Image: Presencia y vigencia de Alberti

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Letras

Presencia y vigencia de Alberti

12 diciembre, 2002 01:00

Lorenzo Oliván. Foto: M.R.

Jordi Doce, Antonio Lucas, Elena Medel, Ana Merino, Neuman y Oliván releen al poeta

Una de las formas de medir la importancia de un poeta, o al menos el favor del que goza en un determinado momento, es sondear su influencia entre los poetas más jóvenes. ¿Cuál es la vitalidad actual de la escritura de Alberti? ¿Se identifican con sus ideas y con sus versos los nuevos versificadores? ¿Qué destacan y qué desdeñan? El Cultural ha reunido a media docena de ellos, poetas jóvenes pero ya reconocidos, que buscan lo que prefieren de los versos de Alberti y señalan lo que, a su juicio, ya se ha quedado atrás. Es sólo su opinión, pero el balance es más que positivo.

¿En qué notas, como lector, la huella de Alberti en la poesía actual?

Elena Medel: Hasta hace poco era la influencia literaria del Alberti más comprometido y popular la que primaba, aunque como lectora me interesa más la vertiente imaginística que desarrolla en Sobre los ángeles. La nueva generación de poetas, que busca conjugar en una sola voz todas las tendencias que le han precedido, se hace eco del eclecticismo de la voz poética de Alberti. Por ello, me parece un autor fundamental para quienes escribimos actualmente.

Lorenzo Oliván: No creo que haya una huella honda y directa de Alberti o quizás los múltiples registros de su poesía difuminan ese rastro. Eso no quita para se pueda intuir su presencia en el fondo elegíaco de buena parte de la poesía última (que seguro debe algo a libros como Retornos de lo vivo lejano). Me gusta pensar en la vigencia de su poética abierta, superadora de apriorismos, incapaz de ser reducida a esquemas (en un país en el que lo habitual es lo contrario) que le hizo decir aquello de: "Poeta, por ser claros no se es mejor poeta./Por ser oscuro, poeta -no lo olvides-, tampoco". Gracias a eso su voz puede palpitar en García Montero y servir de apoyatura para el último libro de Carnero, que se abre insistiendo en esa verdad albertiana: "Precisión de lo claro o de lo oscuro".

Antonio Lucas: Cuando los poetas son tan eclécticos, su huella suele ser permanente. Pero Alberti todavía está muy cercano en el tiempo. Ha sido un creador de tan alta fiebre que conviene tomarle la temperatura poco a poco.

Andrés Neuman: Creo que, para responder, habría que estudiarlo seriamente. Tampoco importa tanto la poesía actual.

Ana Merino: Todos los poetas jóvenes de hoy han leído a Rafael Alberti, y cada uno ha asimilado diferentes facetas de su obra. Era un poeta muy cercano, muy espontáneo y carismático y eso está latente en el pulso poético de los jóvenes.

Jordi Doce: Apenas percibo su huella en nuestra poesía. Habrá huellas de su obra en poemas o libros concretos de mis contemporáneos, pero a mí se me escapan. Asumo que todos le hemos leído con mayor o menor detenimiento y que algo de esa lectura se habrá filtrado. El influjo, de darse, es inconsciente.

¿Qué aporta Alberti a la tradición poética española?

Andrés Neuman: Probablemente Alberti fuese el último de su generación en encarnar ese espíritu de vanguardia popular, la mezcla de tres vectores que son la voluntad lúdica o diletante, el estudio minucioso de las tradiciones y la indagación en los lenguajes contemporáneos. Si sumamos Sobre los ángleles, Cal y canto, Yo era un tonto y Roma, peligro..., obtenemos una ecuación heterogénea que abarcaría buena parte de la poesía de las últimas décadas. La presencia de Alberti en las poéticas actuales tiene menos que ver con determinados textos concretos, que con cierta actitud curiosa, mestiza que venimos mostrando. Lo que faltaría sería la vertiente reflexiva o de pensamiento que, en Alberti, no parece ocupar un lugar de relevancia.

Ana Merino: Alberti tenía un talento múltiple. Su obra recoge lo popular, pero también tiene el pulso épico y el surrealista. Además supo conjugar el aliento popular de la escenografía clásica con la modernidad masiva del cine mudo. Aportó espontaneidad e intuición, pero también insertó en su versos una voz comprometida y crítica.

Jordi Doce: Alberti es uno de los poetas más naturalmente dotados de nuestra literatura. Es también un poeta de colores primarios y contornos claros, capaz como pocos de hacer cantar a las palabras. La principal aportación de Alberti a la vanguardia (también a la poesía social) fue la insolencia y el atrevimiento con que encaró la escritura. La veta humorística que abrió con Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos sigue en gran medida inexplorada.

Antonio Lucas: Esencialmente una manera de releer, renovar y descifrar de un modo íntimo el legado de los clásicos en pos de la búsqueda de nuevos lenguajes. Encontró en ellos un surtidor inagotable que supo ir adaptando a cada momento de su obra sin perder la brújula de la modernidad. Entre clasicismo y tradición encontró un equilibrio que lo hace, en instantes concretos, un creador singular.

Lorenzo Oliván: Un vitalismo encendido, muy sensorial, muy mediterráneo, que en el hecho de querer celebrar la vida esconde su drama interno. Rescata lo mejor de la poesía popular y lo funde con los nuevos aires vanguardistas, reactualiza la idea del poeta comprometido, y da expresión a una de las imágenes más hondas y desasosegantes del hombre moderno: la del hombre deshabitado, perdido en su otredad.

Elena Medel: Alberti, en cuanto a la innovación, es un maestro: sabía como nadie partir desde cero cuando la expresión poética lo exigía, iniciar una nueva etapa estilística en su obra. Una de las características que más me impresiona de Alberti es esta capacidad de reinventarse.

¿Qué influencia ha tenido la poesía de Alberti en tu obra?

Lorenzo Oliván: No lo tengo tan claro como con otras sombras tutelares del 27. Sí sé que el joven que empezó a escribir imitó a conciencia un tiempo sus juegos de imágenes, su pasión de pintor por el matiz impresionista y revelador. Algo habrá quedado. Después, a un nivel subconsciente, me han llegado a obsesionar sus ángeles sombríos.

Ana Merino: A mí Alberti como personaje siempre me ha atraído. Su anhelo por la pintura que se transforma en poesía. Su amistad con García Lorca. Su compromiso ideo-lógico. Yo leí mucho a Alberti de niña porque sus poemas estaban llenos de imágenes seductoras. Ese doble lenguaje entre lo irracional infantil y lo adulto real también está en mis versos, o quiere estar...

Elena Medel: Debo a la lectura de Alberti la formación en mí del gusto por la imagen. Tras leerlos, encontrar la metáfora adecuada fue siempre más sencillo.

Jordi Doce: Como casi todos, leí su obra muy al final de la adolescencia, en un momento de aprendizaje veloz y desordenado. Luego la he leído a rachas, haciendo algún descubrimiento tardío. Alberti no ha tenido mucho peso en mi trabajo, dado que he buscado a mis guías en otras direcciones. Pero algo puede haberme llegado.

Andrés Neuman: A los dieciocho años, cuando me interesaban los sonetos y las estrofas tradicionales, Alberti supuso una de las respuestas más atractivas. Luego me interesó más su vertiente experimental o el surrealismo de Sobre los ángeles. Actualmente, cuando sonreír escribiendo me parece menos importante, su influencia en mí es escasa.

Antonio Lucas: Su forma de asumir la poesía como una aventura distinta a cada poema me parece la mejor lección. Me siento cercano a esa forma de afrontar el hecho del poema como una revelación, como una expiación íntima.

¿Cuál es tu libro o tu poema favoritos de Alberti?

Antonio Lucas: Depende del momento. Alberti era un poeta oceánico e irregular, con demasiadas concesiones. Alberti consigue en algunos instantes, con un sólo verso genial, sobreponerse al poema mismo. Eso también demuestra lo impar de su talento, de su sorpresa.

Ana Merino: Marinero en tierra es el título que primero me viene a la mente cuando pienso en sus libros. Sin embargo el poema por el que siento más cariño es el de "Defensa de Madrid", un poema mucho más tardío y escrito en plena guerra civil.

Andrés Neuman: No hay un libro suyo que prefiera; me quedaría con un compendio antológico de los tres o cuatro libros que he mencionado antes.

Jordi Doce: Mi paladar vanguardista se queda con Sobre los ángeles y, dentro de ese libro, con uno de sus poemas emblemáticos: "Los ángeles muertos". Pero disfruto igualmente con Retornos de lo vivo lejano y vuelvo con frecuencia, por su atrevimiento y luminosidad, a uno de sus poemas de juventud, "Carta abierta".

Elena Medel: Sobre los ángeles es mi poemario favorito de Alberti, repleto de imágenes delicadas, de palabras que acarician. Yo era un tonto y lo que he visto me ha hecho dos tontos también me interesa, por el testimonio lúcidamente irónico que nos ofrece sobre su época. El poema de Alberti que más me apasiona no pertenece a ninguna de estas obras: jamás me cansaré de leer "Retorno del amor en las arenas". Me parece un serenísimo poema de amor, y el verso con que comienza -"Esta mañana, amor, tenemos veinte años"- es simplemente perfecto. No puede comunicarse más en tan pocas palabras.

Lorenzo Oliván: Me quedo con Sobre los ángeles y Retornos de lo vivo lejano, y con el poema "Paraíso perdido" que abre el primero de ellos, por la amplitud de sentidos dramáticos que en él subyacen. También me quedo con uno de sus versos: "hay puertas al mar que se abren con palabras".