Tras conocerse que los libros de Roald Dahl están siendo retocados en el Reino Unido para adaptarlos al lenguaje inclusivo y "no ofensivo", la editorial Alfaguara ha anunciado que no serán retocados en sus ediciones en español, tanto en España como en Latinoamérica.
Alfaguara tiene los derechos de edición en español de las obras de Dahl, autor de cuentos infantiles tan populares como Matilda o Charlie y la fábrica de chocolate. La editorial se desmarca así de la decisión de la británica Puffin Books, que ha revisado los textos para "asegurarse de que todos puedan seguir disfrutándolos hoy", a pesar de que ambas pertenecen a Penguin, uno de los grupos editoriales más grandes del mundo.
"Tras conversaciones con la Roald Dahl Story Company [la empresa que gestiona los derechos de autor del escritor británico, fallecido en 1990], Alfaguara Infantil y Juvenil mantendrá sus ediciones con los textos clásicos del autor sin modificar sus publicaciones en castellano", han indicado a EFE fuentes de la editorial.
Este miércoles también se ha pronunciado el sello Loqueleo, que también publica las obras de Dahl en español. Loqueleo pertenece al grupo Santillana y fue creado a partir del catálogo infantil de Alfaguara que conservó cuando le vendió esta y otras editoriales a Penguin en 2014.
En un comunicado, se enorgullecen de que la editorial Santillana lleva "más de 40 años publicando los libros de Roald Dahl" y de ser sus editores originales en España desde 1978. "Siempre hemos defendido la literatura infantil y juvenil, y publicado libros, sin atender ningún tipo de censura, con independencia de las modas y circunstancias del momento. Editamos libros sin complejos, atemporales, que no subestiman al lector". Por este motivo, aseguran haber transmitido a los agentes de Dahl que no van a realizar cambios en sus libros.
La editorial francesa de Dahl, Gallimard, también ha asegurado que "no tiene planes" de retocar sus textos originales, según ha informado este martes The Guardian.
En las nuevas ediciones en inglés de Puffin Books, términos como "gordo" o "fea" han sido extirpados, con el consentimiento de los herederos de Roald Dahl. Para esta tarea la editorial contrató a "lectores de sensibilidad" (sensitivity readers), una figura cada vez más presente en el mundo editorial, especialmente en la literatura infantil y en el ámbito anglosajón. Ellos se encargan de señalar el contenido que podría ofender a determinados colectivos o que promueven estereotipos en temas como el peso, la raza, el género, la orientación sexual, la salud mental o las creencias religiosas.
El asunto ha generado una polémica en la que ha terciado hasta el primer ministro británico, Rishi Sunak, que ha criticado la reescritura de los libros de Dahl: "Es importante que las obras de literatura y los trabajos de ficción se preserven y no se editen", dijo este lunes un portavoz suyo. "Siempre hemos defendido el derecho a la libertad de discurso y de expresión", añadió.
Otro personaje público que ha criticado la decisión de reescribir los cuentos de Roald Dahl ha sido el escritor Salman Rushdie: "Roald Dahl no era un ángel, pero esto es una censura absurda. Puffin Books y los herederos de Dahl deberían avergonzarse", ha opinado en Twitter.
Como dice Rushdie, Dahl no era precisamente "un ángel". El propio autor de Los versos satánicos, que ha sufrido como nadie en sus propias carnes la intolerancia frente a la libertad de expresión, ha recordado que Dahl hizo multitud de comentarios antisemitas a lo largo de su vida, algo por lo que su familia llegó a disculparse públicamente hace un par de años.
En cualquier caso, estas polémicas opiniones de Dahl no aparecen en sus libros, que en general transmiten valores positivos como la amistad, la generosidad, la imaginación y la humildad, aunque tenga un estilo irreverente y desenfadado y en ocasiones haya escenas duras e impactantes. Precisamente, estos atributos son los que han seducido a millones de lectores de varias generaciones y ha logrado vender 250 millones de ejemplares de sus libros.