Alejandra Onieva en El sueño de una noche de verano. Foto: Ana Himes
La primera aproximación de Darío Facal con Shakespeare tenía que ser El sueño de una noche de verano por su equilibrio entre la farsa y la alta comedia, por la lírica, por la metateatralidad, por la fantasía que derrocha sin perder rotundidad intelectual y por ser una inquietante reflexión sobre la psicología humana. El montaje, que se estrena este jueves 11 y también puede verse el viernes, 12, en Clásicos en Alcalá, inaugura la programación del certamen con una apuesta que pretende alejarse del tradicional mundo fantástico, de los escenarios llenos de hadas y duendes. "No consideramos que todo eso le hiciese justicia a la obra de Shakespeare -explica Facal a El Cultural-. La respuesta estaba delante de mí, ya que el propio texto está tejido a partir de anacronismos e ideas muy dispares que se entremezclan como si se tratara de un complejo pastiche lleno de referencias que consiguen convivir gracias a la genialidad de su autor. Seguimos esa misma lógica y funcionó a la perfección. La clave estaba en no tenerle ningún miedo a los anacronismos y ser muy respetuoso con el texto. El espectador se va a encontrar con una lectura muy moderna, llena de humor y poesía pero también con pesadillas y oscuridad".Facal reconoce que no se hubiese embarcado en este proyecto sin el elenco que encabeza Carmen Conesa, Emilio Gavira, Alejandro Sigüenza, Alejandra Onieva y Vicente León. Sus interpretaciones muestran a las claras las tripas de una obra sobre el poder, la libertad y la sensualidad: "El teatro y los sueños son capaces de transformar la intransigencia y la inflexibilidad del poder para construir una sociedad mejor, un mundo más feliz en el que las personas puedan amar sin prejuicios. El sueño de una noche de verano es una de esas obras que deberíamos releer para construir una vida mejor. Sin excepciones ni exclusiones".
Además del certamen de la localidad complutense, El sueño de Facal estará el 18 de junio en el Festival de Cáceres, una parada más dentro de la ruta que durante estos días siguen los grandes clásicos por toda nuestra geografía: "Los festivales son momentos extraordinarios que permiten al público disfrutar de los grandes textos en toda su libertad, fantasía y belleza".
Pese a todo, Facal no se deja llevar por el espíritu lúdico de las citas veraniegas. Rebaja su entusiasmo al valorar la situación del teatro actual: "No pasa por una época dorada precisamente. Muchos grandes profesionales están sufriendo momentos difíciles. Aunque seamos un sector que parece crecerse ante las adversidades y que disimula la ausencia de apoyo ofreciendo más creaciones, más espacios y más calidad eso no significa que estemos en un buen momento. El futuro del teatro español pasa porque a las autoridades les parezca necesaria su existencia y lo valoren".