Lo que empezó hace 30 años como una iniciativa privada en miniatura (una muestra de cuatro espectáculos repartidos a lo largo de un mes con un presupuesto de seis mil euros) hoy es el buque insignia del teatro contemporáneo en España. Hablamos del Festival Temporada Alta de Gerona, que abre este viernes una nueva edición, muy especial por el aniversario redondo y por la vuelta de la (casi) normalidad a sus escenarios. Esa normalidad, en su caso, se llama Korsunovas, Castellucci, Liddell, Platel, Rigola, Marthaler… Es decir, la crema de la creación escénica europea. Es el nivel al que nos tiene acostumbrado Salvador Sunyer, su enérgico y visionario director. Alguien que tiene claro que Temporada Alta está concebido para asumir riesgos artísticos en pos de la renovación de los lenguajes. Siempre le gusta recordar que de Antonio Gaudí también se desconfiaba en su día. “Y mira la cantidad de gente que hoy atrae a Barcelona”, apunta a El Cultural. Una reflexión que sintetiza la filosofía de Temporada Alta.



La cita catalana, en la actualidad con tres ‘sucursales’ abiertas en Hispanoamérica (Buenos Aires, Montevideo y Lima), es un motor de generación de espectáculos. En su cartelera, que se extiende durante los próximos tres meses, se acogerán un total de 29 producciones y coproducciones, que luego nutrirán de savia nueva los Teatros del Canal y Abadía de Madrid, el Lliure de Barcelona, el Central de Sevilla… El festín arranca este viernes (106 montajes de 14 países diferentes) con El tío Vania orquestado por el regista lituano Korsunovas con reparto local encabezado por Julio Manrique. Es una fórmula que ya han puesto en práctica con éxito en ocasiones anteriores: Ante la jubilación (Krystian Lupa), La omisión de la familia Coleman (Claudio Tolcachir), La nieta del señor Linh (Guy Cassier)…



Destacan este año también la presencia (indefectible en Gerona) de Angélica Liddell y Àlex Rigola. La dramaturga, directora e intérprete catalana con raíces extremeñas se inspira en el cantaor Manuel Agujetas para levantar el monólogo Terebrante, título que alude al dolor que produce taladrar (terebrare) una zona del cuerpo ya de por sí dolorida.

Movidas raras

Es pues un trabajo radical muy en la línea de su trayectoria previa, que ha reflejado diversas formas de sufrimiento, físico y espiritual. Reciente está en la memoria el conmovedor canto luctuoso a sus padres. Terebrante podrá verse el 19 de noviembre y, posteriormente, viajará al Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid (27 y 28 de noviembre). Rigola, por su parte, llega con otro sugerente monólogo, pronunciado por Ofelia, la noble danesa enamorada de Hamlet que se quita la vida. Un desenlace que ha dado juego a decenas de artistas, desde los prerrafaelitas a Rimbaud. El director barcelonés nos abre la psique del atribulado personaje shakespereano.



Otro apartado de interés son las propuestas que Sunyer describe mediante negaciones sucesivas: “No son ni teatro, ni cine, ni tele… Son formas mestizas, como la serie en vídeo de Rodrigo García, Movidas raras, o la representación de Lázaro en vivo de la compañía mexicana Lagartijas Tiradas al Sol, diseñada para ser vista en Zoom”. Son variantes nacidas en los tiempos pandémicos, cuando hubo que agudizar el ingenio para evitar el parón. “Lo que no va a quedar, porque es un rollo, es ver teatro grabado”, sentencia Sunyer.

@alberojeda77