Fernando del Paso
El escritor mexicano Fernando del Paso, Premio Cervantes 2015, ha muerto este miércoles a los 83 años de edad en un hospital de la ciudad de Guadalajara (Jalisco, México), según ha informado la agencia Efe tras la confirmación de la noticia por parte de sus familiares. Del Paso (Ciudad de México, 1935) fue uno de los autores más leídos y premiados de su país. En sus novelas, innovadoras en fondo y forma, la ficción se mezcla con episodios importantes de la historia de México.El jurado del Premio Cervantes, considerado el más importante de la literatura en español, le otorgó el galardón hace cuatro años "por su aportación al desarrollo de la novela aunando tradición y modernidad, como hizo Cervantes en su momento. Sus novelas están llenas de riesgo y de episodios fundamentales de la Historia de México, haciéndolos universales". La casualidad ha querido que le digamos adiós un día antes de que conozcamos el nombre del próximo ganador del premio.
La primera obra que publicó Fernando del Paso fue Sonetos de lo diario, en 1958. Su primera novela, José Trigo, fue publicada en 1966, año en el que obtuvo el Premio Xavier Villaurrutia. En 1976 escribió Palinuro de México, que recibió el Premio de Novela México a la mejor novela inédita y, posteriormente, el Premio Internacional Rómulo Gallegos (1982) y el Premio a la Mejor Novela Publicada en Francia (1985). Su tercera novela, Noticias del Imperio, fue publicada en 1986. De estas dos últimas obras existen traducciones al inglés, francés, portugués, alemán, holandés y chino. En 1995 se publicó su cuarta novela, Linda 67; en 1998, La muerte se va a Granada, obra de teatro en verso sobre Federico García Lorca; y en 1999 publicó Cuentos dispersos, libro editado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Del Paso publicó también varios ensayos. El primero de ellos fue El coloquio de invierno, escrito en 1992 junto a Carlos Fuentes y Gabriel García Márquez. También escribió uno sobre el Quijote, una biografía de Juan José Arreola y, en 2011, una serie de ensayos sobre el islam y el judaísmo.
Además de escritor, Del Paso fue dibujante y pintor, y presentó sus obras en Londres, Madrid, París y varias ciudades de Estados Unidos. Inició estudios de Economía en la UNAM antes de centrarse en su carrera literaria, y también se ha dedicado a la publicidad y al periodismo cultural, así como a la diplomacia. Vivió dos años en Estados Unidos, 14 en Londres y 8 en París, donde ocupó el cargo de consul general de México. En 1991, Del Paso recibió en su país el Premio Nacional de Letras y Artes. Desde 1996 es miembro del Colegio Nacional, la academia mexicana de las ciencias, las humanidades y las artes.
En su discurso de recepción del Premio Cervantes, Fernando del Paso fue muy crítico con la realidad de México. "Continúan los atracos, las extorsiones, los secuestros, las desapariciones, los feminicidios, la discriminación, los abusos de poder, la corrupción, la impunidad y el cinismo", dijo. Un día antes de recoger el galardón, con su porte dandi -gafas oscuras, traje claro, barba blanca y melena peinada hacia atrás- habló ante los medios sobre su biografía, su carrera y sus influencias literarias: "El escritor que desató mi vocación fue Miguel Hernández", reconoció. Los sonetos de El rayo que no cesa le inspiraron para escribir los primeros suyos a principios de los cincuenta y así comenzó su carrera literaria. También mencionó a Gabriel Miró, a los Machado, a los Goytisolo, a Cela, a Valle-Inclán, a Menéndez Pelayo, a Gómez de la Serna y a los clásicos del Siglo de Oro: "De ellos me alimento cada vez que vuelvo a leerlos".
Con motivo del Premio Cervantes, varios compatriotas escritores expresaron en El Cultural sus impresiones sobre el autor y su influjo. "Personaje de sí mismo, enorme, Del Paso es conmovedor y admirable para quien lo lea o lo trate", declaró Ignacio Padilla, que lo considera "el último de los grandes maestros del boom latinoamericano, tan mal imitados luego en el postboom que nosotros hemos criticado con un encono casi enfermizo". Emiliano Monge, por su parte, lanzó una recomendación para sus compañeros de profesión: "Para salir de un bache creativo o para resolver un problema narrativo, a cualquier escritor le bastaría con sumergirse un par de días en las páginas de Del Paso. La suya es una narración tan pura y poderosa, tan viva, que es capaz de contagiar a cualquier mudo atrapado en su laberinto de silencio".