Escena de la segunda pieza, Naufragio.
Tom Stoppard vuelve a Madrid para presentar su trilogía La costa de Utopía, en la versión rusa del Teatro Académico de la Juventud. Dura nueve horas y se exhibe en el Valle Inclán ( los días 28, 29 y 30 de septiembre por partes y el 1 de octubre íntegramente). Luego viajará al Lliure de Barcelona.
La primera producción de la trilogía la dirigió Trevor Nunn en Londres, en 2002, con un reparto encabezado nada menos que por Stephen Dillane y Will Keen: "cuando fui a ver Los bajos fondos de Gorki, en el National Theatre, le dije a Trevor Nunn: ‘Me gustaría escribir una obra como ésta, una obra rusa, para estos mismos actores y estos decorados, no cambies nada, por favor'. Es evidente que no salió igual, pero muy parecida", recuerda Stoppard acerca del impulso inicial que le inspiró el texto. La segunda producción tuvo lugar en Nueva York, dirigida por Jack O'Brien en 2006 y con Ethan Hawke y Billy Crudup, y ganó siete premios Tony. La tercera es la que podremos ver en Madrid y Barcelona. Fue estrenada en 2007 en Moscú por la RAMT y capitaneada por Ilya Isaev y Eugeny Redko en los papeles de Alexander Herzen y Vissarion Belinsky.
Utopistas, de carne y hueso. Las tres piezas que componen la trilogía -Viaje, Naufragio y Rescate- están transitadas por personajes reales, la destacada pléyade de escritores, pensadores, artistas y utopistas que surgieron sorprendentemente en la Rusia del XIX y a la que Isaiah Berlin dedicó el ensayo Pensadores rusos, libro que en manos de Stoppard se transformó en este tríptico: "En 1997 leí el libro de Berlin y lo primero que me llamó la atención fue la historia siguiente: ‘Belinsky estaba en cama en Francia en 1847. Precisamente, cuando estaba a punto de regresar a Rusia, Bakunin, Herzen y Turgenev intentaron convencerle para que no fuera pues le esperaba la censura y la persecución. Él les respondió que no podía vivir en un lugar donde la palabra no tenía ningún valor; que en Rusia, a un escritor, incluso, a un escritor malo o a un crítico, siempre lo mirarían como un héroe. Que en Occidente nadie se puede imaginar qué es el verdadero éxito'. Y ahí es donde noté algo especial, de lo que podía salir una obra".
Son dos los protagonistas: Alexander Herzen y Vissarion Belinsky. El primero fue el ideólogo del socialismo utópico en Rusia, pero un socialista que defendía al individuo frente al colectivismo, que quería acabar con la servidumbre a través de la revolución campesina pero sin violencia, que creía en la Historia como un destino impredecible. Stoppard lo presenta como un hombre bueno y generoso que tuvo que exiliarse de su país por su oposición al zarismo y cuyas ideas moderadas lo enfrentan a Marx (a quien el autor caricaturiza sin contemplaciones) y a las de tantos otros revolucionarios (Bakunin, Ogarev...) que desfilan por la obra. Respecto a Belinski, es el gran aliado junto con Turgenev de Herzen, periodista y editor de revistas literarias, de origen humilde y frágil salud, y un admirado crítico que hizo suyas las teorías del idealismo alemán pero adaptadas a Rusia. Belinsky es la encarnación del intelectual íntegro y es obvio que Stoppard siente gran simpatía por él.
Es precisamente este debate entre utopistas revolucionarios y moderados la médula argumental de la obra, aunque como el propio Stoppard se ha encargado de advertir "no son nueve horas de teatro filosófico, sino que es la plasmación de un mundo de gente que vive lo mejor que puede, tanto en la política como en el amor. Aunque siempre fracasan. Funciona todo como una comedia".
Viaje por Europa. Como ya se ha dicho, la pieza transcurre en muchos escenarios. La primera obra, Viaje, se desarrolla en la finca de los Bakunin, en Priammúkhino, un ambiente perfecto para una obra de Chéjov y así la ha concebido el autor. La segunda, Naufragio, salta de Rusia a París, donde los personajes son testigos directos de la Revolución de 1948. En la tercera, Rescate, Herzen vive exiliado en Inglaterra, donde sufrirá la trágica muerte de su hijo sordomudo.
Esta producción rusa tuvo el apoyo de Stoppard desde el principio: "Me interesó mucho ver cómo era recibida en Rusia una obra que hablaba de intelectuales rusos, muchos de los cuales murieron en el exilio". Intelectuales cuyas ideas fueron sepultadas por la fatídica dictadura comunista en el siglo XX y que Alexei Borodin consideró necesario recuperar en la Rusia de hoy ante la preocupante deriva política, social y moral: "Necesitaba como el aire hacer esta obra, mostrar el elevado sentido de la justicia de sus personajes, su intransigencia y rebeldía". Director y pedadogo del RAMT desde hace 25 años , el director invirtió dos en los ensayos con su joven compañía.
En Madrid la obra se exhibe con sobretítulos en español y se verá por partes los días 28 (Viaje), 29 (Naufragio) y 30 de septiembre (Rescate) e íntegramente el 1 de octubre. En Barcelona, con sobretítulos en catalán, del 5 al 7 de octubre por partes, y completa el día 8.