Marlon James mezcla superhéroes, cuentos africanos y brujería en 'Bruja Luna, Rey Araña'
La segunda entrega de la trilogía 'Estrella Oscura' esta plagada de observaciones sutiles sobre la condición humana.
11 diciembre, 2023 02:22Leopardo Negro, Lobo Rojo, la novela de 2019 de Marlon James (Kingston, 1970), fue descrita como un Juego de Tronos africano, una novela de fantasía cargada de adrenalina, escrita por un jamaicano ganador del Premio Booker. No recuerdo la última vez que estuve tan ilusionada con un libro y lo compré el día de su lanzamiento. Aquella noche me sumergí en la trilogía Estrella Oscura.
La cosa no fue bien. El narrador, Rastreador, hablaba como si yo ya estuviese familiarizada no solo con la extraña tierra que habita, sino también con el funcionamiento interno de su mente. Más bien, fue como si me hubiera despertado en la pesadilla alucinógena de un extraño y empecé a sospechar que no era un lugar en el que quisiera pasar el tiempo.
Había un montón de vísceras derramadas, fluidos corporales y, en palabras de James, “hedor y peste”. Más preocupante era la violencia sexual perpetrada contra hombres, mujeres y niños, descrita a veces gráficamente y a menudo con una indiferencia inquietante. Incluso las relaciones sexuales consentidas tenían a menudo un tinte de repugnancia y crueldad.
Ajusté mis expectativas y seguí adelante. Al fin y al cabo, no se comparaba con La Comunidad del Anillo, sino con la más escabrosa Juego de Tronos. Y estaba claro que James estaba forjando algo totalmente distinto, con elementos de historias de superhéroes, cuentos populares africanos y novelas de espada y brujería; dentro de ese caleidoscopio, exploraba la naturaleza mutable de la identidad, el poder y la moralidad.
Después de 100 páginas, supe que me hallaba en las profundidades de la imaginación de un lector voraz y un inventor brillante. Pero buscaba el pulso cálido de la historia y no daba con él. Cuando Leopardo Negro, Lobo Rojo fue finalista del National Book Award, lo cogí por última vez, admití mi derrota y lo dejé a un lado.
[Crítica de 'Breve historia de siete asesinatos', de Marlon James]
Ahora llega el siguiente título de la trilogía Estrella Oscura: Bruja Luna, Rey Araña. Se trata de la misma historia, o al menos de algunos aspectos de la misma historia, esta vez contada por Sogolon, una niña de la selva huérfana de madre, ladrona, compañera de la realeza, madre, asesina y vengadora. La mismísima Bruja Luna que en Leopardo Negro, Lobo Rojo es una especie de adversaria traicionera. Confieso que estaba intrigada. James ha dicho que la trilogía no es lineal, que el lector puede empezar por cualquiera de los libros, así que, una vez más, me arriesgué.
La infancia de Sogolon es lúgubre desde el principio. Está encadenada a un termitero, y su padre y sus hermanos, que la culpan de la muerte de su madre, la maltratan. Sin embargo, el espíritu tenaz de esta niña se alza y planea su huida: “Y si se le cae el dedo del pie, correrá con el talón”.
Así comienza la historia de aprendizaje de una protagonista más peleona que Arya Stark, más inteligente que Jane Eyre, tan malhablada como cualquier gánster, con la moral inescrutable de un antihéroe. En un reino maldecido con el olvido, donde el yo y la verdad nunca son tan simples como parecen, Sogolon parece tener una brújula de hierro en su interior.
El hilo conductor de Leopardo Negro, Lobo Rojo, la búsqueda de un chico misterioso, lo es también de esta trama, pero Sogolon conoce los orígenes del chaval y los problemas que puede causar. Su mayor deseo es dar caza a su némesis, Aesi. Como lectora, me interesa mucho más Sogolon.
Durante casi 200 años, la seguimos mientras va del prostíbulo a las cortes reales. En todas partes la ignoran, y en su invisibilidad encuentra la libertad. Aprende a leer sola y perfecciona sus habilidades de lucha viendo combates ilícitos, ocultando sus pechos y compitiendo como Chico sin nombre.
Sogolon no solo es voluntariosa, ágil e ingeniosa, sino también inmensamente poderosa. Puede extinguir llamas y hacer que los enemigos estallen como si fueran globos. Todo en ella es espinoso. Se resiste a la amistad y al amor, aunque llore a los muertos. Se burla de la idea de justicia, aunque la imparta.
A los críticos que aclaman el auge del personaje de la madre complicada, les ofrezco a Sogolon, que da a luz a una camada de crías de león que cambian de forma y se plantea la posibilidad de reventarles la cabeza, pero les permite mamar de su pecho.
A lo largo de más de 800 páginas, la protagonista vive una docena de vidas y es perseguida por un centenar de fantasmas. El libro está narrado en la sintaxis de un dialecto: los verbos no se conjugan y las palabras se mezclan. Tuve que releer algunas partes para intentar entender quién hablaba y qué se decía. Entonces, una línea de poesía pura me detenía en seco: “Aún es de noche. El gran cocodrilo acaba de comerse la mitad de la luna”.
Tengo quejas. El flujo de fluidos corporales sigue siendo incesante y la violación vuelve a ser omnipresente y gráfica. Pero esta vez está la Bruja Luna para vengar a las víctimas: “Siempre viene en la oscuridad y se va sin dejar rastro”.
La protagonista es más inteligente que Jane Eyre, tan mal hablada como cualquier gánster, con la moral de un antihéroe
La imaginación de James es enorme y apasionada, y sus numerosas escenas de lucha son trepidantes y vívidas. Pero lo que se me ha quedado grabado son sus observaciones más sutiles sobre la condición humana, como que la gente no huye de las situaciones terribles solo porque no sabe dónde ir, que el amor es como el miedo, la pena es como la furia y la venganza nunca puede ser tan satisfactoria como uno se imagina.
Hay muchas novelas fáciles de disfrutar que recomiendo a mi muy culta abuela o regalo a mi padre. Este no es uno de esos libros. El lector debe adentrarse en la trilogía Estrella Oscura por voluntad propia, con los ojos bien abiertos. Pero la Bruja Luna iluminó mi camino y me mostró que una mujer puede abrirse paso por este mundo peligroso y asombroso.
“La sorpresa es lo que ella puede anticipar y la decepción aquello de lo que puede depender”, escribe James. “Las otras cosas, la bondad, la amabilidad, la justicia, la lealtad, la decencia, son las cosas que surgen de la nada”.
Cuando terminé la última página de Bruja Luna, Rey Araña, encontré mi ejemplar de Leopardo Negro, Lobo Rojo y empecé por el principio: “El niño ha muerto. No queda nada por saber”.
© The New York Times Book Review. Traducción: News Clips