“Pues me parece un reconocimiento justo, qué te voy a decir”, señala Ana Zamora (Madrid, 1975) a El Cultural, una frase que suena neutra y aséptica, sin un ápice de altanería. Lo hace acto seguido de colgar con el ministro de Cultura, Miquel Iceta, que le acababa de comunicar que era la galardonada con el Premio Nacional de Teatro de este año. “Es que llevamos muchos años trabajando para rescatar una parte importante del patrimonio teatral”. Se refiere a las joyas ocultas del Renacimiento y el Medievo, es decir, antes de la eclosión del Siglo de Oro, que sí goza de una repercusión contemporánea potente, porque nombres como Lope de Vega y Calderón no dejan de figurar en la cartelera ni una sola temporada.
El jurado ha justificado el fallo aduciendo que, aparte de esta labor arqueológica, ha presentado espectáculos “con excelentes resultados, acercándolos al gran público”. Es una labor que desarrolla al frente de la compañía Nao d’Amores, que fundó en 2001. Otro de los argumentos esgrimidos es “su excelente labor de investigación y docencia, impartiendo cursos y seminarios por todo el mundo sobre dicho patrimonio y abrazando en sus montajes la investigación musical”.
También se ha destacado la espiritualidad que desprenden sus puestas en escena. Una apreciación certera que se constató con la pieza con la que llamaron la atención de la crítica en 2007 (El Cultural la consideró la Mejor Obra del Año), Misterio del Cristo de los gascones. Ahí demostró, a pesar de su juventud, una sólida madurez artística e intelectual, dando una lección de cómo convertir nuestras tradiciones más arraigadas en materia viva y gozosa, yendo más allá de una exhibición puramente museística. Es una obra con la que todavía siguen girando, de hecho. Para la próxima Semana Santa estará en La Comedia (merece la pena ir comprando la entrada).
“Nao d’Amores es un ejemplo de que el público no solo quiere cosas fáciles, que no es tan tonto como a veces creen algunos. Nuestra intención siempre ha sido hacer alta cultura para todos los público y demostrar que algo tan lejano como las obras medievales y renacentistas pueden ser puro teatro contemporáneo”, explica Zamora, tremendamente feliz por el espaldarazo institucional.
Zamora, de hecho, juega con recursos modernos para arrojar luz sobre un legado que sin su trabajo y sus esfuerzos permanecería en la oscuridad. Por ejemplo, romper la cuarta pared, como hacían en Nise Lastimosa y Nise Lauredada, que recreaban la fascinante (y cruenta, y brutal…) historia de Inés de Castro, noble gallega emparentada con los reyes de Castilla. Su matrimonio secreto con el infante Pedro de Portugal era una patata caliente para el padre de este, el rey Alfonso, que ordenó el asesinato de ella para solventar el entuerto.
Encierros monásticos
Ana Zamora (Madrid, 1975) es titulada Superior en Arte Dramático, en la especialidad de Dirección de Escena y Dramaturgia por la RESAD (1996-2000). Fue en el año 2001, cuando fundó en Segovia Nao d’amores, colectivo de profesionales procedentes del teatro clásico, los títeres y la música antigua.
Allí, en Segovia, antes de cada estreno se encierran con disciplina monástica para preparar concienzudamente sus inmersiones en territorios pocos transitados, para los que apenas disponen de referentes. Ya en 2013, la compañía abrió una nueva línea de creación que le lleva a abordar también repertorios vinculados a la contemporaneidad. Con Nao d’amores ha estrenado quince espectáculos, entre los que se encuentran montajes que se han convertido en referentes de la producción contemporánea del teatro clásico en nuestro país.
En enero, por cierto, estrenan en La Comedia -CNTC mediante, claro- El castillo de Lindabridis, una obra poco trillada de Calderón de la Barca. Parecería que se estuvieran 'inmiscuyendo' en un ámbito -el del barroco- que les ha sido ajeno hasta la fecha. "Pero hay que tener en cuenta una cosa: que Calderón mira aquí desde el Barroco el Renacimiento a través de una novela de caballerías, así que no nos salimos de nuestro hábitat".
Aparte de su trabajo en la compañía, como directora independiente, Zamora ha puesto en escena textos muy diversos, entre los que destacan: La fiesta de la libertad (2020) para Radio Televisión Española producida por Fundación SGAE; Carmen, de Bizet, para el Teatro de la Zarzuela (2014); Ligazón, de Valle- Inclán, en el espectáculo Avaricia, Lujuria y Muerte producido por el Centro Dramático Nacional (2009); Tragicomedia de Don Duardos, de Gil Vicente, para la Compañía Nacional de Teatro Clásico (2006).
Asimismo, ha desempeñado los cargos de Ayudante de Dirección en los equipos artísticos de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, bajo la dirección de Eduardo Vasco (2005-2006) y en el Teatro de La Abadía, bajo la dirección de José Luis Gómez (2002-2004). En el ámbito de la gestión cultural, formó parte del equipo organizador de Titirimundi- Festival Internacional de Teatro de Títeres de Segovia (1992-2000) y del Festival Internacional Folk Segovia (1990-2000).
El jurado, presidido por el director general del Instituto Nacional de las Artes Escénicas y de la Música (INAEM), Joan Francesc Marco, y actuando como vicepresidenta la subdirectora general de Teatro del INAEM, Ana Fernández Valbuena, ha estado compuesto por los siguientes vocales: los periodistas culturales, Julio Bravo y Machús Osinaga; la directora adjunta de la Compañía Nacional de Teatro Clásico, Lola Davó; el actor, director teatral y Premio Nacional de Teatro 2006, Josep Maria Pou; la gestora cultural y directora del Teatro del Soho CaixaBank de Málaga, Aurora Rosales y Rosa Sansegundo, como representante de la Plataforma Universitaria de Estudios Feministas y de Género.
Entre los premiados en las últimas ediciones se encuentran Ramón Fontserè (2000), Fernando Arrabal (2001), José Luis López Vázquez (2002), Gustavo Pérez Puig (2003), José Monleón (2004), la Compañía Animalario (2005), José Mª Pou (2006), Juan Mayorga (2007), Atalaya TNT - Centro de Arte y Producciones Teatrales (2008), Vicky Peña (2009), la Compañía Teatro La Zaranda (2010), Juan Gómez-Cornejo (2011), Blanca Portillo (2012), Ramón Barea (2013), la compañía Chévere (2014), Pedro Moreno Campos (2015) y Concha Velasco (2016), Kamikaze Teatro (2017), Julieta Serrano (2018) y Andrés Lima (2019), la Sala de Teatro Cuarta Pared (2020), Juan Diego Botto (2021) y Petra Martínez y Juan Margallo (2022).