En sus años de mili, Fernando Savater (San Sebastián, 1947) sufrió un arresto a causa de un libro. Se trataba de su propio ensayo, Nihilismo y acción, publicado en 1970 y el primero de una nutrida producción ensayística, novelística y teatral que ha logrado hacer compatible la erudición y el reconocimiento de la crítica con el éxito de público y de ventas. Esto, unido a aspectos como la anécdota relatada, ha llevado a la Asociación de Editores de Madrid a concederle el Premio Antonio de Sancha, en reconocimiento a su trayectoria personal e intelectual y a su defensa del libro y la cultura como elementos indispensables en la educación y en el desarrollo intelectual y ético de las personas.
El galardón, que en anteriores ediciones ha sido obtenido por figuras como Carmen Iglesias, Emilio Lledó, Mario Vargas Llosa, Bernard Pivot, Nuria Espert, Francisco Ayala o Luis Alberto de Cuenca, se une a la larga lista de premios del autor, como el Nacional de Ensayo, el Planeta el Anagrma o el Octavio Paz de Poesía y Ensayo, pero para Savater "es uno de los pocos premios recibidos que he merecido realmente. Es un poco absurdo que premien a uno por hacer lo que le gusta, leer y escribir, y con ello fomentar la lectura", ha bromeado.
"Nunca he querido escribir libros que fuesen puntos de llegada sino puntos de partida, que sirvieran de puente para llegar a otros autores más dignos de ser leídos que yo. Como lector en realidad no tengo ningún argumento para enseñar a leer, porque me parece inconcebible que a alguien no le guste". También ha reconocido el escritor que "la lectura es muy personal, recomendar un libro es como recomendar una medicina, no existe un genérico para todos". En ese sentido ha alabado el papel de los editores, "defensores y creadores de los libros. Los editores son una figura clave de la civilización que hemos construido" ha reconocido antes de volver al tono bromista. "En realidad, los que leemos y escribimos los necesitamos, por eso los pongo tan bien".
Tras elogiar la lectura y la literatura, el encuentro se ha focalizado hacia la actualidad, que Savater ha querido desdramatizar un poco. "No recuerdo una época en la historia de la humanidad que no haya sido absurda y convulsa. Como decía Borges en el prólogo de uno de sus cuentos, vivió, como todos los hombres, en malos tiempos". No obstante, en cuanto la conversación ha derivado hacia el omnipresente tema de Cataluña, el escritor se ha mostrado tajante y acorde a su posición habitual contraria a los nacionalismos. "Espero que el referéndum no se realice porque es una agresión a todos los españoles. No existe desde el punto de vista político nada como Cataluña o los catalanes, lo que hay son ciudadanos españoles de un Estado, el resto son aspectos culturales", ha opinado rotundo. "Culturalmente puedes buscar lo que quieras, pero ligar la ciudadanía a la tierra sería volver a la Edad Media".
Deseducación y propaganda
Para Savater el problema del auge independentista es uno y bastante evidente. "Mucho éxito repitiéndolo no he tenido, pero he dicho siempre que el problema es la educación y la propaganda. El aspecto económico cuenta, es evidente, pero el problema es esa deseducación, que consiste en reconstruir la historia". Para ilustrar su argumento, el filósofo ha aludido al discurso que ha pronunciado este domingo en San Fernando, "donde se implantaron las primeras Cortes españolas en 1812, el primer intento de crear una asamblea de ciudadanos. Su presidente, Ramón Lázaro Dou y Bassois, era catalán y un entusiasta de Felipe V, porque decía que había logrado acabar con los privilegios feudales de Cataluña y modernizarla", ha explicado. "La distorsión de esa visión es lo que se celebra hoy en la Diada, menuda diferencia".
En cuanto a la actitud del Gobierno en la problemática, el escritor asegura no estar de acuerdo con "todas las tonterías que se han dicho sobre el inmovilismo, como si la ley tuviese que moverse cuando viene gente que quiere violarla". Savater opina que en los últimos años "el diálogo con los catalanes y con los Pujol en concreto ha existido y ha sido exageradamente grande. Muchos de los personajillos que pululan por ahí deberían llevar una época larga en la cárcel, que tiene también una función educativa. Hasta Sabino Arana mejoró en la cárcel", ha asegurado. "A lo mejor me equivoco y el día 1 vemos que el Gobierno ha hecho bien. Ojalá. Aunque pienso que debieran haber actuado antes", ha precisado.
Putas y cobardes
Para rematar, Savater se ha mostrado ampliamente crítico con el papel de los intelectuales en la citada cuestión, asegurando que "en España sobra cobardía, algo generalizado y normal aquí. No creía que hubiese tanta gente cobarde en el mundo hasta que viví en el País Vasco, y ahora está también generalizada en Cataluña", ha valorado antes de emitir un juicio, "un poco de mal gusto, pero cierto: Los intelectuales somos como las putas, vivimos de gustar", ha sentenciado. "A muchos intelectuales lo que les ha pasado es que quieren gustar y que les quieran aunque para ello haya que arrastrarse por el fango. Ahora parece que muchos han reaccionado", ha concedido.
De vuelta al mundo literario, Savater ha reiterado la opinión que ha expresado en los últimos tiempos dando por finalizada su actividad como escritor, más allá de algunos artículos puntuales. "Se acabó escribir, la fuente se secó definitivamente. Ya no escribo libros. No es que no quiera, es que no puedo. Ya no puedo escribir", ha reiterado el escritor, visiblemente emocionado.