Después de emocionar al mundo entero con Hierba y aparecer en casi todas las listas de las mejores novelas gráficas publicadas en nuestro país en 2022 —también la de El Cultural, donde ocupa el número 1—, la autora coreana Keum Suk Gendry-Kim vuelve a las librerías españolas con La espera (Reservoir Books), segunda parte de una trilogía en marcha sobre la trágica historia de Corea en el siglo XX, encarnada dolorosamente en personajes reales que han sufrido lo indecible.
Hierba nos contó la historia de las mujeres que fueron utilizadas como esclavas sexuales por parte del ejército imperial japonés. Ahora, La espera narra el drama de las familias que fueron partidas en dos por culpa de la guerra que en 1950 dividió a Corea del Sur y Corea del Norte.
Por increíble que parezca, “el tema de la guerra y de las familias separadas no es muy bien acogido por los lectores coreanos, pero espero que los extranjeros le presten mayor atención”, ha señalado la autora este jueves ante la prensa española por videoconferencia. “No es un tema exclusivo de Corea, sino que atañe a todo el mundo. Ya llevamos casi un año de guerra entre Rusia y Ucrania y en cualquier parte del mundo pueden surgir este tipo de problemas”.
[‘Hierba’, el cómic que narra la tragedia de las esclavas sexuales del ejército japonés]
Gendry-Kim ha vuelto a documentarse de manera profusa para desarrollar esta novela gráfica. Además de leer muchos libros sobre el tema, ha recopilado testimonios reales. Uno de ellos es el de su propia madre, que hoy tiene más de 90 años. Perdió a su hermana mayor, que quedó al Norte del maldito paralelo 38, la línea que separa las dos Coreas. Han pasado más de siete décadas y no ha vuelto a saber de ella, quien, por su avanzada edad, seguramente habrá fallecido.
En Hierba se contaba la historia real de la superviviente Lee Ok-sun, pero en La espera, la trama y los personajes son un destilado de los casos reales recogidos por la autora. La protagonista es Gwija, una mujer de 92 años que desea reencontrarse con su hijo mayor, al que perdió (además de a su marido) cuando huía hacia el Sur durante la Guerra de Corea junto a su familia en una columna de refugiados que avanzaba siguiendo las vías del tren. Ella se separó del grupo un momento para dar el pecho a su bebé, y al regresar habían desaparecido para siempre.
En el libro nos encontramos con una población coreana vapuleada por las potencias extranjeras. Después de los abusos del Japón imperial narrados en Hierba, La espera nos muestra los desmanes de las tropas soviéticas que se unieron a Kim Il-sung para tomar el norte de Corea —llegaron a llamar “Davai” (“Vamos”) a los rusos, ya que era lo que les gritaban cuando les atracaban para robarles sus escasas pertenencias— y a los aviones estadounidenses bombardeando a las columnas de refugiados que huían hacia el sur, pensando que entre ellos había soldados comunistas. “Me di cuenta de que atacaban si veían alguna carreta entre la muchedumbre”, recuerda Gwija, que tras torcerse el tobillo se ve obligada a continuar la marcha con su bebé a cuestas por las noches mientras el resto de exiliados duerme, para no quedarse rezagada.
Reencuentros fugaces
La parte de la trama ubicada en la actualidad recrea los encuentros auspiciados por la Cruz Roja que han permitido a algunas familias reencontrarse en la frontera, mediante sorteo y tras un dificilísimo acuerdo entre las dos Coreas. Encuentros dramáticos, vigilados y sin privacidad, para volver a abrazar a familiares medio siglo después y solo por unas cuantas horas, antes de volver a separarse para siempre.
[Los diez mejores cómics de 2022]
Según explica la autora, que en marzo visitará el Salón del Cómic de Valencia, hasta el momento se han celebrado 21 ediciones de estos reencuentros, pero lógicamente en los momentos en los que se recrudece la tensión entre ambos países es mucho más complicado que se celebren. “Lo básico sería alcanzar la paz entre las dos Coreas, ya que no hay que olvidar que ambos países siguen oficialmente en guerra”.
Por si fuera poco, algunas familias elegidas para el reencuentro dudan si acudir o no a la cita: “Piensan que su familia de Corea del Norte sufre problemas económicos y quieren darles todo cuanto tienen, pero tampoco quieren perjudicar con ello a su familia del Sur. Si deciden ir a la reunión, llevan dinero, ropa y medicamentos, a pesar de que se lo pueden confiscar las autoridades norcoreanas”, explica Gendry-Kim.
La autora de La espera recuerda que en los años 80 había un programa en la televisión surcoreana que trataba de encontrar pistas sobre el paradero de familiares que vivían en Corea del Norte. Cuando lo emitían, muchos coreanos se quedaban “pegados al televisor, llorando”.
La propia madre de Gendry-Kim, cuando esta era una niña, acudió a menudo a las inmediaciones de la cadena de televisión donde se hacía el programa con la esperanza de encontrar pistas sobre su hermana mayor, algo que hacía casi en secreto, lo cual da una buena medida del talante prudente y reservado de los coreanos. “Mi madre se ocupaba de mantener a mi familia, somos muchos hermanos, y temía que su caso pudiera causar algún perjuicio al resto de la familia o a los vecinos, no quería hablar de ello públicamente, esperó a que yo creciera y madurase hasta estar preparada para escuchar su historia”, explica la dibujante y guionista.
Hace unos años, Keum Suk inició sus propias pesquisas para tratar de encontrar a su tía perdida. “Visité una zona fronteriza entre China y Corea del Norte, donde un hombre chino me dijo que podía buscar a familiar separadas, pero no tuve éxito”, lamenta. “Hierba y La espera son obras que nos cuentan una historia que aún no ha terminado. Ambas son muy dolorosas para mí”.
Tensión entre las dos Coreas
Corea del Sur es un país muy envejecido. La autora, de 51 años, es la residente más joven de la pequeña isla de Ganghwa, cerca de la frontera con Corea del Norte, donde vive desde hace cuatro años. Desde su casa puede detectar con el oído cómo están las relaciones entre las dos Coreas, ya que cerca de allí hay tropas de la Armada de Corea del Sur. “La relación entre las dos Coreas está atravesando uno de los peores momentos de su historia. El nuevo gobierno de Corea del Sur ha adoptado una política de línea dura para responder a las recientes provocaciones de Corea del Norte, que ha hecho ensayos de bombas nucleares y misiles de largo alcance”.
Como respuesta, el ejército surcoreano ha intensificado sus entrenamientos conjuntos con el de Estados Unidos. “Cada vez oigo con más frecuencia los helicópteros militares. Siento la tensión cada vez más cerca, este año y el siguiente serán aún más difíciles para las dos Coreas”.
La amnesia de los jóvenes
“Mis padres vivieron en primera persona los capítulos más dolorosos de la historia de mi país, primero la colonización japonesa y después la guerra de Corea”, explica la autora. Es una historia que siguió muy presente en la siguiente generación, pero parece ser que la memoria histórica no interesa mucho a los jóvenes de un país que no solo consiguió convertirse en una potencia económica mundial en las últimas décadas, sino que además se ha convertido en una potencia de la cultura popular que exporta K-pop y series como El juego del calamar al resto del mundo. “A los jóvenes de ahora no les interesa tanto el tema de la división de Corea porque están muy ocupados con sus propios problemas, como la subida del alquiler, conseguir un trabajo o casarse”, afirma Gendry-Kim.
“La música pop de Corea, con grupos como BTS, o sus telenovelas, gozan de la mayor popularidad en todo el mundo en torno a los jóvenes, pero además de eso me gustaría que la literatura, la novela gráfica y el cine coreanos, que tratan del dolor de nuestro país y de todo el mundo, pueda tener mayores oportunidades de llegar a la audiencia internacional”, desea la autora.
El editor de Reservoir Books, Jaume Bonfill, ha confirmado este jueves “el arrollador éxito” de Hierba, que ya va por la octava edición en España y recibió en el último Salón del Cómic de Zaragoza el premio a la mejor obra internacional.
La espera, publicada originalmente en 2021, llega también con el aval de haber sido el mejor cómic del año para The Washington Post, Forbes y Publishers Weekly, y críticas elogiosas en otros medios como The Guardian y Los Angeles Times, así como de uno de los grandes maestros del cómic histórico y periodístico, Joe Sacco: “La espera es una reflexión conmovedora, dibujada con belleza y magistralmente contada sobre cómo la Historia se impone con violencia, separa a la gente y deja tantas vidas sin resolver”.
Además de las dos novelas gráficas de Keum Suk Gendry-Kim publicadas en España, otros dos cómics ofrecen una interesante aproximación a la historia de Corea, y especialmente a la opaca Corea del Norte: Pyongyang, de Guy Delisle; y El cumpleaños de Kim Jong-il, de Aurélien Ducoudray y Mélanie Allag, ambos editados por Astiberri.