El Museo del Kremlin, en Moscú, lo tenía todo preparado para inaugurar a principios de marzo una gran exposición internacional sobre la historia del duelo en Europa en los siglos XVI y XVII. La institución rusa, tras dos años de trabajo, había reunido para la muestra una selección de grandes piezas de las armerías y colecciones de todo el continente —Patrimonio Nacional, la Armería Imperial de Viena, la Royal Armouries de Londres o el Museo del Louvre, por ejemplo—. Pero la "invasión militar" lanzada por Vladímir Putin sobre Ucrania ha obligado a cancelarla. Tras la incertidumbre lógica de los primeros compases y un largo periplo, las obras prestadas han vuelto a casa.
Patrimonio Nacional había prestado un total de ocho piezas al Kremlin, tres especialmente valiosas: la armadura que Carlos V lució en la batalla de Mühlberg (1547), hecha en 1544 y con la que aparece representado a caballo en el icónico cuadro de Tiziano —el Museo del Prado también había cedido para la exposición un retrato de Juan Pantoja de la Cruz, devuelta en el mismo transporte—; la conocida como la "armadura del lebrel", un ejemplar de coraza canina único en el mundo fabricado por el armero imperial Desiderius Helmschmid de Habsburgo para uno de los perros de caza del emperador, posiblemente su favorito; y la armadura de niño de Felipe III, forjada con motivo de su proclamación como príncipe de Asturias en 1584.
El lote del préstamo de Patrimonio Nacional se completaba con una de las sillas de montar de Carlos V, una testera con el águila imperial, una de las pistolas de la rueda del emperador y su espada, además de la espada toledana de Gonzalo Simón, del siglo XVII. Las obras fueron enviadas desde Moscú hasta Helsinki y desde allí cruzaron el mar Báltico rumbo a Alemania. Hasta Madrid fueron transportadas por carretera. "Ha sido un viaje muy seguro y en todo momento las piezas han estado escoltadas, desde la mismísima salida del Kremlin hasta la llegada al Palacio Real de Madrid. En ningún momento hemos tenido miedo por su integridad: nuestros colegas del Kremlin son muy buenos profesionales y sabíamos que iban a estar perfectamente cuidadas", ha explicado Álvaro Soler del Campo, jefe de Departamento de la Real Armería.
Tras pasar varios días de un obligado periodo de aclimatación, las obras se exponen de nuevo desde este jueves en la Real Armería del Palacio Real, coincidiendo justo con la reapertura de su segunda planta, cerrada desde el inicio la pandemia. La sala, que de paso ha sido sometida a unas pequeñas obras de mantenimiento, se conoce como la de "bajos Austrias" y está dedicada a los monarcas Felipe III y Felipe IV. Pero también se muestran otras piezas de gran importancia para la historia de España, como las reliquias de la batalla de Lepanto, y otras más legendarias, como una silla de montar de Carlos V que durante mucho tiempo estuvo asociada con el Cid.
La operación conjunta para sacar las armas y los cuadros de la capital rusa comenzó a gestarse desde los primeros compases de la invasión de Ucrania. Todos los países participantes en la muestra de El duelo. Del juicio por combate a un crimen noble reclamaron al Kremlin cancelar su colaboración en la muestra y la devolución de las obras. Según apuntan desde Patrimonio Nacional, la cooperación de los directivos de los museos moscovitas ha sido "absoluta".
En el caso del cuadro de Juan Pantoja cedido por el Museo del Prado, fuentes de la pinacoteca han señalado que todavía no hay fecha para exponerla en la sala de pintura del siglo XVI en la que se exhibía antes del viaje a Moscú, informa Europa Press. "La obra llegó el sábado sin problema, se abrió el lunes y está en el almacén, su hueco está cubierto y como no es una de las piezas más destacadas de la colección volverá a su sitio cuando corresponda", ha desvelado un portavoz.