Un español frente al Holocausto, de Diego Carcedo (Temas de Hoy, 1999); Ángel Sanz Briz (Instituto de Estudios Europeos, 2009), y En nombre de Franco</em>, de Arcadi Espada y Sergio Campos (Espasa, 2013), después incluso de una serie de televisión, es el periodista Julio Martín Alarcón (Madrid, 1977) quien aborda en El ángel de Budapest la figura del Schindler español, manejando con amenidad y rigor gran cantidad de documentación, mucha de primera mano, hasta redondear un libro de historia que se lee como una novela de espías, pese a algunas reiteraciones y cierto desorden.
Martín Alarcón explica la situación previa a la llegada de Sanz Briz como encargado de negocios de la embajada española en Budapest, deteniéndose en los complejos juegos de poder y espionaje de esa época convulsa ante la firme determinación alemana de culminar la Solución Final en Hungría. Como demuestra el autor, la respuesta de Sanz Briz, de acuerdo con el nuevo rumbo de la política exterior española pero también con la acción de gran parte del cuerpo diplomático destacado en Budapest, fue de una audacia extraordinaria, con riesgo cierto de su propia vida. Lástima que el diplomático, que no necesitaba justificarse, jamás escribiese sus memorias para aclarar definitivamente el papel de algunos personajes secundarios como Perlasca.
Tras demasiadas décadas de silencio y olvido, en los últimos años se han multiplicado los libros sobre el diplomático Ángel Sanz Briz (Zaragoza, 1910-Roma, 1980) atentos al valor, la serenidad, la discreción y la lealtad a España y a su propia conciencia de quien supo salvar a más de 5.000 judíos en la Hungría filonazi de 1944. Así, tras
Secciones
- Entreclásicos, por Rafael Narbona
- Stanislavblog, por Liz Perales
- En plan serie, por Enric Albero
- A la intemperie, por J. J. Armas Marcelo
- Homo Ludens, por Borja Vaz
- ÚItimo pase, por Alberto Ojeda
- Y tú que Io veas, por Elena Vozmediano
- iQué raro es todo!, por Álvaro Guibert
- Otras pantallas, por Carlos Reviriego
- El incomodador, por Juan Sardá
- Tengo una cita, por Manuel Hidalgo
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