Se le escapaban las lágrimas el otro día a Emilio Aragón cuando salió, tras la función de Circlassica, a ofrecer unos comentarios al público que llenaba las gradas. Mayoritariamente niños, claro. Se le cruzaron dos emociones al máximo impulsor de Productores de Sonrisas, la compañía que protagoniza un espectáculo subtitulado El sueño de Miliki. La evocación de su padre le removía las fibras, igual que el hecho de volver a lo grande después del trauma pandémico, con los críos ojipláticos ante las acrobacias de vértigo. El éxito estás navidades ha sido tremebundo. En unos pocos días habían vendido más de 150.000 entradas, por lo que tuvieron que ampliar fechas hasta finales de enero. Un dato para celebrar, si es que Ómicron no agua la fiesta al final.
Otro circo recomendable por estas fechas es el Price, al que vuelve la heroína más peculiar de todas las galaxias, Cometa. Este año se enfrenta a un villano que pretende fastidiar la navidad, Amargador, un camaleónico personaje con muchas mañas y recursos para arruinar los planes a los terrícolas. Desde 2018, la saga de Cometa (con montaje presente alcanza el rango de trilogía) viene convocando a la muchachada, que no pestañea ante sus andanzas y que, desde sus butacas, la jalean para insuflarle ánimo en su pugna contra los malvados. Circense es también el espectáculo Passengers, de Les 7 doigts de la main en los Teatros del Canal desde el 22 de diciembre. Un viaje en tren en el que los pasajeros van revelando el contenido de sus maletas al ritmo del traqueteo. Cine, teatro, acrobacias y danza.
En esta última disciplina, y sin salir del Canal, es un reclamo familiar potente las jugosas coreografías de un programa doble stranvinskyano (del 4 al 9 de enero) que incluye primero Apollo, de George Balanchine, que con esta pieza firmó su primera colaboración con Stravinsky. La pusieron en escena los míticos Ballets Rusos de Diaghilev en 1928 con vestuario y escenografía del pintor francés André Bauchant. Un año después nada menos que Coco Chanel elaboró unos nuevos figurines.
La segunda parte la ocupa Pulcinella, de Blanca Li, inspirada en la música de -otra vez- Stranvinsky. “Es uno de mis compositores favoritos y Pulcinella una obra con múltiples texturas. Posee luz y color y, lo que más me gusta, es alegre y está llena de energía. El hecho de que nuestro primer público sea un público familiar es muy importante para mí. Llevo años trabajando para acercar la danza a niños y a jóvenes, es un público al que adoro y respeto”, afirma la directora de los Teatros del Canal, que ya presento este jocoso y juvenil trabajo en el Auditorio Nacional con la OCNE.
La oferta infantil es desbordante estos días. Pero una sala indispensable es la histórica Sanpol, más de tres décadas consagrada a inocular el veneno de la escena a los más pequeños. Por un lado, encontramos el musical Hansel y Gretel, el clásico de los hermanos Grimm manufacturado por la compañía La Bicicleta, asidua a este teatro situado en la ribera del Manzanares, y la Escola de Teatro Musical Memory de Barcelona. Ternura, humanidad y también -a qué negarlo- un punto de terror. En Sanpol estará también el musical Viaje por la magia de Disney en el que salen a relucir Peter Pan, Cenicienta, La bella y la bestia, Mulán, Coco, Frozen, Toy Story, Pocahontas, Tiana y el sapo, Aladínn, El libro de la selva, Enredados, La Sirenita.
Por su parte, la Cuarta Pared ofrece un ciclo de cuentacuentos entre 27 y el 30 de diciembre. Relatos de cosecha propia y con diversas temáticas, iniciando a los niños en cuestiones actuales de su entorno cercano. Compromiso sin olvidar la faceta lúdica e imaginativa. Además, la sala de la calle Ercilla celebra el 40 aniversario de Teatro Paraíso, compañía galardonada con el Premio Nacional de Teatro para la Infancia y la Juventud que entre el 16 y el 30 de enero representará tres obras Úniko, Nómadas y Pulgarcito, esta última, basada en el cuento de Perrault, reconocida en el Festival de Almagro como mejor espectáculo del Certamen Internacional Barroco Infantil. Y como último apunte, un título que lleva cautivando a los chiquillos desde hace décadas, Pinocho, de Carlo Collodi, que David Ottone y José Luis Sixto, al frente de la compañía Canti Vaganti, suben a las tablas del Fernán Gómez el 25 y el 26 de diciembre.