Teresa Catalán: “En España falta atención a la música nueva”
La compositora navarra lanza un disco recopilatorio, 'Piano Works', y en junio estrenará en Pamplona un concierto para flauta y orquesta
13 abril, 2020 15:38Teresa Catalán (Pamplona, 1951) tenía una cita en el Museo Arqueológico Nacional con una serie de mujeres prominentes allí expuestas: la Dama de Ibiza, Afrodita, Sehem, la Venus en Bronce... Damas y diosas a las que ha tenido que dejar plantadas temporalmente por la peste vírica. Y es que el Festival Ellas Crean también ha tenido que posponer su programación, que con tanto mimo y fineza había armado la compositora navarra, Premio Nacional de Música en 2017 y catedrática emérita del Real Conservatorio Superior de Madrid. Su intención es retomar la propuesta en cuanto el panorama apocalíptico actual deje paso a la normalidad perdida.
Ella tiene por norma autoimpuesta no incluirse en las programaciones que diseña, costumbre infrecuente en la cultura española. Pero sí se reservó la dirección escénica de este concierto-espectáculo en el que cinco autoras (Alicia de la Fuente, Laura Vega, Carmen Verdú, Raquel Quiaro y Carmen Fernández Vidal) iban a esgrimir partituras inspiradas en dichas damas y diosas. “Cada una eligió la suya y resultó un buen aglutinante entre música y poesía [interviene la poeta Nuria Ruiz de Viñaspre], una referencia, un punto de partida, un contraste entre lo que fueron y una visión de hoy”, explica a El Cultural.
“La madurez orienta a la síntesis, a dejar de lado lo que sobra y a que las ideas tengan más niveles de significación”
El sinsabor se puede paliar al menos con un nuevo disco suyo, Piano Works, lanzado bajo el sello Orpheus. Se trata de una antología de obra pianística que permite asomarse a la evolución de su sugerente y prolífica carrera. Dice que, al repasarse, no ha detectado grandes bandazos respecto al propósito original que le condujo al papel pautado: hacer sonar el mundo. “Mi enfoque general no ha variado aun- que, claro, la evolución es inevitable, porque la madurez tanto personal como musical orienta a la síntesis, a ir dejando de lado lo que sobra, a saber con más precisión qué quiero, y a ser capaz de que la idea musical que presento tenga distintos niveles de significación”.
En este disco, interpretado por el pianista Alfonso Gómez, aflora, como señala el musicólogo Patxi Larrañaga, un esfuerzo sintético para conciliar el continuismo de las vanguardias sin renunciar a una revisión crítica de las mismas. Esa dialéctica es una de las constantes reconocibles en toda su trayectoria, que se forjó en sus orígenes bajo el magisterio de figuras como Fernando Remacha y Pilar Bayona. “Yo no pretendo enmendar nada, no creo que tenga autoridad para hacerlo. Me limito a seguir mi camino sin sentirme obligada a nada más que a la expresión que pretendo. La tarea de identificar ese camino no es fácil, pero quizá ahí está el núcleo de la cuestión, la tensión que hace apasionante la tarea de crear”, describe Catalán, que a su imponente bagaje académico añade un doctorado en filosofía. Disciplina esta última clave en su itinerario artístico. “La filosofía enseña a pensar, a comprender, a buscar, a analizar, a reconocernos, a fomentar el sentido crítico... Es fundamental en el pensamiento, en el camino de cualquier creador”, advierte.
En el capítulo sinfónico, Catalán tiene un compromiso ilusionante para junio (coronavirus mediante): el estreno de un concierto para flauta y orquesta que le encargó la Fundación Baluarte. Será ‘descorchado’ en Pamplona por la Orquesta Sinfónica de Navarra. Lamenta Catalán sin embargo la falta de oportunidades para la composición con- temporánea en nuestro país. “Hay mucha potencia creativa, sí, pero, en general, falta atención a la música nueva en las orquestas, los festivales, los auditorios...”. Carencia que, denuncia, se agrava en la vertiente femenina del gremio compositivo: “Es un hecho innegable: la creación de las compositoras apenas se tiene en cuenta: aparece poco en algo que ya de por sí es poco”.