El bellísimo ciclo de Schubert tiene una clarísima referencia desde hace décadas: la de Fritz Wunderlich. Sus canciones encuentran en la voz de tenor su vehículo más adecuado y, además, Wunderlich las cantaba con una frescura sin par. Thomas Quasthoff posee una voz de riqueza en los armónicos a la que dota de intención, sin embargo algunas de sus lecturas pecan de excesiva teatralidad, aunque otras, como "El curioso", queden maravillosamente expuestas. El acompañamiento de Justus Zeyen resulta muy correcto, pero no pueden olvidarse los grandes acompañantes que tiene el también barítono Dietrich Fischer Dieskau en sus diversas publicaciones del mismo ciclo.