Image: Melodrama

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Letras

Melodrama

15 mayo, 2002 02:00

F. Vezzoli: An Embroidered Trilogy, 1999

Artium. Francia, 24. Vitoria. Hasta el 22 de septiembre

Melodrama: obra literaria o cinematográfica en la que se busca conmover fácilmente la sensibilidad del público mediante la exageración de los aspectos sentimentales, tristes y dolorosos. Con apenas dos líneas despacha el diccionario la delimitación de un concepto-adjetivo-género al que el Artium de Vitoria dedica su principal espacio destinado a exposiciones temporales. Y es que, como indica la comisaria de la exposición, Doreet de Vitte Harten, la omnipresencia de los medios de comunicación en la sociedad de nuestros días ha llevado a la teatralización de la vida diaria. No es preciso estrujarse mucho la memoria para encontrar ejemplos de esa exposición desmedida de los sentimientos, piénsese en los dramas vividos por los concursantes de las últimas fórmulas de entretenimiento televisivo (Operación Triunfo, Gran Hermano y compañía) o en el tratamiento informativo de acontecimientos como el asesinato de las niñas de Alcasser. En la medida en que aceptemos que el arte es reflejo de la vida, debe parecernos lógica la elección del concepto de melodrama y su revisión a la luz de la obra de artistas contemporáneos, como propone la muestra, argumentando que "la aproximación fría de lo conceptual en los sesenta y setenta y el interés más histórico y sociológico de los ochenta han sido en buena parte sustituidos por la valoración de los sentimientos en los noventa".

Toda esta introducción encamina al observador hacia el modelo de la exposición de tesis. Pero no. Melodrama es tan fiel cumplidora de la definición del diccionario como el género al que convoca y una vez traspasado el umbral de la exposición y dejado a un lado el enorme ramo de rosas artificiales (quizá una de las mejores réplicas del concepto de base en toda la sala) puesto allí como decoración, nos encontramos con un batiburrillo de obras que hacen pensar más en una etiqueta, adherida a toda obra al alcance de la mano del comisario que se preste a sus fines, que en una verdadera tesis, que implica racionalidad, estructura y ordenación. De este modo nos encontramos tanto con elecciones acertadas, como las dos piezas de Tracey Moffatt o la irónica instalación To be / not to be, de Sergio Vega; como con otras que suscitan la duda sobre su inclusión en la muestra. Porque ni los cines de Hiroshi Sugimoto ni la Ofelia de Joan Fontcuberta tienen mucho que ver con lo melodramático, sino con cuestiones tan alejadas como el tiempo interno de la representación o la dialéctica visual de la fotografía.