La Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED) destaca, entre las editoriales universitarias, por su amplio catálogo y por la cuidada edición de libros y materiales, orientados fundamentalmente a la conveniencia pedagógica de sus alumnos. Sin embargo, buena parte de sus textos, como atestiguan las cifras de ventas, tienen interés para un público muy diverso.
Este es el caso de Diversidad e igualdad en educación un volumen coordinado y escrito por Patricia Mata Benito, Héctor S. Melero y Teresa Aguado Odina con la colaboración de David Abril, Margarita del Olmo, Valeria de Ormaechea, Carmen Osuna y Alba Quirós. Un texto que, como se señala en la introducción, es la puesta al día de un manual pensado en 2010 para la asignatura obligatoria de segundo curso en el grado de Educación social, diversidad e igualdad en educación.
La primera intención de estas páginas es atender los objetivos, competencias y contenidos marcados en el plan de estudios organizado para estudiantes a distancia. Al mismo tiempo se pretende entrar en el plano de la educación social, es decir, en mirar la educación desde su dimensión social, colectiva y comunitaria. Una pretensión de una centralidad apasionante en la complejidad, llena de pliegues, que caracteriza a la sociedad actual. No en vano, como escriben Patricia Mata Benito y Alba Quirós en el capítulo titulado “Ciudadanía y participación democrática”: “la educación es intrínsecamente un proyecto político”.
La centralidad de la educación en la polis ha dado lugar a una bibliografía inmensa. Basta recordar a dos autores bien distintos, Bertrand Russell y Pierre Bourdieu. Del primero conviene recoger La educación y el orden social. Publicado en 1932, en un momento histórico en el que Europa atraviesa tanto erupciones totalitarias como intentos sensatos de armar proyectos socio educativos —en España, la Institución libre de enseñanza—, subraya la necesidad de reducir la desigualdad amenazada, entre otros elementos, por familias patriarcales y el sistema hereditario. Desde mediados de los años sesenta, la preocupación de Bourdieu por el papel de la educación como instrumento de las clases dominantes es constante, como podemos leer en Los herederos: los estudiantes y la cultura (1964) y en Sobre el Estado (2012).
La igualdad compleja
Las referencias a la relevancia de la educación en la arquitectura de la sociedad son inmensas. Pero de vuelta a Diversidad e igualdad en educación, indiquemos que el lector encuentra su contenido dividido en dos partes, Conceptos básicos y Transformación social, las cuales a su vez se estructuran en cinco segmentos comunes a todas las contribuciones: para empezar a pensar; información, actividades y propuestas de colaboración; recursos y enlaces; preguntas para la reflexión; y evaluación y referencias.
Con esta estructura pedagógica el primer tema debido a Teresa Aguado Odina y Patricia Mata Benito, el cual da título al libro, afirma que “toda situación educativa se da en un contexto de diversidad”. Ambas recogen como apoyo central el concepto de “igualdad compleja” popularizado por Michael Waltzer en su libro de 1983, Las esferas de la justicia: una defensa del pluralismo y la igualdad.
Margarita del Olmo escribe el segundo tema, “Racismo: desde las diferencias a las desigualdades”. Un intento de desvelar los mecanismos invisibles del racismo. A continuación, Héctor S. Melero y Alberto Izquierdo Montero titulan su contribución, “Educación y transformación social”. En ella abordan los movimientos sociales como una herramienta colectiva de transformación social cargada de pedagogía.
Mediación para la convivencia
La segunda parte, Transformación social, arranca con un cuarto tema titulado “Ciudadanía y participación democrática”. Patricia Mata Benito y Alba Quirós examinan diversos modos de entender la ciudadanía y alertan del peligro de una educación que, aunque concebida como medio para alcanzar la ciudadanía, resulte insuficiente como demostraría la creciente desigualdad. En su opinión, la participación “es una cuestión central para ejercer la ciudadanía a lo largo de todo el ciclo vital”.
Se cierra este volumen con la aportación de Valeria de Ormaechea y David Abril Hervás, “Mediación social en contextos educativos”. En su opinión, la mediación no debe confundirse con la negociación ni con el arbitraje. No supone únicamente la resolución de un conflicto. La mediación social en la educación se refiere a las formas de convivencia en la estructura escolar pero puede ir más allá y conformar un entendimiento de distintos saberes. (La etnometodología de Garfinkel y Cicourel planteaba, en los primeros años setenta un diálogo de saberes de enorme interés. Por desgracia, sus planteamientos críticos acabaron por ser absorbidos por la sociología académica).
Imposible dar cuenta y razón, parafraseando a Ortega y Gasset, de la amplia diversidad y riqueza de este libro. Por eso mismo el lector, estudiante o no, encontrará siempre estímulo para continuar leyendo, aunque no siempre comparta opiniones y apreciaciones vertidas en este texto.