El origen de los guerreros de Xi'an se encuentra en Alicante. En su museo arqueológico, el Marq, explicarán durante los próximos diez meses la historia detrás de la mayor tumba de un emperador, Qin Shi Huang. Trasladar las nueve figuras de estos soldados y, por primera vez en España, un caballo requiere niveles de seguridad máximos, alta tecnología y bambú.
La restauradora Silvia Roca y la arqueóloga Teresa Ximénez son las dos expertas de este centro alicantino que se tuvieron que trasladar a China durante dos semanas para supervisar la primera salida en pandemia de estas esculturas. Esta, como explican mientras ultiman los preparativos para la inauguración de este 28 de marzo, era una petición inusual. Normalmente, la supervisión de las piezas las realizan los técnicos de cada centro desde su propio museo.
En el largo proceso de negociación iniciado en 2018 esta última demanda no suponía un obstáculo. Como explica Roca, el Gobierno chino facilitó la gestión para que esos quince días se pudieran aprovechar mejor al tener que revisar más de 120 piezas y conjuntos de nueve museos. Una semana entera se dedicó a las mayores piezas, precisamente los guerreros y el caballo, que necesitó un día en exclusiva para ello.
En este detalladísimo chequeo se comprobaba el estado de cada una de las piezas. Ximénez apunta que ahí se percibió la segunda diferencia cultural al plantear este proceso, el ponerse de acuerdo en cómo se definían las imperfecciones. Fisuras en la terracota o manchas en la superficie tienen que analizarse para asegurar que no supondrán un problema y que resistirán bien tan largo viaje. Eso incluye la evaluación de los salientes para calcular lo que supondría un golpe, indica Roca.
Unas diez mil fotos de Roca documentan este proceso en el que se presta atención milímetro a milímetro a cualquier punto débil en piezas que miden hasta dos metros, como sucede con los guerreros. "Les dedicas más tiempo no solo por la importancia, sino por el tipo de material", explica.
Y aunque estas figuras de terracota encontradas el 29 de marzo de 1974 "están muy restauradas y estabilizadas", toda precaución es poca. "Lógicamente los que ceden son los que pueden soportar un viaje de nueve mil kilómetros", añade. Y, para evitar "que la pieza siga sufriendo", el Gobierno chino va eligiendo entre los centenares que tiene para que salgan en gira. De esta forma, tras su vuelta de los países en los que se hayan exhibido ya no abandonan el cuidado del emperador por el que fueron construidas.
Si en el mismo mausoleo de Xi'an pudieron estar con estas figuras, la otra semana de la revisión Roca y Ximénez se marcharon hasta el museo de historia de Shaanxi. Desde allí chequearon el material cedido por los siete restantes centros que participan en esta exhibición. La arqueóloga destaca la importancia de este centro, desde el que se coordinaba el plan de las piezas que ayudarán a contar la historia de las dinastías Qin y Han, el origen de la unificación de China.
Embalaje para 9.000 kilómetros
El embalaje con el que han llegado los guerreros es un traje a medida para estos guerreros con más de 2.200 años de antigüedad. Este les debe ayudar a soportar los 9.000 kilómetros que separan Xi'an de Alicante. Como explican Roca y Ximénez, es un viaje en camión y avión. Eso implica impactos como el de un aterrizaje o las vibraciones que pueden producirse en la carretera. Además, los consiguientes cambios de humedad y temperatura. El marítimo, como indican, es el que menos se usa para estas obras porque es más complejo asegurar las condiciones.
Todo eso está previsto antes de ponerse el traje. Ximénez destaca el uso de las varillas de bambú como uno de los curiosos sistemas que aplican en China y que facilita el viaje. En el caso del caballo, una de las piezas más delicadas por tener que soportar las cuatro patas el peso de trescientos kilos del cuerpo, se le entablillan con este material. De esta forma, aseguran una mayor rigidez en la protección y la suficiente flexibilidad para que si hubiera un problema no perjudicara la pieza. Si en lugar de bambú se usara hierro, por ejemplo, este podría dañarla en caso de choque.
Los guerreros viajan recostados en camiones que cuentan con amortiguadores especiales, señala Ximénez. De esta forma, se reducen las vibraciones ya que este es el principal peligro a prevenir porque podrían provocar las temidas grietas. El embalaje especial que se les da ya lo tiene en cuenta para absorber también estas oscilaciones. Del mismo modo que, además de aluminio, se emplea material ignífugo.
Diez meses en Alicante
Manuel Olcina y Josep Albert Cortés celebran esta llegada como un éxito. La estancia de los guerreros es la máxima que otorga el Gobierno de la República Popular de China. "Participar en primera persona en un proyecto tan especial como este ha sido todo un privilegio", cuenta el segundo como director de la fundación Marq. Una gran labor de equipo, subrayan ambos, con la que culminan las negociaciones iniciadas en 2018.
Los dos ya viajaron hasta China en marzo de aquel año para explicar su pretensión de contar la historia del país mediante estas figuras. La trayectoria del centro les avalaba con la colaboración en anteriores exposiciones con museos como el Británico, el Louvre o el Hermitage. "Con los que no ha habido nunca ningún problema", como recalca Olcina como director del Marq.
En esta quinta visita de los guerreros de Xi'an a España ofrecían el aval de diez meses en un museo, a diferencia de unos centros de exhibición. En las salas dedicadas a la exhibición temporal del Marq controlan todos los detalles para que los guerreros se sientan como en casa. La sensorización de las vitrinas y el sistema de climatización se encargan de que no haya problemas de humedad ni temperatura.
Control permanente
La vigilancia de estos parámetros es constante. Con ella, en el Marq tienen que prever también el gran flujo de visitantes que se esperan, con el objetivo de ser la exposición del año en España y batir el récord personal que tienen desde 2009 con la muestra La belleza del cuerpo y el Discóbolo. Aun así, la capacidad de cada sala no podrá superar las ochenta personas para mantener estos criterios de seguridad de las obras.
"El público alicantino ha luchado mucho por esta exposición", concluye el presidente de la Diputación de Alicante como entidad responsable del Marq y de financiar este proyecto. "Ahora es el momento de sacarle todo su jugo desde el punto de vista cultural, turístico y económico", finaliza Carlos Mazón.