Federico García Lorca en un collage con dibujos, manuscritos y un borrador mecanografiado de Así que pasen cinco años

La odisea de más de una década que ha atravesado el plan de llevar de Madrid a Granada el archivo de Federico García Lorca está llegando finalmente a buen término. Atrás queda un largo historial de contratiempos y disgustos; el más importante, el desfalco de dos millones de euros cometido y reconocido por Juan Tomás Martín, exsecretario de la fundación que lleva el nombre del poeta, que hizo tambalearse todo el proyecto. Ahora, por fin, el protagonismo vuelve a quien corresponde. El próximo 30 de junio el Centro García Lorca recibirá los fondos para los que fue construido: más de 2.300 cuartillas manuscritas de poesía, prosa y teatro, cientos de cartas, casi mil fotografías, una biblioteca personal de 5.000 volúmenes, partituras autógrafas y coleccionadas por Lorca, recortes de prensa… Para celebrarlo, la fundación que preside su sobrina, Laura García-Lorca de los Ríos, ha organizado para este martes 26 un simposio internacional en su nueva sede sobre el autor de Fuente Vaqueros, la importancia del archivo en el estudio y edición fidedigna de su obra y su potencial para seguir profundizando en ella.



"La difusión de la obra de Lorca vive un momento excelente pero estamos listos para una mayor diversificación, que se trabajen proyectos y obras lorquianas no tan vistas por razones que no tienen que ver con calidad, sino con otros factores que van de gustos y necesidades ancladas en determinadas circunstancias histórico-culturales a la evolución de las ediciones y estudios críticos de su obra", opina Melissa Dinverno, profesora de la Universidad de Indiana, EE. UU., que ofrecerá una conferencia sobre el futuro del archivo en la que sugerirá todo lo que este aún puede dar de sí. "Por ejemplo, se podría hacer más por difundir sus diálogos, sus títeres, su obra poética Suites [de la que ella misma está preparando una edición crítica] o sus dibujos dentro del contexto histórico-artístico de las vanguardias".



"Hoy en día se lee a Lorca en todo el planeta. Me fascina la facilidad con que salta las fronteras políticas y lingüísticas. Su atractivo no se limita a la magia de sus palabras ni a su potencia metafórica", afirma Christopher Maurer, uno de los mayores expertos en Lorca a nivel mundial, que participará también en la jornada. "Flecha sin blanco" es una expresión recurrente en la poesía del granadino, y sus propias obras, en opinión de Maurer, pueden considerarse como tal:

Se podría hacer más por difundir sus diálogos, sus títeres, su obra poética Suites o sus dibujos". Melissa Dinverno

"No sabemos dónde caerán ni qué significarán en contextos nuevos", pero el catedrático de la Universidad de Boston considera que siempre conservan su fuerza y su hondura, aunque sean adaptadas o transformadas por otras disciplinas artísticas.



Además de Maurer y Dinverno, en el programa del simposio (que se retransmitirá en directo en Berlín, Ciudad de México y en la Residencia de Estudiantes de Madrid) figuran también otros expertos de talla internacional como Andrew A. Anderson, Mario Hernández, Rocío Robles Tardío, Andrés Soria, Silvia Doménech Fernández y Luis García Montero, que en 2016 publicó un ensayo sobre las lecturas de Lorca y volverá a disertar sobre su biblioteca en esta ocasión.



El catedrático emérito de la UAM Mario Hernández, que lleva estudiando sus archivos desde principios de los años 70, dará su visión del papel que estos han tenido en la construcción de la imagen pública de Lorca y su obra hasta nuestros días. Él fue testigo de cómo los herederos del poeta pusieron la pervivencia y difusión del legado lorquiano por delante de sus propios intereses personales. "Es de justicia señalar que los herederos de Lorca, primero su madre, Vicenta, y después sus hermanos, Francisco, Concha e Isabel, tienen muy claro desde el primer momento su deseo de que su obra perdure mediante el establecimiento de una fundación. Todos debemos estar agradecidos a la familia por que el legado de uno de los mayores escritores de la lengua española sea público".



Fragmento manuscrito de Romance sonámbulo

El proceso fue largo y difícil, con la familia exiliada en Nueva York durante varias décadas, pero poco a poco se fueron descubriendo papeles perdidos y el archivo se fue consolidando. Hernández recuerda especialmente el día en que acompañó a Isabel García Lorca y a Laura de los Ríos (viuda de Francisco García Lorca y madre de Laura García-Lorca) a buscar "en una maleta mítica guardada en el Banco Urquijo" un manuscrito de cuya existencia no había ninguna certeza clara. Y apareció. Se trataba de Lola la comedianta, un proyecto en colaboración con el maestro Manuel de Falla, del que se conservan fragmentos de diálogo y un resumen del argumento que Lorca escribió para que el compositor tuviera algún material sobre el que ir ideando la partitura.



Los inéditos salen a la luz

Lorca ya era una estrella internacional ("tengo más fama que un torero", llegó a escribir a su familia, asombrado por la acogida que le dieron en Argentina) cuando fue asesinado en 1936, pero muchas de sus obras más importantes aún estaban inéditas. "De su teatro, solo se había publicado Mariana Pineda y Bodas de sangre. Nadie conocía Yerma, ni Así que pasen cinco años, menos aún El público. Una parte de su obra se había representado, pero no había sido publicada. De su poesía ya había publicado una parte fundamental, pero sus dos últimos grandes libros, Poeta en Nueva York y Diván del Tamarit, estaban inéditos. En otras palabras, había mucha tela que cortar".



Desde el primer momento, la familia puso los papeles de Lorca a
Todos debemos estar agradecidos a la familia por que el legado de uno de los poetas más importantes en lengua española sea público". Mario Hernández


disposición de los estudiosos que se encargaron de las primeras ediciones críticas de su obra. Entre ellos, por ejemplo, el conocido hispanista Ian Gibson o André Belamich, encargado de introducir su obra en la prestigiosa colección Pléiade de Gallimard, con numerosos textos hasta entonces inéditos no solo en francés sino también en español.



"Los herederos de Lorca renunciaron a poseer muchos manuscritos que podrían haber vendido en el mercado. Los de otros escritores famosos lo han hecho, y no voy a poner ejemplos", insiste Hernández. "Al crear la fundación, los hermanos de Lorca actúan con patriotismo y un gran respeto a su hermano".



Hernández se recuerda al principio de su carrera investigadora trabajando en casa de Isabel García Lorca con papeles que ella guardaba en una cómoda, antes de que la fundación se estableciera en un modesto local madrileño y, posteriormente, en la Residencia de Estudiantes, una institución tan ligada a la vida de García Lorca y que ha servido de hogar a su archivo durante años hasta que se consume en unos días el traslado de los fondos a Granada.



"La Residencia de Estudiantes fue el lugar idóneo para la la consolidación inicial de la Fundación Federico García Lorca", señala el profesor Maurer. "Gracias a un equipo en la fundación y en la residencia que trabajó con verdadera devoción y que conocía casi de memoria el archivo, los investigadores hemos podido acceder a todos los documentos que necesitábamos para estudiar el texto de las obras o explorar la vida del poeta", explica el catedrático de la Universidad de Boston, que ha editado y traducido, entre otras, las conferencias de Lorca, su epistolario completo y, junto a Andrew A. Anderson, Prosa inédita de juventud.



Bodegón dibujado por Federico García Lorca

Precisamente, tanto Maurer como Anderson disertarán en el simposio sobre una cuestión siempre problemática: la edición de obras inéditas que el autor no tuvo la oportunidad de completar o revisar. Maurer comentará los casos de La casa de Bernarda Alba, Poeta en Nueva York, Poemas en prosa, Sonetos, Suites, El público y El sueño de la razón, mientras que Maurer se centrará en El público, el caso más complejo de todos los anteriores. "Esa obra nos llega envuelta en una narración ya legendaria: la del último día de Lorca en Madrid en julio de 1936 y su entrega a Rafael Martínez Nadal de un misterioso paquete, dentro del cual estaba un borrador del drama".



Aclara Hernández que no quedan inéditos de Lorca por salir a la luz y que, en cualquier caso, "hemos mitificado los inéditos, con lo muchísimo que hay por leer y releer". No obstante, añade Hernández, el propio Nadal dio noticia de que existió una copia mecanografiada de El público que Lorca leyó a sus amigos en un restaurante de Madrid, así que quizá algún día aparezca una

Los investigadores hemos podido trabajar gracias a un equipo que conocía casi de memoria el archivo". Christopher Maurer

versión más definitiva (aunque Lorca retocaba tanto sus obras que hay que emplear este adjetivo con cautela en su caso) de esta obra de teatro simbólica sobre la represión de la homosexualidad que se editó por primera vez en 1976 y cuyo primer montaje importante se realizó una década después con la dirección de Lluís Pasqual.



La mitad de los expertos lorquianos que participarán en el coloquio son españoles y la otra mitad proceden de Estados Unidos, un país que siempre ha sentido predilección por Lorca, quizá en agradecimiento por su Poeta en Nueva York. "En Estados Unidos llevamos ya casi 80 años leyendo apasionadamente a Lorca, quizás porque escribe sobre los misterios más profundos de la vida humana: la muerte (en un país donde lo normal es evitar ese tema), el sufrimiento amoroso (en un país que prefiere hablar de la felicidad en el amor, el happily ever after), las pulsiones del deseo, la miseria y esplendor del cuerpo, la creación artística…", explica Maurer.



Mitos lorquianos

A pesar del carácter público del archivo de Lorca, opina Dinverno que aún hay mitos en torno a su vida y su obra, "que se han creado y reforzado con los años y que nos han bloqueado el entendimiento de aspectos diversos de Lorca y el campo literario de los 20 y 30. Uno sería el mito de Lorca como 'poeta andaluz por excelencia' que se empezó a crear en los años 20 y que él mismo intentó deshacer; otro sería Lorca como el último bardo que evitaba o tenía terror a la publicación, cuando la documentación hoy por hoy le muestra como un escritor plenamente consciente de la importancia de la publicación y la profesionalización, perfectamente enterado desde temprano de cómo funcionaba el mercado editorial y el complejo campo literario de su momento. Lo muestra como un escritor que tenía una conceptualización sutil del libro como objeto de arte y de su rol en su creación", asegura la profesora e investigadora.



Otro de los mitos, que García Montero combate en Un lector llamado Federico García Lorca, es el del "Lorca inculto". "Lorca no era un erudito pero era un escritor muy bien formado y con una vasta cultura extraída de sus variadas y cuantiosas lecturas", defendía su paisano en una entrevista en El Cultural con motivo de la publicación de este ensayo.



"Cuando se asumen los mitos antes de mirar el archivo, a menudo se pasan por alto información e incongruencias importantes y se termina simplemente confirmando la premisa de la que se partió". Más que destruirlos, Dinverno prefiere deconstruirlos para entender cómo se gestaron. "Así podremos volver al archivo con nuevos ojos, abiertos a conexiones y entendimientos que se nos escapaban o que asumíamos como imposibles al trabajar conceptualmente desde dentro de esos mitos. En todo caso, la vuelta al archivo es fundamental, porque muchas veces es solo al enfrentarse con el archivo que una se da cuenta de que los mitos existen y cuáles son".



@FDQuijano