Por qué me hice nazi
Wieland Giebel. Foto: SMM
El autor y editor alemán Wieland Giebel publica un libro en el que recopila testimonios olvidados de miembros del partido nazi que explican las razones por las que integraron la organización liderada por Adolf Hitler.
A los concursantes les prometía 400 marcos en premios. Abel quería saber quiénes eran y por qué decidieron sumarse al nazismo los que ya figuraban como miembros del partido antes del 1 de enero de 1933. La idea del estadounidense contó con el apoyo del NSDAP. Entonces los nazis todavía querían tener una buena imagen en el mundo anglosajón. Por eso no faltaron participantes para el concurso. Abel se hizo con casi 700 testimonios, unas 3.700 páginas en las que ha estado sumergido de un tiempo a esta parte el autor y editor Wieland Giebel. Él es el responsable de la reciente publicación en Alemania de Warum ich nazi wurde (Ed. Berlin Story, 2018) o Por qué me hice nazi.
Ese libro recoge una selección de las presentaciones autobiográficas solicitadas en el concurso de Abel. "La selección la hice en función de la claridad de los argumentos por los cuales la persona se hacía nazi. Y se encuentra desde el trabajador llano del popular barrio de Neukölln, hasta el funcionario interesado en hacer carrera en el partido", dice Giebel a El Cultural.
Habla Giebel en el Berlin Story Bunker, un antiguo búnker que data de la época nazi de Berlín donde se documenta la historia del nacionalsocialismo. El lugar incluye una amplia una muestra sobre la llegada al poder de Hitler y del nazismo. Hitler, cómo pudo ocurrir es el título de la principal muestra del búnker. Giebel es, además de autor y editor, el presidente de la asociación que se ocupa del búnker dedicado a la historia del nacionalsocialismo.
Forma parte del selecto grupo de personas que han trabajado con los autorretratos que los miembros del partido nazi entregaron a Abel. No se puede decir que el estadounidense pudiera explotar al detalle aquellos testimonios. En su día se le reprochó ser demasiado cercano a los nazis. En los años 70, el historiador estadounidense Peter H. Merkl, de la Universidad de Santa Bárbara (California) puso su atención en esos documentos. Más recientemente, el historiador alemán Sven Felix Kellerhoff los utilizó para su libro El NSDAP: un partido y sus miembros (Ed. Klett-Cotta, 2017).
Salvo esas contadas iniciativas, esos documentos han permanecido olvidados en los archivos de la californiana Universidad de Stanford, concretamente en las instalaciones de la Hoover Institution. Giebel todavía no da crédito ante este abandono de los historiadores. Porque esos documentos son un auténtico tesoro para poder entender el auge del nacionalsocialismo, fenómeno político que desencadenó la Segunda Guerra Mundial, la destrucción de Europa y el Holocausto judío.
Historiadores, politólogos y sociólogos habían explicado el fenómeno nazi apoyándose en ideas como el trauma de la Primera Guerra Mundial, el sentimiento patriótico herido tras la firma del Tratado de Versalles en 1919 o los efectos de la crisis económica del 29. El propio Abel señaló en su día el descontento con la clase política y la capacidad movilizadora del Volksgemeinschaft, 'la comunidad del pueblo'. No en vano, en su mejor momento el partido nazi llegó a contar 8,5 millones de miembros.
"Sin embargo, ningún estudioso puede explicar cómo una mujer joven, que escribe uno de estos documentos, pasa a convertirse en una nazi activa y convencida, cómo ella se ha radicalizado pero sus otras diez hermanas y hermanos no", escribe Giebel en su Warum ich nazi wurde. Su libro deja que los nazis se expliquen. En su selección de documentos se observa, entre otras cosas, la fascinación del nazi de a pie por la figura del Führer. "Pienso que nuestro Führer irradia un poder que nos hace a todos más fuertes", escribe, por ejemplo, Paul Moschel, uno de los autores de los textos autobiográficos reproducidos en el libro de Giebel.
Antisemitismo, anticomunismo y hooliganismo
"Las razones por las que esta gente entró en el partido atienden en general a esta afirmación: 'me siento desconectado'", resume Giebel. "Son gente que dice sentirse desatendida por los políticos de su tiempo. También está ahí el antisemitismo, presente en dos tercios de los testimonios", abunda.Portada y una página del interior del libro Por qué me hice nazi
Para muchas de las personas protagonistas en su libro, pertenecer al movimiento nazi era una suerte de experiencia vital capaz de dar sentido a sus vidas. "Cada reunión nacionalsocialista era una experiencia, a veces como una misa", escribe Gustav Kohlenberg, otro de los nazis citados por Giebel. El nazi berlinés Karl Zacher también se expresa así: "Después de leer en octubre de 1931 el libro Hitler: Mein Kampf, quedé fascinado. Dejé la asociación a la que había pertenecido durante 19 años, y me puse a disposición del partido. Mi vida volvía de nuevo a tener sentido"."Para todos ellos era importante, en el proceso en el que se hicieron miembros del partido, la imagen de los nazis", explica Giebel. "Por lo menos para la mitad de ellos era importante el desfilar, el uniforme y la bandera", sostiene. Este sector se identifica con quienes acabarían integrando las Sturmabteilung (SA, por sus siglas alemanas) o 'Tropas de Asalto'. En esta organización de fieles nazis, sus miembros eran, en palabras de Giebel, "hooligans con motivos políticos".
Otro grupo que Giebel destaca entre los testimonios publicados es el de los nazis "más intelectuales". Son personas más movidas por "el antisemitismo o el anticomunismo" que por el deseo de ejercer la violencia en las calles. Para esto estaban mayormente las SA. "Hay otra parte importante, la de comunistas que se pasaron al partido nazi. Lo hacían porque con los comunistas no se podía ser antisemita, pero con los nazis sí", sostiene el autor.
Más banales parecen las motivaciones que presentaba el inspector Goretzki, del Ministerio de Transportes del III Reich. "El camino de un funcionario hacia el nacionalsocialismo", escribe Goretzki al inicio de su escrito. "Cuando alguien me preguntaba: '¿Por qué te has hecho nacionalsocialista?', para mí estaba clara la respuesta: Porque ahora en mi vida me siento alemán", escribe el inspector del III Reich.
Un pasado que interpela al presente
Para Giebel resulta especialmente destacable que todos los participantes en el concurso-experimento de Abel "conocían el panorama político de su tiempo". Por tanto, eligieron a los nazis de forma muy consciente. "Todos describen una clara decisión individual. Y eso significa también que todos son responsables de lo que pasó después", apunta el editor de Warum ich nazi wurde, aludiendo a la destrucción de Europa y la Shoah. El libro de Giebel, de 930 páginas, contiene reproducciones íntegras de los documentos escritos por los miembros del partido dando cuenta de sus motivaciones para pertenecer al nacionalsocialismo. Pero no es un documento que hable solo del pasado. Así lo cree su editor."En todos esos escritos hay un sentimiento, el sentimiento de que quien escribe cree ser mejor que el resto. Esta sensación está presente ahora en la gente de movimientos como el de los Patriotas Europeos contra la Islamización de Occidente [PEGIDA] o del partido Alternativa para Alemania [AfD]", señala aludiendo a la formación política de ultraderecha que actualmente es el primer partido de la oposición en el Bundestag. A PEGIDA se le conoce por sus manifestaciones todos los lunes en Dresde, donde se clama contra las políticas -especialmente las de refugiados- del Gobierno de la canciller Angela Merkel. "Es horrible que la situación política actual tenga parecidos a la de aquellos años del nazismo", concluye Giebel.
@SmmEnBerlin