'Todos pájaros', un Romeo y Julieta palestino-isarelí
Mario Gas estrena en Teatros del Canal la obra de Wajdi Mouawad sobre cómo vivir el amor en tiempos de conflicto con Palestina e Israel como telón de fondo.
Inspirada en una leyenda persa sobre un pájaro que sueña con nadar con peces y al que le crecen branquias para poder hacerlo, en Todos pájaros –del 5 al 29 de diciembre en Teatros del Canal–, Wajdi Mouawad narra la historia de una pareja de enamorados, una americana de origen árabe y un científico alemán de ascendencia israelí, atravesados por el conflicto de Oriente Próximo.
“El recrudecimiento de los litigios entre ambos pueblos y la invasión, el ataque y el genocidio que a todas luces está cometiendo Israel, hacen que la obra tenga un interés, no solo conceptual, sino absolutamente inmediato”, comenta Mario Gas quien, tras Incendios (2016), vuelve a ponerse al frente de una obra del dramaturgo libanés.
Se da la circunstancia de que estos meses se han sucedido varios de sus títulos sobre las tablas: Cielos, dirigida por Sergio Peris-Mencheta, y Journée de noces chez les Cromagnons, que dirigirá él propio Mouawad los días 29 y 30 de noviembre también en Canal.
“Él es una luz enorme en el panorama de las dramaturgias internacionales. En sus obras, recupera el concepto de tragedia griega humanística aplicada a conflictos del área geográfica e histórica que conoce –Oriente Próximo–, y nos plantea problemas realmente candentes. No tan solo el nivel inmediato de los conflictos, sino también el descenso al interior del alma humana, a las contradicciones del individuo y las cegueras de las comunidades que llevan a los enfrentamientos y a las guerras. Todo ello con un lenguaje poético permutante y corrosivo”.
Como unos Romeo y Julieta contemporáneos, en Todos pájaros una ola de suicidios de jóvenes palestino-israelíes enamorados está afectando a todo el país. “La obra no es solamente la historia de un amor imposible dentro del conflicto bélico de una guerra que, según dice un personaje, durará mil años. Es también la paradoja de estar en un lado y no comprender al contrario”.
El propio Mouawad escribió sobre esta historia de mutación: “Me trastorna hoy por lo que cuenta sobre nuestro tiempo, de nuestro mundo y de nuestra relación con el otro, con el enemigo, por así decirlo”.
Y es ese “encuentro embarazoso”, en palabras de Mahmud Darwish, lo que Todos pájaros pone sobre las tablas. “No somos los mejores ni hay que ser supremacistas. Siempre hay que tender la mano al otro porque todos somos iguales”, señala Gas.
El mensaje es poderoso en cuanto a que en la obra sobrevuela la esperanza como ese pájaro anfibio separado de los peces por su morfología al que le crecen branquias para poder mezclarse. Para ello, Mouawad no traza una historia lineal: “Los diez personajes tienen cosas que contar sin interferencias”, afirma Gas que, tras la inesperada baja de Núria Espert, tuvo que incorporar en su lugar a la actriz Vicky Peña.
Con una escenografía “simbólica y abierta”, Todos pájaros centra la atención en el conflicto de los personajes y el desarrollo de la historia. “Moauwad dinamita la escena convencional y salta de situación, de época, de lugar, con flashbacks muy abiertos. Así que hablamos de un dispositivo escénico muy limpio con pequeños elementos para ir hacia esa realidad poética”.