Sirenas, misiles iluminando la noche y sangre goteando de un contenedor de basura. Así comienza el videoclip de Mama, Don’t Watch TV (Mamá, no veas la televisión), una nueva canción que ha lanzado hoy el colectivo feminista y grupo musical ruso Pussy Riot, en la que protesta por la guerra de Ucrania y la censura del régimen ruso. Además, reclaman que el presidente de Rusia, Vladimir Putin, sea juzgado por un tribunal internacional.
El grupo ha elegido el día de Nochebuena, cuando se cumplen exactamente diez meses desde el inicio de la invasión, para publicar esta canción en la que cambian su punk habitual por el rap para descargar toda su “ira, indignación y disconformidad” y lanzar “un grito desesperado de reproche contra los sanguinarios títeres de Putin, dirigidos por un verdadero monstruo caníbal, cuyo lugar está en la infinidad de feroces llamas infernales sobre los huesos de las víctimas de esta terrible guerra", tal como han manifestado en un comunicado.
Además, describen el gobierno de Putin como un “régimen terrorista” y califican al presidente, así como a todos los altos cargos militares del país como “criminales de guerra”. “Desde el comienzo de la guerra, el 24 de febrero, se introdujo la censura militar en Rusia. Está prohibido llamar guerra a una guerra, están prohibidas las publicaciones de materiales sobre la guerra que no hayan sido verificados por el Kremlin", señalan las activistas.
En un país en el que se ha instalado una férrea censura de las críticas al régimen y a la guerra, esta canción es un nuevo alzamiento de voz de este colectivo que ya ha sufrido penas de cárcel por sus mensajes a favor de los derechos LGTB, el feminismo, la libertad de expresión y en contra de la represión en Rusia.
En el vídeo se salpican imágenes de maletas que chorrean sangre estratégicamente situadas en terrazas donde gente adinerada toma refrescos o café, entrelazadas con secuencias de bombardeos en Ucrania, destrozos de la guerra, muñecos rotos y soldados forzando a la gente a camina encogidos, mientras se oye un estribillo: "Mamá, aquí no hay nazis, no mires la televisión".
La frase, que las Pussy Riot interpretan desde el fondo de un sótano excavado en la tierra al que han bajado por unas estrechas escaleras apenas iluminadas —tapadas sus caras con sus característicos pasamontañas de colores— proviene de un soldado recluta ruso capturado que, en una conversación telefónica con su madre, le dijo exactamente eso.
"La propaganda rusa envenena diariamente los corazones de las personas con odio. La Ley de Agentes Extranjeros se utiliza para silenciar a activistas de oposición y periodistas, para detener las actividades de las últimas organizaciones independientes de derechos humanos", denuncian las activistas.
En el vídeo también salen las cantantes a cara descubierta en conciertos. Con ellas, figuras de la oposición de los movimientos antigubernamentales que sufrieron envenenamientos, como Alexander Litvinenko o Alexei Navalny.
"Estamos en contra de esta vergonzosa guerra librada por Putin, y para detener esta guerra debemos unirnos, unirnos contra el régimen fascista de Putin", declaran estas jóvenes, que propugnan una protesta activa, empezando por el embargo a la compra de petróleo y gas rusos, a la venta de armas y municiones policiales a Rusia.
"Con este dinero —afirman— Putin nos golpea, nos encarcela, nos ataca con veneno militar y nos asesina. Con este dinero está haciendo la guerra".
Piden también que se congelen las cuentas bancarias occidentales y la propiedad de los funcionarios y oligarcas rusos e introducir sanciones personales contra ellos y que un tribunal internacional juzgue a Putin, "a los empleados de la propaganda estatal rusa, a los oficiales del ejército y a todos los responsables del genocidio de la nación ucraniana".
También hay un mensaje para la población rusa: "¡Por favor, no participes en esta guerra!¡No tomen avisos de movilización, no vayan a la comisaría militar, no escuchen propaganda!"
Y concluyen que "cada acción contra esta guerra es importante"; de hecho, como símbolo de esa lucha, una de las Pussy Riot tocada con máscara fucsia que deja ver su melena rubia cierra el vídeo con una imagen en la que se levanta la túnica negra con la que va vestida y, de pie, orina sobre una foto de Putin.