Todo comenzó con un programa de radio emitido en el estío de 2012 en el que Compagnon dedicaba unos minutos diarios a glosar, mostrar su importancia histórica y traer a la actualidad un pasaje de uno de los ensayos de Montaigne. Cuarenta pasajes en total, escogidos "sin orden ni premeditación". "Me pareció una idea tan rara y un desafío tan arriesgado que no me atreví a decir que no". Contra todo pronóstico, aquelllo fue un éxito que más tarde se recogió en el libro cuya versión española acaba de publicarse ahora.
Se habla en estas páginas, repletas de iluminaciones sencillas y de divagaciones encantadoras, del compromiso y la conversación, de los indios de Rouen y de las pesadillas, de las bibliotecas y los amigos, de la guerra y de la paz. Y al final del todo, después de ciertas escatológicas afirmaciones, llegan las conclusiones con las que el maestro Montaigne cierra sus Ensayos, todo un aviso para veraneantes. "Administremos el tiempo; todavía nos queda mucho ocioso y mal empleado".