El polaco, de J. M. Coetzee, y Planetas habitables, de Elisa Díaz Castelo.

¿Qué le hace abandonar la lectura de un libro?

Rara vez abandono una lectura. Y cuando lo hago tiene más que ver con mi estado de ánimo que con el libro.

¿Con qué personaje le gustaría tomarse un café mañana?

Con el Pnin de Pnin, de Nabokov.

¿Recuerda el primer libro que leyó?

No, pero seguro que fue un tebeo.

¿Cuáles son sus hábitos de lectura: es de tableta, de papel, lee por la mañana, por la noche...?

Tengo el fetiche de oler los libros. Así que hasta que las tabletas no incorporen aromas u olores, seguiré leyendo en papel.

Cuéntenos una experiencia cultural que cambió su manera de ver la vida.

Vi cantar a Enrique Morente en la catedral de Girona, en 2005 o 2006. Ese día descubrí que uno puede sentirse niño y a la vez anciano. Fue revelador y hermoso.

Como escribió Ferlosio, ¿“lo más sospechoso de las soluciones es que se las encuentra siempre que se quiere”?

Es una exageración. Pero solo creo en las personas que exageran.

¿Dónde empieza lo autobiográfico, donde la ficción y dónde el ensayo en este libro?

Es como la línea de la playa y el mar: se mueve cada vez que una ola se retira.

¿Qué importancia tiene en Ñu (y en su vida) la poeta Curiel Jordana?

Escribir requiere una buena cantidad de fuerza bruta. Curiel es mi proveedora.

Por cierto, ¿cuál es el peor ‘ñu’ al que se ha enfrentado?

Una vez tuve una arritmia y la doctora juraba y perjuraba que la única solución era un electroshock. Fue en Viena y firmé un documento de consentimiento en alemán (lengua que no hablo ni leo). Un muy buen ‘ñu’.

¿Y el más peligroso de los que aparecen en su libro?

Tuve que recolectar orina de mi hija para un examen que me pedían en su guardería. Fue una odisea. Las soluciones más peligrosas siempre son las que tienen que ver con problemas burocráticos.

¿Qué personaje de Ñu, poco conocido en España, recomienda al lector? ¿Quién es su extravagante preferido?

Curiel Jordana.

¿Cómo se transformó el ‘ñu’ de Yuval Harari de bonito a devastador?

Como todo aspirante a héroe, Harari buscaba la fama.

¿Es, o puede ser, la literatura una buena solución?

Seamos optimistas hoy: sí.

¿Entiende, le emociona el arte contemporáneo?

Lo entiendo moderadamente. Y por eso me emociona.

¿De qué artista le gustaría tener una obra en casa?

Me gustaría tener alguno de los retratos que Lita Cabellut hizo de Camarón.

¿Qué clase de música escucha en casa?

Mucho cante jondo, o sea cosas como Nick Cave, Nina Simone o Marianne Faithfull. También escucho postpunk: Anica la Piriñaca, La Paquera de Jerez o Fosforito.

¿Se ha enganchado a alguna serie últimamente? ¿A cuál y por qué?

Masters of the Air. Es malilla. Pero los dos protagonistas rebasan tan holgadamente el umbral de belleza que resulta perturbador. Sostengo desde hace tiempo que hay gente tan guapa que resulta grotesca. Me interesa este fenómeno.

¿Le importa la crítica? ¿Le sirve para algo?

De gustibus non est disputandum.

¿Le gusta España? Denos sus razones.

España me gusta porque es de los pocos países occidentales donde el conocimiento ético sigue siendo mundano y no filosófico.

Una medida para mejorar nuestra situación cultural.

Eliminar el Ministerio de Deportes. Es fundamental aniquilar el prestigio del que goza la idea de competir.