Octavio Paz. Foto: Archivo personal del escritor.
No cesan, o al menos no todavía los fastos por el centenario de Octavio Paz. Lo último: un curso de verano en El Escorial en el que intervendrán, hasta este viernes, varios expertos, compañeros y amigos del poeta mexicano. El director del seminario, Carlos Granés, cree en la necesidad de exprimir esta efeméride (de la que llevamos seis meses frenéticos) para reivindicar al autor de Blanco. No es fácil que nazca otro Paz: "En nuestro tiempo, no encontramos voces como la suya. Voces autorizadas, con cultura suficiente y con autoridad moral para intervenir con fuerza en los debates públicos".Cobra importancia una figura que no evitó ninguna parcela del saber. Que, además de poeta, habló y escribió sobre literatura, arte, política o sociología. Un pensador, un artista total. "Hoy la gente tiende a especializarse más por culpa de los doctorados universitarios, de las academias y del declive del saber humanístico -opina Granés, también responsable de la Cátedra Vargas Llosa, organizadora del curso junto a la revista Letras Libres-, y esto es lo contrario a lo que él representaba".
Otro de los ponentes, el escritor Vicente Molina Foix, sostiene que ahí está el secreto de su vigencia: "Yo creo que su actualidad, que es indudable, tiene además trazas de durar mucho por esa heterogeneidad de su obra que lo desborda como poeta". El escritor cuenta que conoció a Paz por los ensayos (como les ocurrió a tantos lectores de la década de los sesenta) y que luego comprobó que todas sus ideas estaban también en sus poemas. "Es fascinante su amplio conocimiento de todas las disciplinas y cómo lograba plasmarlo en cada género. Su obra está hecha de elementos unidos", dice Molina Foix, y añade: "Era una persona que nunca perdió la curiosidad, y por eso nunca se retiró del mundo".
Entre el liberalismo y el socialismo
El seminario no se quiere dejar nada. Será un sosegado, amplio análisis del legado de Paz. Del calado de su poesía. De la vigencia de sus ensayos. De su relación con el arte. De la aplicación (o no) de lo que pensaba, y puso por escrito. De su intervención en la vida pública. De su labor como editor. De su presencia en los medios. De su itinerario vital. Sucesivas ponencias de Granés, Molina Foix, Ramón González Ferriz (editor), Camilo Hoyos (profesor), Fanny Rubio (poeta), Christopher Domínguez (crítico) o Juan Malpartida (crítico también) le harán la autopsia a Octavio Paz. Y este miércoles, como ponencia estrella, Mario Vargas Llosa evocará la figura de un escritor al que admira y para quien la literatura (como su gran manifestación: la poesía) era sobre todo un modo de enfrentarse al mundo.El Nobel peruano se toca con el mexicano por el lado del pensamiento. "Fueron muy amigos y tienen trayectorias parecidas -comenta González Férriz-. Los dos llegan a conclusiones sumamente relevantes. Vargas Llosa pertenece a un grupo algo más joven y, aunque sus ideologías no son exactamente iguales, sí que ambos realizan ese viaje desde los extremismos a la moderación. Aunque Paz estaba lleno de contradicciones". En el aspecto político, se reivindicará precisamente esa cualidad de Paz para anticipar el peligro de los extremismos y que a él le llevó, señala el editor, a buscar una articulación de políticas, "como una mezcla entre el liberalismo y el socialismo, que él propuso antes que nadie".
Habrá hueco, por último, para disertar sobre aspectos más desconocidos de su obra. El propio Granés hablará del Paz crítico de arte. "Si se hubiera quedado ahí -dice- hubiera sido igualmente célebre: uno de los mejores críticos de arte de su tiempo". "Fue un detector de tendencias impresionante", completa González Férriz. Molina Foix habló ayer de la exactitud de las críticas teatrales de Paz y de la ilusión con que intervenía en el teatro. "Siempre le interesaron los escenarios -concluye el escritor-, y de eso sabía muchísimo".