“Somos como somos, en no poca medida, porque fuimos bosque. La condición humana se inició en la espesura de las frondas, de las que salimos, pero de las que nunca hemos dejado de depender”. Este extracto condensa la filosofía vital de nuestro más conocido naturalista, un Joaquín Araújo (Madrid, 1947) cuya incontestable trayectoria se compone de más de un centenar de libros, el guion de 340 documentales y unas 2.500 conferencias sobre todos los aspectos posibles de lo que llama la “Natura”.
Sobre uno en concreto se centra Los árboles te enseñarán a ver el bosque, una especie de legado y herencia de toda una vida “emboscado” en el que el autor explora desde diversos géneros –la pura divulgación científica, las memorias, el ensayo filosófico o la poesía– todo aquello que los árboles y bosques son y significan para nosotros, incluso aunque no lo sepamos o lo hayamos olvidado.
Araújo explora en este ensayo todo aquello que árboles y bosques son y significan para nosotros, incluso aunque no lo sepamos
Pero también alerta de la nociva influencia que tenemos como especie sobre ellos, porque además de un recorrido altamente didáctico, este libro también es una proclama de denuncia, “un libro de combate para activistas comprometidos” que sintetiza los 50 años de lucha del autor y que pretende concienciar de que “debido al pensamiento de que los bosques son solamente madera desaparecen 20 millones de árboles diarios en todo el mundo”.
Sin embargo, este transversal e inagotable ensayo no se queda únicamente en las facetas personal y reivindicativa. Ya desde un literario y bello prólogo de Manuel Rivas, despunta la relación entre literatura y naturaleza, que no se siente solo en la escritura de Araújo o en las muchas citas de lo más granado de la tradición literaria, sino en la profunda identificación de naturaleza y humanismo que destilan las reflexiones de un autor cuyo grito de guerra es: ¡Nada debería ser llamado crecimiento si no crecen también sus árboles!