'Habitación de hotel', 1931. Edward Hopper.

'Habitación de hotel', 1931. Edward Hopper.

Letras

A la sombra de Hopper: la historia de su musa, una vida entre lienzos y silencios

El poeta Javier Santiso novela en 'Un paso a dos' los diarios de Josephine Hopper, que recoge los entresijos de la relación amorosa con el pintor.

5 agosto, 2024 00:41

Seguro que el nombre de Edward Hopper desata inmediato interés en quien lo escucha, y todavía más si conoce su obra o si se ha quedado subyugado frente a la soledad encerrada en las escenas representadas en sus cuadros.

Un paso a dos

Javier Santiso

AdN, 2024. 229 páginas. 20,95€

No es tan seguro que tengan noticia de la mujer que le acompañó durante más de cuarenta años, mientras se iba haciendo el gran pintor que hoy todos reconocemos. Se trata de Josephine Hopper, su mujer desde 1924 hasta que murió, primero él (1967), un año después ella.

La suya es una historia de amor secreta, de rabia y frustración callada, confiada únicamente a sus diarios, donde dejó anotada la vida que vivieron juntos, pero solos cada uno. En aquellos diarios, encontrados junto al legado del artista, halló el autor de esta sugerente propuesta la idea de novelar la historia vivida al otro lado de los lienzos del pintor.

Javier Santiso (Saint-Germain-en-Laye, 1969), editor de poesía, autor de poemarios, un libro de cuentos y una primer novela (Vivir con el corazón, 2021), construye en su segunda ficción, Un paso a dos, un relato hilvanado con las palabras de Josephine sobre la relación entre ambos y sus respectivos procesos creativos.

La pintura y la literatura, la expresión pictórica y la escrita, sirven al autor para enredarse en el reverso de esta relación hilada sobre el eje de la incomunicación y el silencio. Sirven también para proponer, desde el enigmático enunciado del título, un recorrido vital desde los comienzos artísticos de cada uno hasta el naufragio de la pareja.

La pintura y la literatura sirven al autor para enredarse en el reverso de la relación de los hopper

Y lo concibe al modo de las secuencias contenidas en “un paso a dos” (entrada, adagio, dos variaciones y una coda final): cómo se conocen en la escuela de arte, se casan, cómo al principio los dos pintan el uno junto al otro, luego cada uno por su lado, y al final “solo pintaba él”.

Josephine, enamorada, dejó la pintura, se convirtió en su musa, su modelo, la mujer de tantos cuadros que representan el vacío (la pelirroja altiva, la bailarina desnuda, la mujer abandonada...). Sintió que se quedaba fuera de plano, por debajo de los lienzos. Se rindió.

Ella optó por escribir sobre la vida a su lado, sin él. Él (sostiene Josephine) vivió los colores como ella las palabras, absorbido por la pintura sin llegar a estar nunca en lo que pintaba; no está lo que veía, está lo que sentía y no sabía expresar de otra manera: su soledad y su silencio.

Javier Santiso. Foto: Miguel Tadeo.

Javier Santiso. Foto: Miguel Tadeo.

Hay en estas páginas el efectismo de un doble juego constructivo: mientras el autor retrata a la mujer que fue compañera, musa y modelo de tantos lienzos del pintor, cuadros cuya historia se integra en la composición del relato, ella, la mujer “vestida de rojo” en obras como Noctámbulo, Sol de la mañana, Verano en la ciudad, Dos comediantes, dibuja el retrato del pintor, del hombre con el que confiesa haber “vivido sin vivir”.

Santiso es sobre todo poeta, sensible al arte y el lenguaje que ayuda a expresarlo, y de su dedicación a la poesía en sus diferentes vertientes proviene el tono lírico con el que teje esta versión novelada de la relación entre Josephine y Edward Hopper. Y lo hace casi como un largo poema narrativo sobre asuntos profundamente humanos, como la versión novelada del desahogo hallado en los diarios de Josephine.

La única objeción está en hacer que descanse sobre una única voz narrativa, lo que no favorece el relato, que resulta en ocasiones algo monótono y sin baches pese a la verdad y la intensidad de lo que cuenta. Y lo que cuenta está armado con las palabras de ella sobre una vida juntos, pero solos.