Es el cómic más salvaje que se puede encontrar hoy en las librerías. Salpicado de todo tipo de fluidos corporales en cada página y con situaciones a cada cual más disparatada, violenta o escatológica, parece que uno vaya a pringarse solo con tenerlo en las manos. Y eso que físicamente tiene la impecable factura a la que nos tiene acostumbrados la editorial Fulgencio Pimentel.
Su autor es el australiano Simon Hanselmann (Launceston, Tasmania, 1981), uno de los autores de cómic alternativo más leídos y mediáticos de los últimos años. El libro se titula Zona crítica y la historia que cuenta nació durante el confinamiento provocado por la pandemia de coronavirus. Hanselmann fue improvisando cada día varias viñetas que iba publicando en Instagram, antes de ser recopiladas en formato libro. Paradójicamente, el argumento critica rotundamente las redes sociales y cómo estas acentúan y amplifican la crispación social y política, especialmente en Estados Unidos.
Los personajes de Zona crítica son los habituales de otras obras de Hanselmann: la bruja Megg, el gato Mogg, Búho y el resto de la pandilla de inadaptados sociales, como el hombre-lobo Jones y sus diabólicos hijos, Moco, el oso Ian, Drácula Jr o el mago Mike. El argumento comienza justo cuando se anuncia el confinamiento por el Covid y los personajes, en medio de la histeria colectiva, van tomando decisiones cada vez más desafortunadas.
Contagios, muertes, porno casero, disturbios, sobredosis, tiroteos, amputaciones, fenómenos virales en Internet, reality shows, cancelaciones, incendios, accidentes… Un apocalipsis descacharrante y tan extremo que es capaz de sonrojar al lector con menos remilgos. Hanselmann nos da las claves de esta esperpéntica sátira de un mundo real que también parece haberse vuelto loco.
Pregunta. Los autores de cómic pasan mucho tiempo en casa trabajando. ¿La pandemia influido mucho en su vida diaria?
Respuesta. Sí, he estado trabajando desde casa desde 2013 y ya estaba listo para rodar. Disfruté de la pandemia porque significaba que ya no tendría que asistir a jodidas bodas o ir a conciertos de amigos o cosas así. Más tiempo para trabajar, sin nadie viniendo a mi casa para distraerme. ¡Wooooo!
[Simon Hanselmann: sexo, drogas y cómic de autor]
P. Zona crítica se publicó originalmente en Instagram día a día. ¿Improvisó el guión a diario o tenía una idea más o menos clara de toda la trama?
R. Tenía algunos pequeños mapas e hilos argumentales en los que estaba trabajando, pero la mayor parte fue improvisada, voló en direcciones locas e imprevistas.
P. ¿Cómo reaccionaron sus fans a este proyecto?
R. Creo que los fanáticos de Megg y Mogg lo disfrutaron. Era mierda gratis todos los días. A todo el mundo le gustan las cosas gratis.
P. Todo lo que sucede en Zona crítica es salvaje. Hay mucho contenido escatológico, sexo explícito, abuso de drogas, ultraviolencia, caos, familias disfuncionales, gente egoísta, traiciones y algunos personajes sin ningún tipo de escrúpulo moral. ¿Es esta su historia más loca?
R. Sí, creo que probablemente superé en locura a todos mis proyectos anteriores. Zona Crítica trata principalmente sobre la existencia humana e Internet en 2020... Tuve acceso a un material fantástico en el que basarme.
P. Leyendo su cómic, parece que las guerras culturales, el movimiento woke, la cultura de la cancelación y la polarización política son mucho peores que la pandemia de Covid. ¿Es lo que piensa?
R. Bueno, no, obviamente una pandemia real con un gran número de muertes perturbadoras es peor que un montón de idiotas en Internet disparándose entre sí. Sin embargo, todas esas cosas que mencionaste son malas, ¡no ayudan a solucionar nada! Realmente no me gusta Internet. Ahora tengo 40 años, crecí en los años ochenta y noventa, antes de Internet. Era mejor. ¡Sin embargo, Internet es genial para los negocios! Todos los adolescentes terriblemente deprimidos, sobreestimulados y con enfermedades mentales tendrán que lidiar con ello, tengo que vender mis fanzines online!
P. Estamos empezando a ver estas actitudes en España pero todavía no tienen tanto impacto en la sociedad como parecen tener en los Estados Unidos. ¿Cree que los Estados Unidos están especialmente enloquecidos por esto?
R. Creo que EE. UU. históricamente siempre ha sido líder en locura, violencia y división, pero esta basura está en todas partes, en todos los sectores de la sociedad. Nos esperan tiempos oscuros... Ojalá hubiera podido seguir haciendo Zona crítica para siempre, hay un flujo interminable de locura para satirizar. Aunque, dicho esto, no creo que sea saludable revolcarse en esa piscina en particular durante un período prolongado de tiempo. Actualmente, solo me gusta ser padre y sentarme en hamacas y esas cosas. Principalmente uso Internet para cosas que disfruto o encuentro positivas, arte divertido, buena música y conectar con amigos. No tengo ningún deseo de andar discutiendo con la gente. La vida es demasiado corta para esa basura.
P. Uno de los personajes del libro dice que Estados Unidos está “de los putos nervios", así que decidió marcharse a Europa. ¿Notó eso cuando se mudó de Australia a Seattle?
R. Vivo en Estados Unidos desde 2016 y sí, la situación es jodida y ridículamente loca. Me aterra. Todas las armas, todas las enfermedades mentales, todas las peleas… Es la caída de Roma. Probablemente debería sacar a mi familia de aquí y regresar a Tasmania e instalarnos en las montañas.
P. ¿Qué piensa sobre las redes sociales, especialmente Twitter? ¿Están envenenando la sociedad y el debate público? Por otro lado, ¿no cree que tienen menos influencia en el mundo real de lo que mucha gente piensa?
R. Twitter es para perdedores y capullos. Creo que las dos cosas que has dicho son ciertas, tiene una influencia peligrosa en los medios y la política, pero también es completamente exagerado. En realidad, casi nadie está en Twitter, solo idiotas sin nada mejor que hacer con su tiempo. Necesitamos comenzar a ignorarlo más, dejar de validar las opiniones de los extremistas y las turbas de niños mal informados. Salir de Internet y comenzar a enfocarnos en nuestros vecindarios y comunidades, las cosas que realmente vemos a nuestro alrededor y que realmente pueden generar impacto y cambios.
P. ¿Con cuál de sus personajes se identifica más?
R. Con Búho. Es un pedazo de mierda, pero al menos tiene sueños y está tratando de mejorar. Dio un paso al frente durante la pandemia y renunció a quien era para convertirse en padre de los hijos de Werewolf Jones. Hizo lo mejor que pudo.
P. La pandemia aún no ha terminado del todo, aunque lo parezca. Además, tenemos la guerra de Ucrania, el cambio climático... ¿Cree que la pandemia es solo un capítulo de un apocalipsis que ya ha empezado o todo volverá a la normalidad?
R. Lamentablemente, creo que todo seguirá deslizándose más y más hacia la miseria. Solía tener más esperanzas, pero ahora estoy genuinamente preocupado por el futuro de todos. He comenzado a acumular levadura, mantequilla y alimentos en conserva en previsión de escasez extrema de alimentos. No voy a correr ningún riesgo, especialmente ahora que tengo una hija que depende de mí. ¡Espero que la gente siga comprando cómics durante al menos unos años más! ¡Dadme vuestro dinero ahora, rápido!
P. ¿Cree que los humanos estamos aprendiendo algo de la pandemia? ¿Nos hemos vuelto mejores o peores?
R. Jesús... Probablemente peores. Hubo como un mes de solidaridad y unidad, pero luego todo se derrumbó. Creo que tal vez nos volvió más locos como especie, dos años de aislamiento con teorías de conspiración e ideología violenta bombeadas en nuestros cerebros… Sí, apestamos. Sin embargo, todavía aprecio las cosas hermosas, la risa de mi hija, las plantas, la brisa, cosas así. ¡Soy uno de los buenos! ¡Soy normal!
P. En el epílogo de Zona crítica menciona su última visita a la Feria del Libro de Madrid, y la buena relación con su editor español, e incluso un viaje que iban a hacer a Menorca. ¿Qué le parece nuestro país?
R. Me encanta España, nunca lo he pasado mal allí, más que nada por la editorial Fulgencio Pimentel, su amistad y profesionalidad. Sí, no sé, simplemente me gusta ir allí. Es un país con buena 'vibra'. Quiero regresar algún día y llevar a mi esposa y a mi hija. ¿Tal vez para el 2034 todo vuelva a ser "normal" y me sienta cómodo viajando?