A propósito de la infancia, de la memoria, de lo vivido… A propósito de los libros leídos y de los libros vividos. A propósito del niño que fue quien narra estos recuerdos anclados en la casa familiar del barrio valenciano de El Cabanyal, de los amigos, los secretos compartidos y los nunca confesados. De ese niño de once años llamado Tito que ya es adulto cuando vuelve la mirada a aquel año en que murió el abuelo y les dejó en herencia, a él y a su hermano, su inmensa biblioteca y un respeto inconfesable hacia el secreto que ésta guardaba.
Y del adulto que fue atando cabos sobre el pasado hasta reconstruir el sentido de los recuerdos del abuelo, rastreando palabras, frases entrecortadas, dichas a medias en la familia (“Hitler”, “holocausto”, Berlín durante la Segunda Guerra Mundial, “el ahorcado”…), fotos y cartas ocultas entre los libros. De cómo vivió el niño aquel último verano de una niñez (corrían los años 80) colmada de inocencia, de su curiosidad por otear el horizonte (como el capitán Ahab), por descifrar (como Holmes) el significado de enigmas y fantasmas de su imaginación, por mantener la admiración hacia el padre y la complicidad con su madre, trata esta historia.
Su argumento es el anunciado: dos hermanos deciden investigar la biblioteca heredada dejándose conducir por un curioso orden que el abuelo pudo dejar predispuesto, según la idea borgeana de que toda biblioteca es un viaje. Esa aventura, a espaldas del mundo de los adultos, la comparten con los amigos iniciando un club clandestino de lectura en torno a los que parecen libros señalados, todos grandes clásicos de la literatura universal, animados al hallar en cada libro lo que entienden como un “pequeño incentivo económico”, además de otros enigmas que Tito se empeñará en rastrear.
Intensa y amable, esta novela es un homenaje a un tiempo perdido y a todas las aventuras que le dieron sentido
Así, podría leerse como una novela iniciática, que lo es, pero prima el homenaje a la niñez de su autor, Ginés S. Cutillas (Valencia, 1973), profesor de la Escuela de Escritores, experimentado narrador que debutó en 2013 con Un koala en el armario y en esta ocasión consigue un relato intenso y amable, entreverado de impresiones sobre esos años en que se estrenan emociones inéditas vinculadas a la experiencia de descubrir cómo el mundo pierde, de golpe, parte de su amabilidad.
Homenaje, a su vez, a un tiempo perdido, lleno con todo cuanto parecía necesario, y a todas las aventuras que ensancharon aquel mundo y le dieron sentido. Todo envuelto en el tono afectivo de un autor que cuida la mirada hacia sus vivencias porque escribir sobre ellas es, de algún modo, recuperarlas.
Y así, reunidas bajo un mismo techo, representado en la biblioteca y el jardín del abuelo, adquieren la forma de un viaje de despedida de la infancia y un encuentro con los lugares hacia los que conducen las lecturas que marcan una biografía lectora. De lo aprendido en ese viaje, de batallas libradas con miedos propios, a veces en escenarios adversos, trata El diablo tras el jardín.