Sonsoles-Echavarren-Rosello

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Letras

Con voz de mujer

La escritora Sonsoles Echavarren teje en ‘Mujeres de novela’ (EUNSA) los relatos de 15 vidas anónimas que de algún modo configuraron también nuestra Historia

16 septiembre, 2020 09:00

Abrir el baúl de los recuerdos es un gesto aparentemente sencillo. Solo hay que prestar atención a las cosas. A la ropa, los objetos obsoletos, las cartas, las notas, las imágenes en blanco y negro, el olor a naftalina… El relato, su historia, está ahí. Como la de estas mujeres, Mujeres de novela. Quince vidas extraordinarias del siglo XX, que reconstruye Sonsoles Echavarren en este libro editado por Ediciones Universidad de Navarra (EUNSA), que también se puede leer en versión online.

Título: Mujeres de novela. Quince vidas extraordinarias del siglo XX
Autora: Sonsoles Echavarren Roselló
Editorial: Editorial Universidad de Navarra (EUNSA)
Año de publicación: 2020
Disponible en EUNSA (Edición PapelEdición Digital)
Disponible en Unebook

Quince historias, quince mujeres, que reivindican el poder de los pequeños relatos y el valor de lo extraordinario oculto entre las vidas anónimas. Ellas son, escribe su autora al comienzo, “las protagonistas de quince historias que se han paseado por el siglo XX de la mano de los acontecimientos históricos más relevantes”. Personas reales, de carne y hueso, con las que Echavarren se cruza a menudo, que conoce y desconoce, a través de cuyas palabras va tejiendo una historia más general, que nos seduce a todos, entre la memoria propia y la compartida.

Como un álbum de fotografías, Mujeres de novela comienza con un relato familiar, el de su propia abuela, escrito en sus últimas semanas de vida. “Lary sonríe a la cámara con el auricular del teléfono en su oído izquierdo”, describe en su primera línea. Y, a partir de ahí, sus páginas se deslizan como imágenes unas tras otras.

Sus historias, como una muñeca rusa, encierran otros relatos de otras mujeres. Junto a ellas, vemos la imagen de María del Carmen Echavarren, a la que su familia descubrió un día por casualidad. Casada hasta en tres ocasiones, esta mujer que nació en Montevideo en 1948 viajó por todo el mundo como intérprete y traductora durante treinta años. “Recuerdo a una señora en Ciudad Juárez que había ido al centro de la ciudad a comprar zapatos con su hija —comparte con la escritora—. Ella regresó antes a casa para preparar la cena a su marido y la hija dijo que cogería un autobús más tarde. Pero nunca regresó. (…) Un día, sin ningún respeto, los policías llamaron a su casa para entregarle una bolsa de plástico llena de huesos que, decían, eran de su hija”.

Con ecos de El tiempo entre costuras, la novela de María Dueñas, sobresale en este baúl la estampa de la modista de Chamberí, Marilis Landa, que todos los veranos, al cerrar el taller, viajaba a Alicante en su Seat 1400. O la de su compañera de profesión, Esperanza Vela, que conoció a modelos y diseñadores de alta costura en los desfiles de moda en París.

Junto a ella, de la mano de Echavarren, viajamos también alrededor del mundo. Primero en 1959, con Pilar Latorre que integró la llamada Expedición de las Martas, rumbo a Melbourne. Y, cuatro años después, con Mari Fernández que cruzó el mar de Vigo hasta Londres en 1963. Aventuras como la de María Turrillas, hija del compositor navarro Manuel Turrillas, que viajó a Oxford y Nueva York en esa época en que las mujeres no viajaban solas. O de protagonistas fuertes e inspiradoras como Martha Espinoza cuyo trayecto desde el campamento minero de Pailaviri (Potosí, Bolivia) a su destino en Pamplona encierra el relato de una dura historia de superación.Hay muchos más nombres entre estas Mujeres de novela que sobrevivieron a la Guerra Civil y a la posguerra, como Margari Vela o Esther Cañada. Hay incluso una Rosalía con apellido de folclórica, Flores, y una boda “sin novio” protagonizada por Isabel Romeo. Cierra este baúl de tesoros ocultos la intrépida Hedwig Renner que, viuda de su primer marido, fallecido durante la II Guerra Mundial, pasó por un campo de concentración, tuvo una hija fuera del matrimonio y cruzó la frontera acompañada por contrabandistas.