Una buena mañana, Yeong-hye, una mujer coreana, se despertó convertida en una monstruosa vegetariana. Asqueada por la carne cruda que sangraba en su nevera, comenzó a tirarla a la basura. Así comienza La vegetariana, novela de la recientemente galardonada por el Nobel de Literatura Han Kang publicada en 2007 en Corea del Sur y que más tarde, en 2016, sería reconocido con el Premio Booker Internacional.
La forma en la que Yeong-hye se deshizo entre arcadas de los pedazos de carne que hasta ese momento dominaban las baldas de su nevera es un rechazo a la insoportable e inherente categoría humana o, más incluso, animal.
La novela, para la que, según confesó su autora a El Cultural en una entrevista en 2017, "el público masivo coreano de 2007 no estaba preparado para entender, pues era demasiado extrema e insoportable", comienza con un testimonio del marido de Yeonghye. "Antes de que mi mujer se hiciera vegetariana, nunca pensé que fuera una persona especial", decía el hombre, entre alarmado e incrédulo por el acto reivindicativo de su esposa, que hasta el momento no había dado ninguna muestra aparente de insumisión.
La novela de Han Kang se estructuraba en una sucesión de tres testimonios: el del marido de la mujer, el de su cuñado y el de su hermana. Y mientras tanto, Yeong-hye permanecía muda. O casi. Si bien podían verse algunas intervenciones de la protagonista a lo largo de la novela, estas eran anecdóticas y vistas siempre desde la lente de las subjetividades de otros personajes que basculan entre la incredulidad y la violencia tanto verbal como física.
Porque al desdén inicial que sufre Yeong-hye por parte de los que le rodean le sigue escenas crudas de violencia que desembocan en la agresión física y mental, la autolesión y la violación.
Y ella, claro, continúa sin hablar, más cuando, en palabras de la autora, en ese "acto de subversión la protagonista decide desprenderse de la esencia humana". Se convierte, entonces, sí bien de manera voluntaria, en una de aquellas "subalternas" de la que hablara la filósofa india Gayatri Spivak: una voz a la que ya no se le oye. Tanto, que ya no participa en la narración de La vegetariana. Nos tenemos que conformar con esas tres voces carnívoras: "Yeong-hye es una persona muy especial a la que el lector tiene que entender por su cuenta", afirmaba Han Kang.
En el momento en el que Yeong-hye rechaza un elemento tan íntimamente imbricado en el ADN cultural, se deshumaniza. Se desanimaliza, incluso. Nos podemos imaginar al marido de la hasta entonces mansa esposa mirándola desde el otro lado de la cama. Ya no ve a un ser humano. Lo ve moverse como ya se movía Gregorio Samsa. Quizás ve, incluso, un exoesqueleto como el que viera la familia del personaje de Kafka. Esta vez, sin embargo, y al contrario que el protagonista de La metamorfosis, la mujer no ha tenido que transformarse físicamente para que la consideren un insecto.
Incide Han Kang, no obstante, en que en La vegetariana "la protagonista rechaza la violencia. Pero también hay otros temas: los límites de la locura y la cordura, por ejemplo, o hasta qué punto podemos comprender al otro". Todos esos problemas y obstáculos, sin embargo, siguen orbitando en la agresión permanente a la que se ve sometida Yeong-hye.
La novela fue publicada en España en 2017 -primera obra traducida al español de la autora- por la editorial catalana Rata_, con Iolanda Batallé al frente, que estaba orientada originalmente a la publicación de obras de autoras asiáticas. Sin embargo, el pasado mes de junio de este año Random House, tras comprar los derechos, reeditó la obra.