Ana Juan firmando en la Feria del Libro

Carboncillo y un toque de color rojo. Un rojo llamativo y chillón que emula a la imagen que tenemos interiorizada del Diablo. Así son las páginas que acompañan a El hombre del traje negro, relato de Stephen King publicado en 1995 que la editorial Nórdica edita ahora con las ilustraciones de Ana Juan (Valencia, 1961). Las páginas desprenden un estilo oscuro, gótico a ratos, que casan perfectamente con las líneas del escritor estadounidense. Pero que nadie espere encontrarse a ese Diablo que crea King ni la escena principal de la historia porque "la ilustración tiene que leer entre líneas, buscar los silencios y aportar datos que no tienen por qué ser explícitos", señala Juan.



Antes de poner en marcha el proyecto, Diego Moreno, editor de Nórdica, pidió los derechos del cuento al agente de King y le mandó un primer esbozo de lo que sería el resultado. Tan solo una primera parte del cuento sirvió para que el maestro del suspense dijera que sí. Quizá fue el nombre de Ana Juan, ligado también a la revista The New Yorker, para la que ha hecho 24 portadas, el que lo convenció para ceder los derechos ya que tan solo existen tres libros ilustrados de King y ninguno de autoría española.



En el relato, que recibió los premios World Fantasy Award y Oh Henry y en 2002 se incluyó en Todo es eventual, King hace que el lector transite entre el sueño y la realidad sin llegar, en ningún momento, a saber qué ocurrió al pequeño Gary en el bosque mientras pescaba. La abeja que se le posa al chaval en la nariz y cae fulminada al mismo tiempo que escucha una estruendosa palmada a sus espaldas, se multiplica antes y después del cuento y se cuela entre algunas de sus líneas.







Pero si Ana Juan no ha incluido las escenas mencionadas entre las páginas ilustradas de Nórdica no ha sido por azar. Esta misma pregunta se hizo Stephen King, que se involucró en el proyecto, y así se las transmitió a la ilustradora. Juan, Premio Nacional de Ilustración 2010, pensando que estaba en contacto con el agente del escritor y no directamente con King contestó que "el relato no deja claro si es sueño o realidad y quería dejarlo en manos del lector". Otra de las dudas que asaltaron al escritor de El resplandor fue por qué tampoco estaba el hombre del traje negro siendo éste el que da título a la obra. La respuesta fue fácil, sencilla y concisa: "Porque está magistralmente descrito en el relato", detalla Juan y, por lo tanto, el lector puede imaginar la figura alargada y los ojos del personaje sin necesidad de que alguien lo dibuje.



Veinte minutos más tarde Stephen King volvía a contestar: "Killer good". Ana Juan tenía vía libre para "hacer lo que quisiera". Y así lo hizo. "La idea era hacer un libro que tuviera tintes de Biblia porque la Iglesia está muy presente en el relato. Quería hacer un juego y esta 'Biblia' que tiene el lector en la mano hace alusión al propio cuento", describe Juan. La portada de la edición especial que saldrá a la venta en Navidad (la edición regular ya está en las librerías coincidiendo con la Feria del Libro de Madrid) cuenta con el corte del libro bañado en color oro, como la Biblia, de una de las palabras cuelga un pez, que alude a la escena de la pesca en la que transcurre el episodio, y dentro de él una cruz cristiana del revés.



Y hay más, la edición está hecha al detalle ya que existen guiños tanto a King como a otros escritores que le han influido y admira. Y es que el escritor ha dicho en más de una ocasión que fue el cuento El joven Goodman Brown de Nathaniel Hawthorne, incluido también en esta edición, el que inspiró su El hombre del traje negro. Aunque su autor favorito es Lovecraft, a quien se menciona en los créditos finales porque la impresión de este volumen coincidió con el 80 aniversario de la muerte de Lovecraft.



La ilustradora ya había colaborado antes con Moreno en el clásico Wakefield de Howthorne y esa fue otra de las razones por las que apostó por ella. Ahora, tanto Ana Juan como Nórdica no descartan abordar otra obra de Stephen King aunque, posiblemente, en un futuro. Quizá no se planteen que sea El Resplandor, pero no porque la película de Stanley Kubrick esté en el imaginario de todos sino porque ilustrar una novela larga es una tarea ingente. "Un ilustrador le da una vuelta de tuerca a las cosas y El Resplandor ilustrado y la película no tendrían por qué parecerse en nada".



@scamarzana