El fondo de la ría de Ribadeo, la frontera natural entre Galicia y Asturias, esconde un riquísimo registro arqueológico. Los investigadores han realizado en los últimos años hallazgos de un extraordinario valor histórico, como el pecio del San Giacomo, un gran galeón de Felipe II hundido en 1597 tras dirigir un nuevo ataque sobre Inglaterra y una de las naves del siglo XVI mejor conservadas del mundo, o un ánfora griega del siglo VI a.C., la pieza más antigua que se ha descubierto hasta el momento en las aguas del norte peninsular.
Una nueva campaña de excavaciones en el puerto del municipio lucense se ha saldado con otro descubrimiento "excepcional": los restos de una barca medieval datada entre los siglos XI y XIII que habría sido usada por los peregrinos que realizaban el Camino de Santiago. La pieza longitudinal de más de siete metros y de madera labrada en forma de L supone la primera prueba material del transporte de fieles hacia el lugar de sepultura del apóstol.
El hallazgo se ha registrado precisamente durante los trabajos de control y estudio del San Giacomo, descubierto en 2011, impulsados por la Xunta de Galicia y en los que participan el Institute of Nautical Archaeology de Texas, la Universidad Trinity Saint David de Gales, el Maritime Archaeology Trust de Reino Unido, la Armada Española, el Concello de Ribadeo, el C.A.S. Costa Lugo, el Real Club Náutico de Ribadeo, la Real Liga Naval Española y la Federación Gallega de Actividades Subacuáticas.
El pecio del barco medieval —se trata de los vestigios del costado y el pantoque, la parte inferior de la embarcación— fue tallado con herramientas metálicas de un único tronco de madera de roble. Su longitud es de 7,27 metros y según las dataciones radiocarbónicas fue construido entre los años 1050 y 1260. Exactamente en esa última fecha, Ribadeo recibió una donación para, entre otros fines, establecer un barquero que diera paso gratuito en la ría y evitar así vadear el agua por tierra a través de la localidad de Vegadeo.
El puerto del pueblo lucense fue durante el Medievo un canal de entrada de peregrinos debido a su vinculación con San Julián el Hospitalario, el patrón de los peregrinos, los hosteleros y, sobre todo, los barqueros. En la obra La Leyenda de San Julián, elaborada en Francia hacia ese mismo año de 1260, el protagonista aparece como peregrino a Compostela y otros santos lugares tras escapar de su casa en Angers al haber matado a sus padres de forma accidental. La atracción por esta historia aumentó el volumen de peregrinación por este punto de la costa.
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Según la Xunta de Galicia, se trata de "un descubrimiento excepcional que permite por primera vez vincular el mito xacobeo a un elemento material de transporte empleado en la peregrinación a Compostela". La principal hipótesis es que la barca de pasaje tendría su base en Ribadeo, aunque no se descarta que perteneciera a la orilla asturiana.
Los investigadores también han apuntado que la embarcación estaría compuesta al por otra pieza simétrica al costado documentado. Tampoco se descarta la existencia de una o más piezas planas de madera ubicadas en el fundo de la embarcación que habrían permitido ampliar la manga y la capacidad de carga y una popa de sección cuadrada al estilo de las naves más primitivas de la Europa Atlántica.