Desde esta misma tarde la localidad de Torrijos, en Toledo, “se transformará en capital mundial del cuento”, dice “medio en broma” el escritor Eloy Tizón. Aunque, matiza, “debajo de la exageración, una parte es verdad”. Torrijos Cuenta es el primer festival de relato literario que se celebra en España y será inaugurado hoy por Antonio Muñoz Molina.
A partir de las 18:30 horas, el autor de obras como El jinete polaco conversará con el periodista cultural Jesús Marchamalo en el auditorio del Palacio Pedro I, ubicado en el Ayuntamiento de Torrijos. Tizón, director literario del evento, califica el encuentro como “un espaldarazo de enorme valor, al tiempo que coloca alto el listón del nivel de calidad que aspiramos a mantener en sucesivas convocatorias”.
Además de Muñoz Molina, cuya presencia está justificada por sus múltiples incursiones en la narrativa de ficción breve —“quizá menos frecuentada”, según apunta Tizón—, grandes nombres del panorama literario nacional comparecen en la programación de Torrijos Cuenta. Las mesas redondas del sábado acogen a cuentistas de la talla de Pilar Adón, Fernanda García Lao, Daniel Monedero o Elvira Navarro, que compartirán protagonismo con editores de sellos que han apostado fuerte por el cuento. Es el caso de Juan Casamayor, de Páginas de Espuma, o Enrique Redel, de Impedimenta.
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Jesús Carrasco, criado en la localidad toledana, participa en el coloquio del domingo junto al escritor Rafael Cabanillas, también natural de Torrijos. La conversación, moderada por el periodista cultural Jaime Cedillo, versará sobre el pulso rural que mantienen sus obras. De Carrasco, la archiconocida Intemperie podría ser un ejemplo, mientras que la multipremiada novela de Cabanillas, Quercus, también se inscribe en esta corriente.
Un taller literario sobre el cuento impartido por Manuel Guedán, autor de Los sueños accesibles de Josefina Jarama (Alfaguara), y un recital a cargo de Vanessa Martí Simonka abrochan la jornada del sábado. La locutora de radio y contadora de cuentos profesional estará acompañada a la viola por Iris Hernández, intérprete torrijeña. En paralelo a la programación se ha convocado un concurso literario de cuento o relato. El premio consiste en una retribución económica (300 euros) y una matrícula para asistir a un curso de escritura creativa valorado en 150 euros.
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En todas las actividades “hemos aspirado a lograr la excelencia”, asegura Tizón. El objetivo en esta primera edición es “alcanzar la visibilidad y despertar el interés suficiente como para que Torrijos Cuenta se convierta a medio plazo en una referencia inexcusable dentro del campo del relato breve”. En esta línea, celebra que el festival haya roto "un tabú". La exclusividad del género en las citas literarias que se programan a nivel nacional “sirve para paliar una ausencia anómala en un país en el que no escasean los festivales de literatura de todo tipo”.
Tizón no quiere olvidarse de la disposición prestada por la concejalía de Cultura del Ayuntamiento de Torrijos, cuya motivación desborda la naturaleza del género literario que se reivindica en el festival. “Se trata de corregir el relato hegemónico de que la cultura solo puede producirse desde los grandes centros de poder: Barcelona y Madrid, básicamente”, explica. El objetivo es “cambiar el foco hacia localidades más pequeñas, menos saturadas, que por eso mismo propician un intercambio de experiencias más cercano y tranquilo, en que la chispa creativa pueda saltar en cualquier momento”, concluye.