Llega el jueves 14 al escenario del Palacio de la Ópera de La Coruña, como primer título de la tradicional Temporada Lírica, nada menos que Aida, ópera monumental donde las haya, aunque esa dimensión debe alternar con maravillosos instantes de máxima inspiración: dúo Aida-Amneris, dúo Aida-Amonasro, escena del Nilo, dúo Amneris-Radamés, dúo final de la esclava y el general… Y arias de impacto: Celeste Aida, una prueba de fuego para un tenor lírico-spinto; Oh, patria mia, una delicadísima plegaria en la noche serena…
Muy acertadas estas palabras recogidas en el programa: “Aida es la ópera que anuncia el cambio hacia la modernidad, la que introduce la cuarta pared en lo que hasta entonces se entendía como melodrama italiano”. Cierto. Y no lo es menos que para servir una obra así, en la que se debe resaltar su lado monumental, es necesario contar con voces elásticas y sensibilidad muy musical, expresivas y de sólida técnica, en mayor medida incluso que lo pedido para otras óperas verdianas. No parecen nada despreciables las que se anuncian.
José Miguel Pérez Sierra, joven pero dotado de un enorme oficio, estará al frente de la Sinfónica de Galicia
Aida será la joven croata Marigona Qerkezi, a quien descubrimos hace unos meses en el Campoamor de Oviedo cantando el papel de Elvira en el Ernani del propio Verdi. Voz carnosa, de buen vibrato y sedoso timbre, fácil en el agudo y en la coloratura. Quizá le falte una cocción para superar todas las exigencias que le pide la esclava etíope, pero sus medios, en crecimiento, pueden ajustarse más a este cometido. A su lado, se anuncia el tenor venezolano Jorge Puerta, un grandullón dotado de una amplia y oscura voz de spinto, bien emitida, en busca de una mejor proyección. Tenor con pegada.
['Aida', llega el Verdi faraónico]
También la tiene el opulento barítono mexicano Carlos Almaguer. Artista sobrio, puede ser ideal para vestir el ropaje del primitivo rey Amonasro. La princesa Amneris será cantada por la mezzo georgiana Nino Surguladze, de tinte algo nasal, pero de excelentes hechuras y adecuada veteranía. El siempre cumplidor bajo-barítono español Simón Orfila dará empaque y vida al sacerdote Ramfis mientras que el Faraón será servido por el muy veterano bajo Giacomo Prestia.
El tan experto defensor de partituras rossinianas, bellinianas, donizettianas y verdianas, José Miguel Pérez Sierra, joven pero dotado de enorme oficio, estará en el foso al frente de la Sinfónica de Galicia. La dirección de escena es cosa de Daniele Piscopo. Producción vistosa, nada original, que pudo verse hace meses en Las Palmas con otro reparto pero la misma batuta.