Eötvös vuela en Santander
El director y compositor húngaro protagoniza el Encuentro de Música y Academia de Santander
5 julio, 2019 16:48La Academia: este término comienza a estar ya indefectiblemente unido al de la Escuela Reina Sofía tras diecinueve años de ininterrumpida labor pedagógica allá en tierras santanderinas. Durante el mes de julio llueven corcheas a mansalva en el curso de lo que se ha dado en denominar los Encuentros de Música. Una convocatoria que, una vez más, combina de forma muy estrecha la rigurosa actividad económica con la artística. Como es habitual, los actos tendrán lugar en las instalaciones del Conservatorio Profesional de Música Jesús de Monasterio de Santander. Allí convivirán durante casi un mes 13 maestros de gran renombre internacional con 68 jóvenes músicos venidos de todo el mundo.
Se trabajará profundamente la música de cámara, y se realizará también una intensa práctica de música contemporánea, orquesta de cámara y sinfónica. En esta oportunidad, el proyecto sinfónico que tradicionalmente abre el Encuentro lo protagonizarán el maestro Péter Eötvös, la Orquesta Sinfónica Freixenet y el violinista, Giovanni Guzzo, que proponen un programa variado y atractivo este domingo: The Gliding of the Eagle in the Skies del propio director, el Concierto para violín de Beethoven y la suite de 1947 del ballet Petrushka de Stravinski.
Como compositor, cultiva paisajes tímbricos en la línea de sus compatriotas Bartók y Ligeti. Como director, huye del énfasis
La figura del húngaro Eötvös (1944) es una de las más singulares en el panorama actual. Es un muy completo músico que ha visitado ya muchas veces nuestro país en su doble faceta de director y de compositor. Como creador es amigo de racionales estructuras, de paisajes tímbricos atrayentes y seguidor de la estela de compatriotas como Bartók, Kodály, Ligeti y Kurtág. Formado en la Academia Liszt de Budapest, se dio a conocer internacionalmente con su ópera Tres hermanas, basada en Chejov. Su última composición escénica parte de la novela El amor en tiempos de cólera de García Márquez. Sus texturas suelen ser delgadas y, no obstante, aparecen ocasionalmente inmersas en una sorprendente sensualidad, la del sonido bien trabajado, calibrado al máximo, exquisitamente tratado.
Como director, sabe gobernar con gesto claro y preciso, sin batuta. Manos versátiles, movimientos certeros, controlados, concisos y, sin embargo, expresivos. Huye del énfasis, domina las dinámicas y articula los fraseos. Este año, además, Eötvos es el compositor residente y continúa la estela dejada por otros insignes como Gubaidulina, Corigliano, Guinjoan, De Pablo y Penderecki. Los participantes del Encuentro tendrán la oportunidad de trabajar personalmente con él muchas de sus obras de cámara además de la sinfónica que abre el citado concierto inaugural.
En el taller Disfruta la música (domingo antes del concierto), de la mano de Álvaro Guibert, director de Relaciones Externas y Asesoramiento de la Fundación Albéniz, se explicarán al público, “de una manera muy amena y cercana”, advierte, las tres obras que se interpretarán poco después. Y el día 14 está previsto un encuentro con Eötvös y Csaba, donde el músico invitado mantendrá una conversación abierta con el segundo, director artístico del Encuentro, en la que se hablará de su vida y obra, de sus sensaciones como compositor residente en la presente edición y de sus trabajos futuros. Precisamente, Csaba dirigirá a la Camerata Viesgo: obras de Mahler-Schönberg, Brahms y Dvorák.
Con motivo del centenario de su fallecimiento, la música de Debussy estará presente en algunos de los conciertos, bastantes de ellos en localidades vecinas. La Orquesta Freixenet tocará El mar, la Camerata Viesgo, la Petite suite en un arreglo orquestal y sonarán diversas piezas para piano y prácticamente toda la música de cámara del compositor galo. Y habrá una sesión de homenaje especial a ese gran maestro de violinistas que es el profesor Zakhar Bron, protagonista desde la primera edición de los Encuentros, que cumple 70 años. Por otra parte, distribuidos en los diversos conciertos, saldrán a la luz tres pequeñas joyas de Bruch, Glière y Shostakóvich para una formación poco habitual: el octeto de cuerdas.
Los participantes son llamados directamente después de una serie de audiciones realizadas por el maestro Csaba en las más destacadas escuelas de música de Europa, como la Royal Academy, el Royal College y la Guildhall School of Music & Drama de Londres; la Escuela Superior de Música Hanns Eisler y la Universidad de las Artes de Berlín; el Conservatorio Superior de Música y Danza de París y el Koninklijk Conservatorium de Bruselas. Al claustro docente se incorporan por primera vez el viola Miguel da Silva, la flauta Andrea Lieberknecht y la mezzosoprano Iris Vermillion. arturo reverter