A la izquierda, Teresa de Escoriaza y a la derecha, Sofía Casanova, la primera corresponsal extranjera que entrevistó a León Trotski
Cuenta Ana del Paso que todo comienza en el siglo IV con Egeria montada en un asno camino de Tierra Santa. Sus crónicas, en realidad, eran las epístolas que enviaba a su hermana durante su peregrinaje. Ella escribía cartas y, como ella, "las primeras, primeras, primeras periodistas eran precisamente viajeras", relata ahora. La corresponsal acaba de publicar Reporteras españolas, testigo de guerra, una obra donde recorre, en clave de mujer, la historia del periodismo en el frente. Un total de 34 periodistas que atraviesan nada menos que cinco siglos de profesión de las que poco se había dicho hasta ahora."Cuando hace tres años descubro en España este panorama, que no había nada escrito sobre ellas, pensé que había que hacerlo -indica-. Por ellas, por las mujeres periodistas de este país y por las mujeres. Porque solo se conoce a cuatro o cinco, mientras el resto permanecen en la sombra. Mi objetivo es sacarlas de ahí y ponerlas en el lugar que les corresponde".
Y así lo cumple. Desde las crónicas de temas sociales de Francisca de Aculodi que, en 1687, se convirtió en la primera periodista española, al gran salto, ya a finales del siglo XIX y principios del XX, de Teresa de Escoriaza, Carmen de Burgos Colombine o Sofía Casanova. "Escoriaza es el estereotipo de la corresponsal de guerra de ahora -explica la autora de esta obra-. Estuvo con Colombine en la guerra de Marruecos y, mientras De Burgos escribía unas notas con un tono más 'femenino', ella redactaba crónicas muy contemporáneas. De hecho, todos los compañeros con los que viajó al Norte de África, que eran primeras plumas, brindaron en su honor en una época tan machista como era aquella".
Las dos habían llegado a Marruecos en 1909 con el objetivo de informar sobre el terreno, pero Escoriaza fue especialmente conocida porque le gustaba acercarse lo más posible al frente de batalla para redactar sus crónicas. "Escribía con pasión -cuenta la autora-, pero hacía unas descripciones tan sutiles que ahora cierras los ojos y te imaginas bien la guerra. De las dos, se conoce más a Colombine. A Escoriaza hay que sacarla más".
Como a ella, hay que reivindicar también a Sofía Casanova, la primera corresponsal extranjera que entrevistó a León Trotski. "La tía era superelegante y conservadora. Era una dama. Y va y se planta delante del político ruso. Eran una raza especial. Esto se lo debemos a ellas". Mujeres intelectual y socialmente avanzadas, abiertas de mente que viajaban y atravesaban el mundo. "Tuvieron que romper barreras e ir a contra corriente", asegura Del Paso antes de reconocer que nada es gratis y que a ella misma le ha costado "muchísimo" llegar a donde está. "Como a estas chicas, a las 34. Ni te cuento. Más que si hubieran sido hombres".
Carmen Sarmiento y Rosa María Calaf
"Una cosa es lo que ellas te cuentan -interviene- pero luego cuando lees sus trabajos alucinas. Ser objetivo es muy difícil. Esta era una de las preguntas que yo les hice, si existía la objetividad en el periodismo, la mayoría contestó que no pero que sí la sinceridad y la honestidad. Yo con esa honestidad te puedo decir que sus trabajos son brillantes y se conoce muy poco de ellas", añade.
Vietnam y las periodistas veteranas
Irónicamente, una fotografía de Vietnam ilustra la portada de este libro. "Justo la guerra a la que no hemos ido ninguna", bromea. Y no porque no lo intentaran. "¿Cómo vamos a enviar a una mujer a la guerra del Vietnam?", cuenta entre sus páginas que contestó su jefe a Carmen Sarmiento cuando esta le pidió ir a cubrirlo. Ella es, junto a María Dolores Masana, Maruja Torres, Teresa Aranguren y Rosa María Calaf, una de las veteranas que encabezan los nombres de este tomo. "Masana fue jefa internacional de La Vanguardia y se fue a Argel -recuerda Del Paso-, ella era especialista en el Magreb. Se fue hasta allí en la época más dura del FIS (Frente Islámico de Salvación), entre 1992 y 2000. Y sus compañeros le preguntaban: '¿Y tú dónde vas con cinco hijos?'. '¿Y tú con los tuyos?', replicaba ella".No obstante, reflexiona, "España ha cambiado mucho desde entonces. Maruja Torres, Sarmiento, Masana, Gloria del Campo, Georgina Higueras, Esther Vázquez, Carmen Postigo, Yolanda Sobero... Ellas se tragaron todo el franquismo. Personas que lo más que hacían eran crónicas de vida social, escribir de moda, de sociedad, de cosas de la casa y de cocina".
La propia Del Paso, que fue corresponsal en Oriente Medio entre 1990 y 1998, pertenece a la generación de Ángeles Espinosa, Berna González Harbour, Almudena Ariza, Corina Miranda, Lola Bañón y Pilar Requena. "Mi teoría es que Lidia Falcón fue la inspiradora de Carmen Sarmiento, Oriana Fallaci inspiró a Calaf, Rosa María Calaf inspiró a la gente de mi edad. Nosotros inspiramos a las de cuarenta, las de cuarenta a las de treinta... Así. Y este libro tiene que inspirar a todo el mundo".
Natalia Sancha, Mònica Bernabé, Rosa Meneses y Maysun
En su caso, las más jóvenes llevan, al menos, diez años en la profesión. "Están todas -manifiesta la autora-, algunas de ellas consolidadas como freelance, partiéndose el cobre y malviviendo en Beirut, como Natalia Sancha. El 80% de las jóvenes de 30 años, por no decir el 90%, ahora son freelance. Tiene mucho mérito porque están in situ en zonas como África y Oriente Medio buscándose la vida, trabajando para cubrir gastos, sin sacar beneficios. Con el dinero que ganan se pagan el alquiler y la comida. Eso es tener vocación periodística". Yolanda Álvarez, Ana Alba, Cristina Sánchez, Ethel Bonet, Mayte Carrasco, Mercedes Gallego, Mònica Bernabé, Mónica G. Prieto, Naiara Galarraga, Olga Rodríguez, Rosa Meneses y Trinidad Deiros completan una lista a la que se suman las jóvenes promesas Beatriz Mesa, Gemma Parellada, Laura Jiménez Varo, Leticia Álvarez y la única fotoreportera, Maysun Abu Khdeir. Hay que nombrarlas a todas.No obstante, y a pesar de la profesionalidad con las que todas ellas han desempeñado su trabajo, en los medios aún hoy prefieren mandar a los hombres que a las mujeres. "Cuando nosotras tenemos más acceso a muchísimas cosas -apostilla del Paso-. No estamos limitadas al acceso de fuentes. Todas las mujeres de este libro hemos entrevistado a los talibanes. Todas. Pero, ¿los hombres? Si acaso a las milicianas kurdas. Hay sociedades muy cerradas en las que un hombre occidental no entra. Una mujer en Oriente Medio va a llegar a más sitios. Hay mucho paternalismo en esta profesión y las mujeres debemos jugar con todas las cartas".
Y es que, concluye, a la hora de enviar a gente" vamos a paso de tortuga. Vamos muy despacio. Debemos ya superarlo. ¿A nadie se le ocurrió antes? Es que me parece tan injusto. Ni una de todas ellas sobra. Pero ¿es que hasta el 2018 a nadie se le ocurre decir que existen? Esto es un soplo de aire fresco. Lo que esto tiene que animar es a quitar complejos. En las redacciones sobre todo". Razones no le faltan, 34 para ser exactos.
@mailouti