No anda sobrado el panorama del jazz de voces como la de Madeleine Peyroux (Athens, Georgia, EEUU, 1974). Su registro surge del poso dejado por grandes del género como Billie Holiday o Ella Fitzgerald. Esa verdad, que no se enseña, es la que escucharemos este domingo en la Sala Sinfónica del Auditorio Nacional, lugar desde donde oficiará su particular homenaje a nombres como Bob Dylan y Leonard Cohen en temas como You’re Gonna Make Me Lonesome When You Go y Dance Me To The End Of Love.
El concierto de Peyroux, que llega de la mano del Centro Nacional de Difusión Musical (CNDM), está integrado dentro de la gira 'Careless Love Forever', en recuerdo del álbum publicado en 2004, un punto de inflexión en su carrera en el que jugó un papel importante el productor Larry Klein, con el que ha realizado también temas como Don’t Wait Too Long.
A las cualidades y el talento “clásico” de la estadounidense cabe añadir su buen tino para buscar referencias. Además de los músicos mencionados ha pescado en los trabajos de su paisano de Georgia Ray Charles (con el álbum de 2013 The Blue Room, donde realizaba un tributo a Modern Sounds in Country and Western Music), Lennon y McCartney (Martha My Dear), Serge Gainsbourg (La Javanaise) y el ex Rolling Stone Bill Wyman (The Kind You Can’t Afford).
Peyroux se presenta en Madrid avalada por sus dotes musicales, plasmadas en los nueve álbumes que tiene en el mercado, y por sus históricas actuaciones
A 26 años de la publicación de Dreamland, primer álbum con el que alcanzó las 200.000 copias, Peyroux se presenta el próximo domingo en Madrid avalada por sus nueve álbumes en el mercado y por históricas actuaciones como la que realizó junto a la Lincoln Center Jazz Orchestra con motivo del trabajo que le sirvió de debut o el de la iglesia de Oxfordshire (Inglaterra), que dio lugar a Secular Hymns en 2016. “Peyroux tiene un talento tremendo y es totalmente intuitiva. Tiene la capacidad de conseguir la magia. Cuando canta y toca su guitarra suceden cosas geniales”, señala Klein, ideólogo también de Half the Perfect World y Bare Bones.
[las raíces del jazz en nuestra cultura]
Peyroux creció en una casa llena de música y desde muy pronto se dio cuenta, casi de forma instintiva, del poder de la música. Se trasladaría a París junto a su madre en 1987. "Para calmarme durante la agitación -recuerda- me regalaron una guitarra y empecé a tocar en la calle casi de inmediato".
No tarda mucho en frecuentar el Barrio Latino de París, donde actuaban los músicos callejeros. A los 16 años, se une a la Lost Wandering Blues and Jazz Band, con la que recorrió los escenarios de Europa, descubriendo de paso a Bessie Smith y a Billie Holiday. Al tiempo, aprende vorazmente todas las canciones y todas las formas de tocar la guitarra.
Fue la puerta de entrada a momentos más grandes. En 1991 la banda viajó a Nueva York, donde Yves Beauvais, de Atlantic Records, descubrió el talento único de Peyroux. Rechazó inicialmente la oferta del ejecutivo pero cedió varios años más tarde y en 1996 sale a la venta Dreamland.