Ramsés II, uno de los gobernantes más poderosos de la Dinastía XIX (siglo XIII a.C.) del Antiguo Egipto, ha desvelado su verdadero rostro. Un equipo de investigadores egipcios y británicos ha logrado reconstruir la cara del faraón gracias a imágenes de su momia obtenidas mediante una tomografía computarizada. Por primera vez desde el hallazgo de sus restos mortales en 1881 en el famoso escondrijo de Deir el Bahari, en Luxor, un proyecto científico ha podido crear un modelo fidedigno en 3D de la cabeza del famoso rey del Imperio nuevo, asociado tradicionalmente con el Éxodo bíblico, en diferentes etapas de su vida.
El estudio, que se ha desarrollado a la estela de las celebraciones del centenario del hallazgo de la tumba de Tutankamón o de los 200 años del descifrado de la Piedra Rosetta, ha estado liderado por Sahar Saleem, profesora de radiología en la Universidad del Cairo y experta en el escaneado de momias reales —junto con el popular egiptólogo de Zahi Hawass ha dirigido, por ejemplo, el estudio del cadáver del faraón niño o, más recientemente, el de Amenhotep I, cuyo sarcófago lleva 3.000 años sin ser abierto—.
El proyecto ha consistido en utilizar las imágenes obtenidas de la momia del conocido como Ramsés el Grande, conservada en el Museo Nacional de la Civilización Egipcia, mediante la tecnología de la tomografía computarizada y combinarlas con varios software que fabrican modelos tridimensionales para reconstruir la apariencia física del faraón. "El software identifica las propiedades de las diversas capas de materiales en la cara de la momia, como las vendas de lino que la cubren, y permite desenvolver digitalmente al faraón", ha explicado Saleem a la revista especializada en radiología AuntMinnieEurope.com.
Gracias a los nuevos avances proporcionados por estas herramientas tecnológicas se ha podido recabar un gran conjunto de datos y reconstruir la cara de Ramsés II con enorme precisión, ha asegurado la investigadora. De hecho, la primera representación obtenida mostraba el aspecto del gobernante egipcio a los 90 años, edad a la que aproximadamente murió. Después, sobre esa imagen se aplicó un otra tecnología para revertir el proceso de envejecimiento y mostrar cómo era el rey a los 45 años, en el cénit de su poder. Los modelos 3D han sido desarrollados por Caroline Wilkinson, antropóloga forense de la Universidad John Moores de Liverpool.
"Creo que el rostro reconstruido es el de un egipcio muy guapo con los rasgos faciales característicos de Ramsés II, como una nariz pronunciada o una poderosa mandíbula [que ya se habían identificado en las radiografías de la momia]", ha valorado Saleem, que ha aportado al modelo 3D el tono moreno de la piel o la textura del pelo en función de los pruebas recabadas en el registro arqueológico sobre los egipcios que vivieron hace más de 3.000 años. "El faraón fue un gran guerrero que gobernó Egipto durante 66 años", ha añadido", y "poder dar vida a su rostro en su vejez y juventud recuerda al mundo su estatus legendario".
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Este proyecto también pretendía reconstruir la cara de otro de los gobernantes más famosos del Antiguo Egipto, si no el que más: Tutankamón. Pero los resultados no han sido tan satisfactorios. En colaboración con el antropólogo Andrew Nelson, de la Universidad de Ontario Occidental (Canadá), y el escultor Christian Corbet, se ha podido imprimir digitalmente una reconstrucción del cráneo y añadir varias capas de músculos faciales, pero con unas proporciones físicas que no convencieron a Saleem.
"Las características cualitativas no se pueden conocer basándose únicamente en el cráneo. Sin embargo, los tejidos blandos preservados de la momia pueden ayudarnos. Corbet primero le dio al busto las características faciales básicas de Tutankamón. Sin embargo, con mi conocimiento de la momia real y su apariencia en las imágenes de tomografía computarizada, pensé que la nariz podría acortarse y los labios engrosarse para encajar más con el aspecto egipcio", ha explicado la investigadora. Tutankamón sigue sin revelar todos sus secretos.