Las pequeñas espinas son pequeñas, libros que se agrupan ahora en Esta momentánea eternidad. Poesía reunida (2005-2016), una edición que incluye poemas exentos e inéditos.Al frente de la obra, once años de ‘largo camino', firma un breve prologo que resulta al lector útil y preciso. En él declara que la poesía es ante todo un "acto de amor" y que en ella se mueven "muchas fuerzas de índole afectivo". Amor a las palabras, a las raíces, a los libros, etc. Cita a Brodsky para explicar que ambos "operan en la misma dirección pero en sentido contrario", que "parte de lo finito para llevarnos hasta el infinito". También indica que pretende facilitar el acceso a libros agotados o inencontrables; cinco entregas que recupera íntegramente, "sin ningún cambio", tal cual se editaron, por "devoto respeto a lo que quedó escrito". Lo otro sería "falseamiento", dice. El título, procedente de un verso propio, alude a "un modo personal de encapsular un tiempo y unos sueños". Aboga por la libertad y la rebeldía.
Los poemas están escritos con un lenguaje donde conviven el tono narrativo (y dialogado) con el lírico, la línea clara y la imaginativa (lo real y lo imaginario), lo racional con lo inspirado. Cabe destacar su elegante ritmo lento, una música personal y encabalgada que realza, sin forzarlo, cuanto expresa. O el uso de una abundante adjetivación, así como de suaves metáforas terrestres o geográficas, digamos, basadas en símbolos asequibles como barcos, islas, reinos, ríos, cataratas o fronteras.
Poemas viajeros y ultramarinos, con nombre de lugar, propios de alguien que ha vivido en muchos sitios, pero que siempre vuelve. Poemas sentenciosos y reflexivos. De la memoria y el conocimiento. Poesía autobiográfica, en torno "a la existencia propia". De mujer. Frágil, más allá del tópico (fragilidad y poesía van de la mano), a la intemperie. Poesía del amor (y del desamor), un asunto clave para cualquiera que acaso sea el más frecuentado por Lanseros. Léase "Contigo". Sus personajes suelen ser seres anónimos o genéricos: un hombre, una mujer (más en "Los ojos de la niebla") y no faltan presencias insoslayables: la de su familia, por ejemplo, ya sea la madre o un bisabuelo. "No hay verdad más profunda que la vida", escribe. De eso da fe.