Detalle del cuadro Santa Teresa (Anónimo), copia de José de Ribera

El quinto centenario del nacimiento de Santa Teresa de Jesús, celebrado en 2015, ha tenido una amplia repercusión. No obstante, no había dado lugar hasta ahora a ningún estudio novedoso sobre la santa abulense, lo que ya de por sí confiere un alto valor al libro que comentamos. No se trata de una biografía, cosa por otra parte innecesaria dado que el personaje nos era ya bastante bien conocido, sino de un análisis en profundidad de la religiosidad española -aunque desborda tales límites- en los años decisivos en que vivió Santa Teresa, que nace unos años antes de que Lutero inicie la Reforma y muere en 1582, cuando, superada la época en que pudo haberse llegado a un acuerdo, las posiciones de las diversas Iglesias cristianas han marcado ya sus respectivos territorios y fijado sendas ortodoxias que comienzan a enfrentarse con dureza.



Así pues, tiempos recios, en expresión de Teresa, cuya calidad literaria, universalmente reconocida, no fue inferior a su obra en el terreno de la espiritualidad monástica. Colocar a Teresa de Jesús en esos tiempos recios y analizarlos a ambos de forma armónica es el gran acierto del libro, que se basa en el buen hacer de Rosa María Alabrús, experta en la espiritualidad femenina, y los amplísimos conocimientos de Ricardo García Cárcel, un maestro de la historiografía modernista, que ha estudiado detenidamente numerosos aspectos del siglo XVI, y entre ellos la Inquisición, la religiosidad o el pensamiento, imprescindibles para acercarse con solvencia a un personaje tan complejo.



Los propios autores confiesan que su objetivo inicial era estudiar a Teresa y a las otras monjas de los siglos XVI y XVII, analizar el por qué unas pocas, como ella, alcanzaron la santidad, y la gran mayoría se quedaron en el camino. Pero señalan también que tales objetivos se vieron desbordados por el "fenómeno Teresa", la fascinación del personaje, su encanto personal prolongado a través del tiempo por la belleza literaria de sus escritos. En realidad, el libro cumple ambos objetivos, pues repasa las trayectorias de numerosas monjas, analizando las fronteras entre realidad y representación: la diferencia de la vida real con la que se construye en los relatos de la propia vida -muy numerosos entre las monjas del periodo- y las biografías escritas por otros -muchos en el caso de Teresa-, o -también en su caso- la imagen posterior creada a través de los siglos.



En su análisis sobre la construcción de la santidad, los autores repasan de forma exhaustiva la "fabricación" de los santos -o mejor las santas- en aquellos siglos, las autobiografías monjiles y los arquetipos de santidad femenina, cuyo canon acabaría estableciendo Teresa. El estudio de las diversas cuestiones o las referencias a otros personajes se contrastan siempre con ella, su vida, sus escritos, la obsesión por sus reliquias, las biografías posteriores a su muerte, el proceso de beatificación y santificación, los intentos de convertirla en patrona de España y las oposiciones que suscitaron, o la evolución posterior de su fama hasta nuestros días. El resultado es un amplio panorama, siempre con Teresa de Jesús como referente, pero en el que se analizan cuestiones generales como la reforma, el erasmismo, los alumbrados y otras, que sirven de marco para el estudio de cada uno de los aspectos de su biografía y su personalidad.



Su habilidad y capacidad de equilibrio para no deslizarse por pendientes peligrosas, su discreción y prudencia, las múltiples ambivalencias de su personaje en una época en que difícilmente se aceptaban méritos o valores en una mujer, sus orígenes conversos, que el franquismo desconoció o no quiso ver cuando la utilizó como santa de la raza, sus familiares y colaboradores, las en ocasiones difíciles relaciones con muchos miembros de su entorno, incluso los más cercanos.



En fin, un acercamiento desapasionado a la persona y la época, que trata de buscar la realidad tras la pátina de las múltiples adherencias y utilizaciones que ha suscitado su figura.