Acido sulfúrico
Amélie Nothomb
1 marzo, 2007 01:00Amélie Nothomb. Foto: Archivo
A finales de agosto, con una regularidad matemática, la escritora Amélie Nothomb publica en Francia una nueva novela que se coloca, automáticamente, entre la lista de los libros más vendidos. Escritora que cultiva el excentricismo, Nothomb ha conseguido crear a su alrededor una especie de leyenda. Su estilo personal se distingue claramente del de sus contemporáneos; irónico, agresivo, de frases cortas, con extrañas metáforas divertidas, Amélie Nothomb se diferencia por desarrollar en sus novelas ideas atrevidas. Sin embargo, su último libro publicado en España, ácido Sulfúrico causó un verdadero escándalo cuando, como cada septiembre, apareció en el 2005, en los estantes de las librerías galas.Los críticos no se lo podían creer. Esta vez, Amélie Nothomb se había pasado de la raya. ácido sulfúrico trata sobre un Reality show, tan en boga en los países de occidente, llamado nada más y nada menos que "Concentración". Para el programa de televisión se secuestran personas al azar por las calles de París que se meten como sardinas en unos vagones precintados para ser conducidos a un campo de concentración cuya única diferencia con aquéllos de la Segunda Guerra Mundial es que, en este caso, el campo esta plagado de cámaras de televisión para que el resto del país pueda "disfrutar" en directo de la cruel, desagradable y miserable vida de los prisioneros. Allí, unos "capos" escogidos entre la escala más baja de la sociedad, maltratan y deciden la suerte de cada prisionero. Cada día, se matan unos cuantos delante de las cámaras, momento en el que se disparan las audiencias. "Llegó el momento en que el sufrimiento de los demás ya no les bastó: tuvieron que convertirlo en espectáculo" (pág. 9), dice el narrador, a modo de preámbulo, en el íncipit de la novela.
Pannonique, una joven de gran belleza, es reclutada entre los condenados. Desde el principio del programa, la muchacha se convierte en la mayor atracción entre los videntes y los prisioneros. Su poder de seducción alcanza incluso a una de las "capo" llamada Zdena, que se enamora perdidamente de ella, pero cuya fealdad y escasa inteligencia, la convierten en su doble antagónico. Zdena pega a Pannonique con un palo falso y le pasa chocolates discretamente. Los encuentros entre las dos mujeres se efectúan de noche y Pannonique consigue con su poder de palabra hacer que Zdena se arriesgue a terminar con el programa y liberar a los encarcelados.
De la novela podemos criticar muchas cosas. Por ejemplo, que los prisioneros no se insurgen con suficiente violencia ante su inmerecido destino, que Pannonique consigue con demasiada facilidad el cambio de la maldad de Zdena, que el cierre del programa es un poco infantil... pero no me gusta restarle mérito a una autora que consigue siempre que el lector se plantee preguntas y piense en el devenir de una sociedad que observa cada día, con una extraña indiferencia, la miseria humana en la pantalla del televisor. La autora de Higiene del asesino (1992), Estupor y temblores (1999), Diccionario de nombres propios (2002) o Biografía del hambre (2004), se arriesga en esta historia futurista, de ciencia ficción para que constatemos el estado de atrocidad a la que ha llegado la humanidad. Amélie Nothomb, que lleva a sus espaldas premios como el de la Academia Francesa, proyecta en ácido sulfúrico, una sátira cruel, pesimista y violenta sobre la indiferencia ante el sufrimiento con la que consigue vivir, hoy en día, el ser humano.