Amiga personal y profunda conocedora de la obra de Enrique Vila-Matas, la periodista cultural Anna María Iglesia (Barcelona, 1975) reúne en este breve pero enjundioso volumen meses de conversaciones, de un diálogo diario y cómplice en el que se propuesto “captar al escritor y su universo”.
Nacidas de la admiración, del convencimiento compartido de que “la realidad imita a la literatura” y de que “en Vila-Matas solo hay literatura”, estas entrevistas se estructuran en torno a ocho bloques temáticos, que van desde “Por qué escribir” a “El arte de desaparecer”, pasando por el origen de “La literatura del porvenir”, la “escritura bisagra” o “la poética del fracaso”, mientras recorren lugares como París, Berlín, Dublín, México o Nueva York, así como gentes (Duchamp, Auster, Sophie Calle), lecturas, aficiones, secretos…
En este volumen lúcido y divertido no faltan tampoco revelaciones curiosas como la diferencia entre escribir y ser escritor; su profundo horror ante la proliferación de narraciones de corte biográfico, porque, dice Vila-Matas, “no todo el mundo es Proust”, o la reivindicación de uno de sus textos programáticos, Chet Baker piensa en su arte, que precisamente acaba de recuperar WunderKammer y que nació como una suerte de autorretrato literario abrumador.